No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma:
desflorar
con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.
El que no ve, L.M. Panero
&
No te asustes si ves que me comporto como un animal salvaje.
Si de pronto me crecen las uñas como garras afiladas e intento sacarte los ojos cuando tú sólo quieres contemplarme, como un niño bobo en el escaparate de una pastelería.
Si de mi boca brotan sapos, culebras y sanguijuelas, cuando tú sólo pretendes decir lo mucho que me quieres, sin siquiera saber lo que significa esa desazón que te sube por la garganta.
Si mi vientre de loba grita pidiendo sangre y enrojezco de pura rabia, no te vayas, no me temas, tan sólo...
... atácame por la espalda a traición.
Como un animal de presa, clávame los dientes en el cuello, inmovilizándome.
Cúbreme como a las fieras, antes de que ni siquiera pueda defenderme.
Átame a la cama, pégame, pellízcame, apriétame fuerte los brazos y los muslos si ofrezco la más mínima resistencia. Agárrame del pelo y llévate mi boca donde gustes, azótame como a una niña mala y descarga sobre mí toda tu rabia.
Lo merezco, me lo estaba buscando.
Dime después que lo sientes... que no querías ser tan brusco, que nunca volverá a pasar (mientras cruzas los dedos detrás de la espalda).
Verás que de repente puedo volverme tan pequeña y adorable, tan sumisa y complaciente.
Soy domesticable.
Hago pompas con saliva, Ana E. Pena.
Hojas de arce sonrojadas caen en la impostada primavera.
Se posan sobre el blanco de telas que queriendo ser sábanas, terminaron luciendo banderas de paz.
De Madrid a Québec, de este a oeste y en sentido acotado y reversible, se dibujan franjas rojas. Serán anastomosis lalerolaterales del cariño en el silencio. Palabras cosidas a la nada, bordadas con el hondo deseo de que, sean cuales sean las circunstancias, nos vaya bien bonito.
No lo hicimos tan mal después de todo, me digo en sinusal a 105 latidos por minuto.
Invisibles estos besos. Sentida esta reverencia en forma de despedida.
El pasaporte de Leonard, Mrs. Nancy Botwin
Mi querida MRS. NANCY,
ResponderEliminarNo sé que tiene usted que lo tiene todo y no diré más porque sus letras me enmudecen.
Le traje absenta praguense para sus noches desenfrenadas y sus días hiperbólicos. Se lo dejo sobre la mesa con besos para acompañar.
Mrs. rkl,
ResponderEliminarSiete días absorta en su absenta.
Suerte la mía de sentirla a usted tan cerca.
Besos tardíos sin tartamudeos, darling.