Talata & habitación 341
Con la llegada del anochecer me dejo llevar por el reflejo de las aguas color esmeralda en mis ojos, sumergiéndome en ellas. El jazmín inunda con su aroma mis cuentas y recuentos. Dos mil dromedarios, cien máquinas de quitar tierra y un millar de alfombras. Sin dar lugar al regateo, el hombre de mis sueños niega la posibilidad del trueque. Haciéndome creer que no hay dinero en este mundo para pagar mi rescate.
Es a él a quien escribo cada noche
sólo por no poder comerle a besos.
Arba & habitación 109
La luz imponente, las sombras de calles diminutas, el bullicio, los burros, los olores del mercado en la medina. Puertas azules, hilos verdes, sudor goteando por mi espalda. Arcilla, mirra y azafrán en mis manos. Esencia de rosas y opio fundidos en mi nariz. Khôl negro en mis ojos. Polvo de amapola en mis labios... entreabiertos para rozar sus labios, dándole a probar este polen directamente de mi boca.
Cuidando su asma en Asmaa.
Shhhh... dentro del alma.
Mrs:
ResponderEliminarAyer fue la última noche de verano...el viento cálido del desierto me arrastró hasta Samarcanda. Embriagado en aromas de jazmines, y especies, encontré un pergamino bajo una vieja higuera, que decía: "¿Qué placer tiene una vida sin pecado?"
Al despertar, con el sabor del té curioseando entre mi boca, pensé: ¿Qué sentido tienen unos labios, sino besar?.
Kurtz
Estimado Mr. Kurtz,
ResponderEliminarAprendieron mis labios besar en la distancia.
Aprendió mi alma a regocijarse en el pecado; ese pecado que no desoye instrucciones de natura; el mismo que no infringe las leyes del instinto.
Dichosa en mi locura.
Querida Mrs.Botwin:
ResponderEliminarTalata:
Hoy me ha llegado el aroma de su piel,disfrazado de lluvia y tierra mojada,acercándome a conversaciones de ayer.
No se equivoca el hombre de sus sueños al no encontrar un precio que se ajuste a su valor,no lo conseguiría ni pujando solamente por sus labios y sus besos,créame...
Arba:
Nadie mejor que usted para cuidar,con su presencia,oliendo solo a si misma,como gustan en el desierto...
Leyendo libros inacabables,todas las noches,leyéndola a usted,imaginando...
Mi querido catkiller,
ResponderEliminarDisculpe la demora...
Se enredaron anoche mis manos en su pelo, quedé dormida en sus brazos. Con la lluvia mojándolo todo. Hacía tiempo que no llovía así.
Si es tan amable, repita lo que me susurró al oído caminando por Fes y su medina. No se haga el tonto; le escuché con claridad, temblando.
Como aquella noche en que usted tomó mi mano y dijo "nos vamos"...