Dijo:
Comed, éste es mi cuerpo.
Bebed, ésta es mi sangre.
Y se llenó su entorno por millares
de hienas,
de vampiros.
Invitación de Cristo,
Ángel González
&
Vamos a dejarnos de solsticios y equinoccios.
Conmino a todos los fabricantes de leotardos a que revisen las costuras de las punteras. Con urgencia. Al fabricante único de leopardos, si a bien lo tuviera, a que reconsidere el estampado salvaje del pelaje y lo vire al rosa. Al músico de mis desayunos con madrugón y sin diamantes -cual pantera- a que reviva de entre las malvas. Y a las flores, sin que nunca falten los lirios ni las rosas, a que se dejen la vida en cada pena-penita (pena).
Contamino porque existo.
Reciclo lágrimas con esmero: me aplico.
Las sonrisas, no lo niego, las vierto sin miramientos.
Anidando besos, Mrs. Nancy Botwin
Darling, le prepararé una caja forrada por dentro de algodón y por fuera con todos los collages que haga en mi vida. Y ahí podrá guardar y reciclar sus lágrimas.
ResponderEliminarBesos, querida, para cada una de sus penas-penitas-penas.
Acabo de oir su voz recitando poesía...
ResponderEliminarLo suyo no tiene nombre, darling.
Precioso regalo.
Besos, Mrs.
Entre caladas.