La picadura del piojo no es la causante de la infección de tifus por sí sola. Son las heces que los piojos dejan sobre la piel las que rebosan bacterias Rickettsia. Cuando el humano se rasca las picaduras, extiende las heces por la herida, facilitando el acceso de las bacterias al interior del cuerpo. Por lo tanto, es posible reducir el riesgo de infección por tifus siguiendo normas de higiene y una correcta desinfección de las picaduras producidas.
Tifus, Wikipedia
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El fregadero se puede limpiar venciendo la huelga de celo del estropajo con buena voluntad y suficientes remordimientos, pero los libros de medicina no. Dan asquito sólo con leerlos. Lo de los atlas de anatomía, con esos cadáveres cosidos a retazos, sería para mirárselo. Las imágenes de los microorganismos, así en general, con tanta pata y tanto ojo, también. Suerte que sólo duelan en la vista y contraigan el estómago (en mayor o menor medida según la idiosincrasia personal). Si incluyeran olores, no me cabe duda, no habría quien resistiera. Lo que puede salir de un cuerpo humano es tremendo. No debo entrar en detalles.
Al problema de la náusea -ligerita y de fácil contención al menos en mi caso-, se le une el de una terminología amplísima y dificultosa. Por más años que una lleve con nombrajos imposibles en la boca, alguno siempre se atasca. Ácido tranexámico, mielinolisis central pontina, tetrahidrocannabinoles. Cruz Roja pronunciando la zeta de cruz y la erre de roja, con fluidez. Imposible. Se pongan como se pongan, especialmente los tiquismiquis de la Universidad de Stanford, la rickettsemia es y será siempre anemia de Risketos y la triquinosis, por extensión, ansiedad por devorar Triskis.
La cosa es que, al final, una se acostumbra a todo. Porque cuando la desnudez ajena y la intimidad expuesta forman parte de tu vida, te vuelves menos "cagaorquídeas" (concepto acuñado por mi madre por unión del verbo cagar -tercera persona del singular, presente de indicativo- y el sustantivo orquídeas. No incluido en el diccionario de la R.A.E.). Los escrúpulos, que haberlos haylos, te los reservas para la conciencia. Y te vas a la cama poniéndole imaginación al tema; dispuesta a revolcarte entre el fango y en el limbo. Pensando, a qué negarlo, en cochinadas de viernes noche.
Pues a mi la "Anatomía de Grey" (el libro, no la película) me pareció que estaba lleno de ilustraciones fascinantes. Supongo que la mayoría de los manuales no son tan estéticos y que la realidad tridimensional pueda resultar más gore que lo gore.
ResponderEliminarLo de "Cagaorquídeas" de tu madre es todo un hallazgo, tomo nota y lo incorporaré a mi vocabulario personal.
No he tenido tiempo de comentarte una entrada y ya has publicado otra, así da gusto. Así da gustito.
Anatomía de Grey es un putiferio en toda regla. Hace bien en leer libros eróticos: para tristezas ya están los periódicos.
EliminarPuede usted emplear el concepto cagaorquídeas cuando lo estime oportuno. Mi madre estará encantada. Ya le aviso que da juego.
Por lo demás, cuando el dragón quiere hacerse notar me mira con ojos lánguidos y sonrisa traviesa: no puedo resistirme.
Sus pompas me sulibeyan.
Besos, con sumo gusto.