Dios no juega a los dados con el universo.
Juega a un juego inefable de su propia invención que podría ser comparado, desde la perspectiva de los demás jugadores, con estar en una compleja variante del póquer
en una habitación oscura,
con cartas en blanco, con apuestas infinitas
y con un croupier que no te quiere explicar las reglas
pero que te sonríe todo el tiempo.
Terry Pratchett
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Que sonrían entonces los crupieres.
Que saquen del coma barbitúrico al olvido.
Que la aguja atraviese certera la herida abierta,
como el fiel de la infiel balanza.
Que su señoría, entre tirada y tirada de dados,
tenga a bien admitir cada pregunta.
Que los sueños nos brinden su dulzura.
Y puestos a pedir, su analgesia.
Si alguien supiera qué debo hacer para retirar ese enlace publicitario de la palabra apuestas, ruego me lo comunique.
ResponderEliminarGracias, queridos todos.
Yo no veo nada. ¡Que larga es la mano de Adelson y Esperanza Aguirre!
EliminarSe ha ido igual que vino, qué curioso...
EliminarQue la máquina de coser nos deje las más perfectas cicatrices y la máquina de escribir la línea de puntos suspensivos sobre la que caminar.
ResponderEliminarY al crupier que no la sonría, le mataré sin ningún tipo de piedad.
Palabra de Mrs. rkl (experta en braille y en puntos suspendidos en el cielo).
EliminarAmen-se. Y sonrían.
Besos darling, apostando por el R&R.
Que retrocedan las saetas del reloj y las campanadas te anuncien un catálogo de certezas.
ResponderEliminarQue las paredes de la prisión se enjabelguen solas.
Que por una vez Ingrid Bergman no tome el avión en Casablanca.
Que las princesas aprendan a reavivar los rescoldos para sentirse sirenas jodidamente vivas.
Que por esta vez las balanzas se inclinen de tu lado.
La única ciencia que tiene cabida en este blog es la poesía. Inexacta, confusa, licenciosa.
EliminarQue pase todo eso y más.
Que los dados disfruten de su libre albedrío.