Una tarde, Luis Mariano Moreno Barracuda, un rufián de la sala B que decía ser el Zorro, Chu En-lai y la Enciclopedia Espasa, sin que nada justificara estas atribuciones y menos el acaparamiento, trató de afanarme la merienda. Tuvimos unas palabras y por culpa de un trozo de pan duro sin nada dentro, el otro me arreó una buena tunda.
El enredo de la bolsa y la vida, Eduardo Mendoza
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Una noche, María Luisa Castaño Silvestre, una carnicera con puesto en propiedad número 53 del Mercado de Maravillas y veinte años fileteando a las espaldas, soñó que unas manos calientes y fuertes hacían de su carne -mitad tierna ternera y el resto jugosa cerda ibérica- una albóndiga perfecta. Entre frituras y escurrimientos, se dejaba cubrir por la salsa de su cocinero. A la mañana siguiente, después de cortarse un dedo y necesitar dos docenas de puntos de sutura, fue directa al puesto del pollero. Subiéndose la falda le dijo: "Dame alas". Él, que siempre fue de muslo y contramuslo, no pensó en poesía.
Cuarto y mitad & Mitad de cuarto, Mrs. Nancy Botwin
Salivando me tienen sus gastrorrelatos, querida.
ResponderEliminarYa sabe que a servidora le gusta cocinar.
EliminarHágase a la idea de que Paulov y Buys Ballot son un tándem perfecto. No sólo en lo teórico.
¿Quién me da la vez?
ResponderEliminarMaria Luisa lo que tenía silvestre era la castaña, no el castaño.
Estoy disfrutando con Mendoza, descanso un rato y me encuentro con tu despiece porcino. ¡Genial!
La última soy yo.
EliminarMe vienen a la cabeza castañas pilongas, castañas asadas, marrón glace, puré de castañas... Y también castañas silvestres y asilvestradas. María Luisa se dejó despechugar, no le quepa duda.
Caldo del mismo pollo parece que somos usted y yo. Del Pollo Morgan.
My darling,
ResponderEliminarSi fuera usted quien viniera de buena mañana a pedirme alas, yo de buena gana "ataría bandadas de gorriones a nuestras muñecas, y huiríamos lejos de aquí, a otro planeta."
Decídase a venir que conozco pájaros que se presentarían voluntarios para tal hazaña.
My darling,
Eliminar"No concibe mi alma mayor pena que libertad sin beso que la trabe."
Volar a ras de suelo; esa es la hazaña de cada día.
Queriéndote.