Los cirujanos de las decepciones cercenan por lo sano la alegría.
Se empeñan las flechas en no dar nunca en el centro de la diana.
Juegan al escondite las ilusiones.
Como crisálidas que nunca eclosionarán.
Como remolinos huecos.
Como líneas rectificadas contra natura.
Sincronizando los relojes a destiempo.
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