martes, 4 de mayo de 2010

¿Vientos divinos?



Las palabras fueron avispas y las calles como dunas
cuando aún te espero llegar...
En un ataúd guardo tu tacto
y una corona con tu pelo enmarañado,
queriendo encontrar un arco iris infinito.

No sé distinguir entre besos y raíces.
No sé distinguir lo complicado de lo simple.
Y ahora estás en mi lista de promesas a olvidar.
Todo arde si le aplicas la chispa adecuada.


E. Bunbury



Cambio sólo el nombre que abre mi particular 'Lista de promesas a olvidar'. Porque las avispas muerden y pican, como algunas palabras. Porque el espacio se afana en marcar las distancias. Porque los recuerdos de voces, de pelos enmarañados, son imprecisos. Borrosos. Porque creí que sería. Porque aún no se fue.

Dibujo un círculo con tinta roja alrededor de ese nombre. ¿Obsesivamente? Tal vez.

Se dispara la alarma: los malditos sensores anti-incendios apagan siempre la chispa. Pero nos regalan una duchita fría... justo a tiempo para que no arda todo.


2 comentarios:

  1. Si no deja de echar chispas... algún día arderá. Seguro que una mano misteriosa desconecta los sensores.

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  2. Pues aún no tenemos preparado el plan de evacuación. Tal vez para entonces...

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