miércoles, 6 de abril de 2011

Réquiem por un lobo feroz




[...] Ya no es posible amar solo en febrero, ni al tuntún de la luna y las mareas. Si se apagan las velas, que se apaguen, si se mueren las rosas, que se mueran; si se pierde un guante, bien perdido está. Nada se parece a ti, y por tanto me parece conveniente no compararte con nada. Más que harto estaba ya de la traición gélida de los espejos. De la trampa y el cartón de los misterios y la coquetería boba de las leyendas, los laberintos, los crucigramas.

Sentado en la cocina y apoyada la espalda contra el frío real, me dispongo por fin a quererte, pero no como los niños, no con ese amor caprichosamente desesperado, no entre los tesoros que en realidad no tengo, sino en serio.

Con las palmas de las manos hacia arriba y los ojos bien abiertos.


Ray Loriga



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El día que los tanatopractas decidieron especializarse en necropoética y los carniceros de la rima quisieron hacer su agosto en el mercado de la prosa, también sonó el despertador antes del alba.

Ella se levantó sin dar opción a la repetición cíclica de la alarma, desconectó el modo sueño y dejó que fuera él quien conectase la cafetera. Seguían las calles en su sitio, las farolas alumbrando y los semáforos deteniendo el tiempo. La década prodigiosa del libertinaje vespertino se consumió en el bostezo sumiso de la rutina matinal. Al unísono pronunciamos entonces un "buenos días" que encontró su corolario más amable en un "no digas tonterías".


Seis tequilas y un cuartito de limón, Mrs. Nancy Botwin

2 comentarios:

  1. Querida Mrs. rkl,

    Prepare el té y las pastas para la merienda post-siesta.

    Yo llevo las tazas: elegí ésta pensando en usted. No me diga que no es, al menos el REVERSO, perfecta para la ocasión.

    Besos humeantes por anticipado.

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  2. Darling, darling, darling,

    Llevo la cestita llena de tequila, compro los limones de camino a su casa. Lo de usted sencillamente no tiene nombre. No, no lo tiene. La taza es más que perfecta, muy bien AMAestrado tenemos al lobo. Huele a té desde abajo y a love desde hace horas.

    Para continuar su cubertería, le regalo la cuchara de remover mis tequieros y sus tequilas.

    Que siga al té un quila, que siga la noche a la tarde y a la b siempre eso.

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