viernes, 31 de mayo de 2013

Astronauta sin luna

 



[Extracto de la autobiografía de Popeye]


Me tocó ser marinero por circunstancias, pero siempre quise ser astronauta. Cuando al fin me decidí a cambiar de vida, allá por el 33, le eché arrestos para fundar la NASA y cumplir así mi sueño. Tenía resuelto el tema del papeleo cuando recibí un paquete postal que dio al traste con todo. Yo, que ya me veía cambiando la andrajosa gorrilla blanca por una escafandra reluciente, surcando el espacio sideral a millones de años luz de Brutus y enviándole cartas de amor platónico a Olivia, tuve que hacerme cargo del pequeño Cocoliso. Por si fuera poco, tiempo después Eisenhower me robó la idea de la NASA sin un triste agradecimiento. 
 
 
Han pasado muchos años y sigo preguntándome cada día quién me envió a Cocoliso y por qué precisamente a mí. También otras cuestiones de índole menor me roban el sueño de cuando en cuando; cómo es posible que las autoridades permitieran el envío de un bebé en una caja -por mucho que el franqueo estuviera pagado y que el cartón luciera plagado de agujeros para evitar la asfixia-, si este modo de embalaje y entrega provocó algún tipo de déficit psicomotor que explique que a estas alturas Cocoliso sólo sepa gatear y a qué obedece su alopecia si le alimento divinamente. Minucias, cierto es, en comparación con los interrogantes principales. Porque lo que de verdad me descoloca, más que la peor tormenta vivida en alta mar, es cómo alguien pudo elegirme de entre todos los mortales para que yo, concretamente yo, me responsabilizara de su cuidado.

 
Porque la verdad, no voy a mentir en esta autobiografía, es que hasta entonces mi vida se podría calificar -siendo benevolente- de pelín disoluta. Basta decir que no nací tuerto y que las madrugadas en los tugurios de los muelles se prestan al cuerpo a cuerpo, ya sea con final feliz o sangriento. Bajo el manto reverencial que tejí en torno a las espinacas y a su excelso poder vigorizante, quise esconder una adicción inconfesable a la marihuana motivada por sus propiedades analgésicas. De ahí que además de enlatarla y echármela al gaznate, la fumara en mi pipa sin levantar sospechas. Aún no puedo creer que esta cuestión pasara inadvertida a pesar de su repercusión mundial: no hacía falta ser muy listo para caer en la cuenta de que "espinacas" y "yerbas enervantes" no forman parte de la misma categoría. Lo del asunto del hierro, por demás, vino a quitarle hierro al "otro" asunto.


Ahora, afortunadamente, veo las cosas distintas. Sigo una dieta variada - exenta de espinacas y acelgas por su alto contenido en nitratos- y he dejado de fumar. He aprendido a convivir con Olivia y su coquetería (todo sea porque Cocoliso no sufra la carencia de la figura materna), he cumplido mi acuerdo tácito con Brutus de no agresión y trato de ser un buen padre. Parece suficiente. Sé que muchos esperaban más de mí, pero así es la vida fuera de las tiras de cómic, las películas y los dibujos animados. Mucho menos espectacular de lo que nos quieren hacer creer pero razonablemente satisfactoria. Porque este astronauta que se quedó sin luna encontró en tierra un lugar donde echar el ancla y tender la ropa: y eso, viniendo de un hombre de mar, parecía también imposible.
 

sábado, 25 de mayo de 2013

Intensidad de un vivir

 



 

Cuatro fotografías en blanco y negro. Cuatro fotos seleccionadas de casi una treintena tomadas en 2008 por Julie Weisz y publicadas en el libro La vida en Terapia Intensiva (Buenos Aires). Un mundo de intangibles recompuesto en imágenes. Un reportaje único mostrando lo que nunca se ve. 

Descubro el trabajo de Weisz y me siento comprendida y en casa. Tal vez porque mis ojos aún tratan de acostumbrarse a tanto claroscuro, porque me sigue costando encontrarme cómoda en mi lugar, en esa barrera de coral que ha de resistir los embates del mar con la entereza de saber que para eso está ahí.  Porque entre esas cuatro paredes, ya lo dije antes, no caben artificios: el aire es tan sólido que se mastican la esperanza y el sufrimiento. 

Son cuatro escenas cotidianas de Cuidados Intensivos: un paciente conectado a ventilación mecánica a través de una traqueotomía, dos rosarios y tres estampitas en el cabecero de una cama ocupada, un pase de visita médico visto desde la posición de la enfermera responsable (desde la del paciente -de frente- infunde más temor) y un montón de alargaderas, sueros y presurizadores al detalle. Son cuatro posibilidades inciertas. Son cuatro maneras casi invisibles de esbozar lo intensa que puede llegar a ser la vida.


