Pócimas adulteradas
[Diario de un dragón poco convencional]
Estoy que trino. Que ladro, mujo y grazno. Que muerdo, regurgito y regüeldo veneno sin despeinarme. Estoy indignado, de la primera a la última escama. Porque esta vez la cosa ha pasado de verde esmeralda.
Toda la vida temiendo por mi integridad física, por mis ojos, mi sangre y mi queridísima e indispensable cola, para que ahora me vengan con sucedáneos y adulteraciones. Que ya me lo decía mi santa dragona madre: "llegará el día en que cualquiera dé el pego y valga como ingrediente de pócima". Y ese día ha llegado. Porque a los humanos les da igual añadir raspa de trucha, cerebelo de marmota u hocico de armadillo al caldero siempre que el etiquetado no mienta. Como si un embrujo de categoría pudiera tener el mismo efecto con sustancias de mercadillo que con materia prima fetén. Que calidad y precio están muy cerca, dicen, y a mí me llevan los demonios. Por su parte, la prensa internacional se da por contenta con denunciar el timo de la carne equina en hamburguesas de ternera, pasándose por el forro el ataque furtivo y despiadado a nueve milenios de tradición en magia. Ver para creer, qué triste.
Para colmo de mis males, a la severa esofagitis que padezco en estos días por acción y efecto de tanta acidez de carácter subiéndome y bajándome del estómago como "Pete´s Dragon por su casa", hay que añadirle el come-come de cabeza y uñas producido por la ansiedad de encontrar solución a tal fiasco. Mientras agoto mis reservas de Nolotil (a razón de 25 mg por kilo de peso, son dos sacos y medio cada ocho horas), trato de mantener la compostura fumando mandrágora y bebiendo té. De todos es sabido que ni lo uno ni lo otro favorecen en modo alguno la cosa del reflujo, pero logran inspirarme de lo lindo y, con ello, me tranquilizan.
Para redimir al mundo y consagrarme como Dragón Universal Facilitador de Felicidad (de acrónimo DUFF en honor a H. Simpson) estoy consolando a los afectados por el llamado "Caso pócima de palo" con cartas manuscritas. Llevo ya veintisiete, a razón de dos al día. He empezado por los "desastres de amor" por ser los más numerosos y los que más desolación han causado entre los damnificados. Después vendrán los que confiaron en que les tocaría al fin la lotería y los que pretendían dejar de fumar con un hechizo. Hago lo que puedo: además de palabras de ánimo, les ofrezco un listado de brujos colegiados e información contrastada de la composición auténtica de cada pócima.
Porque en el fondo, me dan pena.
Tanta desinformación y tanta mentira: les han dado armadillo por dragón.
Pobres ignorantes de la magia. De la vida...
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