viernes, 26 de febrero de 2010

Fábrica de sal "Sal de dudas"


La poesía es un arma
cargada de futuro.
La micropoesía es un arma
cargada de pasado imperfecto.
(Muy imperfecto).

Microzoología
El día que dejemos de
enamorarnos como perras
nos aburriremos como ostras.

Reclamación
Devuélveme lo que te he querido.
No he quedado satisfecha.

Ajo, Micropoemas.


P.D. Caramelitos para el corazón: breves, concisos y explícitos. Recién descubiertos.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Kafka & Platón



No sé qué es.
Admiración y respeto, sin duda.
Cariño también.
Y, para qué negarlo, un sentimiento ambivalente: innoble e inconfesable.
Platónico, ajustando el concepto más que una chicuelina José Tomás.
Qué osadía...

martes, 23 de febrero de 2010

Verde tatuaje de estrellas




Al cerrar los ojos los abro dentro de tus ojos.
En su lecho granate siempre está despierta y húmeda tu lengua.
Hay fuentes en el jardín de tus arterias.
Con una máscara de sangre atravieso tu pensamiento en blanco:
desmemoria me guía hacia el reverso de la vida.

Entre lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido.

Óyeme como quien oye llover...
Los ojos se cierran, las palabras se abren.


Octavio Paz.

P.D. Bienvenida sea la calma.

jueves, 18 de febrero de 2010

C. Jones & A. Gadner



[MENSAJE PRIVADO]

Querida Maricarmen:


Una cosita te voy a decir: ÉL se emocionaría sabiendo lo que tú y yo sabemos (ese "piensa en algo bonito" y tu placentera sonrisa), pero NO ABUSES.

Que te lo haya cedido generosamente estos días no significa que te lo puedas quedar. Seguro que sabes a qué me refiero... Pues ea, ya te puedes buscar otro "montador de armarios empotrados". No te hagas la tonta, ni caridad ni compasión.

Pendiente la fiesta de los monetes (podemos hacer incluso los gaticos, siempre que no haya manos en la cabeza para pintar los bigotes), un tequila alucinógeno como mínimo y el mapa de la "Operación churros + EP dominical + pan".

No te digo ya más nada.


Ava.

miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Seguro que era Propofol?



Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

Violeta Parra



Aún bajo los efectos del propofol y de su risa en la cuenta atrás de la anestesia...
Gracias a todos: al Dr. Antonio Colás, a toda la gente de quirófano, de la URPA, de la planta, de radiología. Y cómo no, a todos los compañeros de la UCI. Besos.

martes, 9 de febrero de 2010

Pica-pica sin polvos



Mientras alzo una mano con la que podré rozar el cielo
la otra acaricia tus entrañas con la punta de sus dedos
...
Dry Martini, SA.


Vamos encajando este pica-pica sin polvos, no hay otra opción. Con lorazepam (dejemos lo del sexo anal para otro momento).

Buscando el refugio en la sonrisa, optimistas.

Ante las muestras de cariño recibidas, muchas y sinceras, sólo puedo dar las gracias. De corazón.

viernes, 5 de febrero de 2010

ODIO EL PUTO COLOR ROSA


ASÍ QUE DEJO ESTE VERDE ESPERANZA.
Y TE DIGO QUE TE QUIERO.

jueves, 4 de febrero de 2010

Si me dan a elegir...




Me gusta asomarme a la ventana para ver los árboles.
Me gusta el sol de la mañana más temprana, las feroces tormentas, el olor de la tierra mojada.
Me gustan la música de Henry Mancini y el cine de Woody Allen.
Me gusta la gente que sonríe con la mirada.
Me gusta el color verde.
Me gusta dormir desnuda, los zapatos sin tacón, las flores regaladas.
Me gusta escribir, leer, cocinar, cantar, seducir.
Me gusta el mar, jugar con las olas.
Me gusta el aroma del incienso y el olor de las cerillas recién apagadas.
Me gustan la elegancia, la inteligencia y el sentido del humor.
Me gusta ser enfermera.
Me gustan los cuadernos, las fotos en blanco y negro, los crucigramas.
Me gusta no tener que madrugar a menudo.
Me gustan los donuts bombón, las angulas, el arroz.
Me gusta Robert Redford.
Me gustan las personas que quieren seguir aprendiendo.
Me gustan las coincidencias y su causalidad.
Me gusta la rebeldía pública, la sumisión privada.
Me gusta la poesía.

martes, 2 de febrero de 2010

Campanillas esquizofrénicas



Debería dejar que el aceite se enfriara antes de verterlo en la aceitera. Pero me puede el ansia de verlo todo recogido. Manías que tiene una.

También debería dejar que reposara la tarde de hoy para no quemarme con su cercano recuerdo. Pero no puedo.

En lugar de deleitarse con el silencio reinante quieren mis oídos inventar ecos de alarmas varias (respiradores, monitores, bombas de perfusión). Cosas así tienen la manía de ocurrirme después de mucho trabajar. "Campanillas esquizofrénicas" que evocan a la Tinker Bell de Peter Pan. En la versión teatral, cuando Peter regresa a Londres y Wendy es mayor, ésta le pregunta por Campanilla, y él responde que no sabe quién es esa tal “Campanilla”. En el libro de Hook ella vuelve a buscarle y sigue tan enamorada de él como al principio, incluso llega a darle un beso, aunque después le deja volar de vuelta a Londres. Hay para todos los gustos, pero los de Disney optaron por reproducir la versión con final edulcorado.


Está claro que tengo un problema con los finales (cambiaría casi todos menos el de Amélie) porque los dos me desagradan. El primero porque implica que para Peter ella (el hada, sigo en la película; es ficción ) no significó gran cosa. Que prefiriese a Wendy vale, pero que no supiera de quién le hablaban... El segundo porque incrusta en las cabezas infantiles la sensación de que la derrota es dulce. Y una mierda: es jodida siempre. Pero la imagen de una Campanilla decepcionada no encajaba en el cuento. La vida real va por otro camino: el daño cerebral que provocan las películas de la Factoría Disney debería dar para interponer muchas más demandas que las ganadas a las tabacaleras. Cuando uno fuma ya es mayorcito como para saber que bueno no es: elige. De pequeño la inocencia no permite ser crítico: no existen las princesas sin príncipes azules, ni siquiera como posibilidad. Que la Bestia termine siendo un tío espectacular debería estar tipificado como delito. ¿No estaba la belleza en el interior? ¿A santo de qué entonces la metamorfosis externa?


En fin, la cosa acaba en que nada parece tener mucho sentido. Pero ya sabéis que soy una maniática en toda regla: tengo que sacar la brújula cuando no sé dónde está el norte. No sé vivir sin tratar de orientarme. Así que termino diciendo en mensaje privado de visibilidad pública que lamento esta distancia, me entristece. ¿Por qué somos incapaces de comunicarnos, de hablarnos, de explicarnos mutuamente lo ocurrido? ¿Por qué mi voz acostumbrada a cantar a pleno pulmón se hace tan frágil de repente ante ti? Aunque suene raro, creo que en el fondo no necesitamos tantas palabras. La taquicardia, el rubor facial, las miradas directas a los ojos... hablaron en otros tiempos en silencio. Y ahora, en atención a las circunstancias, es mejor evitarnos. Por respeto y por cariño, al menos en mi caso.