Habida cuenta de que el seguimiento de una huelga general se cuantifica por el consumo eléctrico del día en cuestión, único dato supuestamente objetivo para tal valoración (¿?), tomo mis medidas y aprovecho para implorar a las sabias mentes que leen estas palabras una explicación razonada del asunto: que yo de cargas positivas interaccionando con negativas sé lo justo para comprar el pan sin que me dé calambre. De economía, lo imprescindible para que me den el cambio sin sisarme.
En espera de que los clarines marcaran el momento de salir a la arena, dediqué la mañana de ayer -máximo ejercicio de irresponsabilidad e inconsciencia- a poner en orden el nido. De antemano, no recomiendo seguir mi ejemplo: pasar la aspiradora sin enchufarla a la red y planchar a temperatura ambiente dos coladas tendidas y secas es, además de cansado, infructuoso. Tratar de cocinar un pollo sin encender la vitrocerámica, absurdo. Confiar en que el portátil tenga batería suficiente para teclear con tranquilidad antes del pantallazo negro, utópico.
Ya a eso de la medianoche estuve a punto de partirme en dos la crisma levantándome a oscuras para resolver una urgencia miccional extemporánea. Durante el breve lapso que transcurrió entre el inicio y el fin de lo cual, consideré si se daría el caso de que El Corte Inglés, un suponer, optase por apagar las luces de todas sus tiendas por el nimio detalle de que no entrase a comprar ni el tato. Una más de las pingües reflexiones que disfruto elaborando en tanto que me alivio.
Hoy no entraré a hacer valoraciones de lo acontecido porque, como dice el dicho, lo poco gusta y lo mucho cansa. Pero sí diré que los "microfonistas", en general, me tienen harta. El tonito de arenga que le ponen al discurso, el dedito acusador con que señalan -maleducados- y lo importantes que se creen sabiéndose escuchados; me hastían. Y me viene a la cabeza aquella canción de Sabina que decía,
En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y muchas golondrinas huyen de la ciudad.
El asesino sabe más de amor que el poeta
y el cielo cada vez está más lejos del mar...
Ya me contarán como rima lo de los kilovatios con el sentir (tímido o rotundo) de un pueblo.
Que ahora, ruego me disculpen, tengo que cometer un asesinato.
Es usted una fuente de energía en sí misma. ¡Aprovéchelo!
ResponderEliminarSi me lo permite, me presento voluntario para licuarle todos sus electrolitos.
En caso de que esto también falle recuerde el refrán italiano:
"Si tutti cornuti portare candela, ¡Mamma mía, che iluminazione!
Querido mío,
EliminarNo me ha resuelto la duda existencial sobre la rima pero le agradezco su pertinaz voluntad sobre lo prosaico: licuarme los electrolitos no es algo que me digan todos los días...
Tras este fin de semana, frustrante como pocos por haber tenido que "manifestarme" en el interior de la UCI cumpliendo con mi obligación de enfermera en lugar de dejarme ver de Cibeles a la Puerta del Sol, le digo: me estoy radicalizando con conocimiento de causa.
Si ve usted que me paso, apriéteme el botón de "reset". Si ve que me quedo corta, écheme más madera. Si ve que así puede valer, invíteme a merendar para reponer fuerzas.
Besos en penumbra.