jueves, 4 de octubre de 2012

A salto de mota





Lo peor del eco
es que dice las mismas barbaridades.


M. Benedetti



&





Detesto la manipulación de las conciencias, de las almas y aún más de los sentires. Que otros, ajenos y distantes, se apoderen de los motivos propios, los agiten y remuevan y los sirvan en copa fría o plato caliente a conveniencia. Que se venda la mentira por costumbre, se propague cual pandemia altamente contagiosa y se lucren con ella los de siempre. Estoy cansada de oir a quienes callar debieran lanzar al viento sus proclamas; de la atención reverencial que se les brinda y de la resonancia atroz de sus dislates. Hastiada de esta concepción de vida en términos económicos, políticos y huecos, como si nada más hubiera para robarnos el aliento y abrigarnos los fríos venideros.



En tales circunstancias, incapaz de apartar el tonel de mi camino, me reconforta pensar que de la hostia terrible al salto grácil hay un trecho minúsculo oculto entre las sombras. Y  creer, valiente utopía, que un ejército de pulgas me acompaña: dispuestas a propulsarme por amor al arte en cada triple mortal. Llámese indistintamente verso o beso.





2 comentarios:

  1. La vida son exactamente esos saltos.

    Lo demás, ruido.

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    1. Se nota que usted, Comandante en jefe del 2º Batallón de Pulgas -Cuerpo Especial de Chimpancés Irreverentes-, sabe de lo que hablo.

      Besos desoyendo el ruido, querido.

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