Aquí las dejo para recordármelo cuando me fallen las fuerzas. 
Y, de paso, para reconciliarme con el mar y su incansable bravura.


lunes, 13 de mayo de 2013

Disonancias magnéticas




Cuando os pregunten en qué mano está la magia,
que no os confundan los trucos torpes del poema:
si en un verso muere el oro leve de la tarde,
buscad al forense que llora en las bisuterías.


J. Jiménez Domínguez


&


 
Magnetismo cruel este de la llamada de la selva.
Disonancias del eco declarándose ruido.
 
Nadie habla del vértigo de Tarzán. Nadie quiere saber de sus sudores fríos empapándole el taparrabos. Con un pie aún en la rama y solo sus manos para salvarle  del abismo.
 
 Nos hicieron creer que las lianas estaban a nuestra disposición para movernos de árbol en árbol. Que aquello era poco menos que un juego de niños y que si una de ellas se rompía, cosa rara siendo tan elásticas, habría otra cerca para asirla en el último momento y librarnos de una dolorosa caída. 

 Nos convencieron de que nuestro grito de guerra rebotaría en las montañas y llenaría el aire y la tierra de posibilidades. Que, en ausencia de contaminantes industriales, nunca nos enfrentaríamos a una terrible afonía. Bastaría con hinchar los pulmones y desear emitir un sonido capicúa para convertirnos en los Reyes del Mambo, de la Jungla, de la vida. 

 Nos dijeron que por cada Tarzán habría una Jane dispuesta a hacernos la cena, a satisfacernos con sexo duro. Que, llegado el caso, los gorilas podrían hacerse cargo de nosotros; de nuestras deudas, de nuestra sed de leche, de nuestra carencia de caricias.
 Que seríamos felices viviendo con lo justo. 

 Y todo nos lo creímos, hasta que sabíamos nadar y que en aquellas aguas no había ni rastro de sanguijuelas. 


Cuando volvimos a la ciudad y pasamos el reconocimiento médico,  el hemograma resaltó en rojo incasdencente ocho gramos pelados de hemoglobina. Fue entonces cuando asumimos que no estábamos hechos para según qué aventuras y descubrimos que también Tarzán, por las noches y en hojas de madreselva, empezaba cada entrada en su diario escribiendo dos palabras: tengo miedo. 


 

viernes, 3 de mayo de 2013

Editorial (de la casa)



"No me parece que la luciérnaga extraiga mayor suficiencia del hecho incontrovertible de que es una de las maravillas más fenomenales de este circo y, sin embargo, basta suponerle una conciencia para comprender que cada vez que se le encandila la barriguita el bicho de luz debe sentir como una cosquilla de privilegio."

J. Cortázar



&


A todas esas escopetas de feria que dan en el blanco;
     Criad fama y os crecerán cronopios*
      (* Porque llama la atención que el destello de luz más salvaje
 y la oscuridad más opaca logren cegar con idéntica eficacia)




  En Estados Unidos mueren más niños por armas de fuego que por procesos oncológicos. (2013)

  Lanzan una nueva aplicación para iPhone: un temporizador para saber cuándo cambiarse de tampón (Tampon Timer). Lo peta.  

 Futuro brillante para el Trasplante de heces  
 La inserción de materia fecal de una persona sana en el intestino de una persona con diarrea severa por Clostridium difficile puede curar su problema de forma más eficaz que los antibióticos. Método: lavado intestinal y la administración de heces diluidas en suero fisiológico a través de una sonda nasogástrica  (de la nariz al duodeno).

 Aritmética de andar por casa
 Semifinals Champions League 2013.
 Precio de la entrada más barata en el Bernabéu: 70  .(a)
 Precio de la entrada más barata en el Camp Nou: 91 €. (b)

 Capacidad Bernabéu: 80.354 espectadores.(x)
 Capacidad Camp Nou: 99.354 espectadores.(z)

 * a (x) + b (z) = 14.665.994 , tirando por lo bajo. ¿Crisis?
 (Operación realizada con calculadora)



Responde a la entrevista imposible... 
Mrs. Nancy Botwin

(E) ¿Se siente con fuerzas para seguir soñando?
(NB) ¿Sabe qué? Las luciérnagas son unos bichos bonitos por la noche. Pero por el día dan bastante asco. Con los sueños pasa un poco lo mismo: son perfectos cuando se piensan, como el plan siempre redondo del Coyote, pero poco rentables al salir de la cama.

(E) Si no escribiera, ¿qué haría?
(NB) Sacaría a pastar a las palabras. Las esquilaría llegada la fecha y tejería un jersey subordinado.

(E) ¿Algo que añadir?
(NB) En una época admiré a los periodistas. Alababa su dominio del lenguaje, su capacidad de síntesis, su supuesta objetividad. Pero también en un época vivieron dinosaurios en lo que hoy es una panadería. Ergo todo, incluyendo la admiración, se desvanece. Hoy me decanto por los pescadores que se dejan la piel mientras les crece la barba en alta mar. Sus manos encallecidas recogiendo cuatro perras al llegar a puerto. Todas las arrugas que dibuja el salitre en su cara y en sus ojos.