Si Homer Simpson probara el roscón
le darían por culo a los donuts.
Si no quedara un hilo-madeja de ilusión
le darían por culo a la vida.
Si creyera que puede salirme un Shin Chan Ultrahéroe,
acabaría engullendo a manos llenas hasta el cólico biliar.
Ictérica estoy.
He sido buena malísima.
Corolario:
"No dejes de comer hasta que salga la sorpresa"
Tengo entendido que los shin-chanes sólo aparecen en los roscones de Moebius, cuyo horneado perfecto se consigue en el sincrotrón de Kasukabe. Pero gracias a mi nuevo molde pastelero y al cursillo online "Convierta su microondas en un acelerador de partículas" creo estar en condiciones de imitar la receta.
ResponderEliminarEspero que, llegado el día, no se achante y haga honor al corolario, sin importar el aroma ni el color del engendro.
Besos sulfúreos, mi diablesa.
Querido mío,
ResponderEliminarMe muero por comer uno de esos roscones de Moebius y por ver -con máximo interés-cómo lo rellena.
Sabe que sólo el "acelerador de partículas" permite que un Shin Chan mundano y terrenal (ya sea de Culito-culito o de Trompa-trompa) se transforme en el auténtico Ultrahéroe.
Por lo demás, y aunque esté feo que me jacte de ello, me sobran tragaderas.
Besos pasados por agua (de azahar).