Si yo fuese sirena escribiría un alegato en mi defensa.
También tendría cola, cosa que no sé como tomarme.
Reivindicaría mis derechos:
al canto,
a nadar desnuda entre las olas,
a contemplar la luna apostada en las rocas.
Pediría al capitán del barco pirata que, en caso de naufragio, firmase un parte amistoso de accidente. Y me ahorraría hacerle la prueba de alcoholemia a cambio de su ron.
Si yo fuese sirena reclamaría, cómo no, justicia poética.
Acabaría con esa mala prensa gestada en habladurías y odiseas.
Extendería mis brazos, a falta de piernas, para reconfortar a Ulises.
Por él, para aliviar su turbación, podría permanecer en silencio.
Si yo fuese sirena dibujaría un mapa de mi isla y su tesoro
y esperaría a que un recio marinero lo guardase en "favoritos".
Navegando sin temor, Mrs. Nancy Botwin
Si usted fuese sirena,sería absuelta de toda pena,serían concedidos todos sus derechos,pero también tendría sus obligaciones,para con el capitán pirata que naufragaría una y otra vez,para gastar su ron brindando con usted.
ResponderEliminarPero quizás, sin saberlo,usted ya fue sirena,ya reconfortó a Ulises entre sus brazos,porque le aseguro que hay un recio marinero,que un día se perdió en su isla,encontró su tesoro y la tiene guardada en favoritos.
Mi querido catkiller,
ResponderEliminarAsumo con deleite
mis obligaciones de sirena
y confieso,
sin escamas en la lengua,
que ando y nado
prendada de ese recio marinero
que el cielo me envío
todo vestidito de azul...