El lago de la tranquilidad nace de las gotas que caen del espacio. Vienen de ninguna parte y no tienen prisa por llegar. Bajan tan lentamente del cielo que, si te sientas a verlas, envejeces de pronto. Los minutos y los años dejan de tener importancia. En el lago no hay oleaje, parece que no pasa el tiempo. Sin embargo se mueve con un ritmo perpetuo, mientras el principio y el fin duermen en el fondo.
Receta para ser paciente
1. Cuatro frutos del árbol de "no importa".
2. Batir con azúcar de parsimonia.
3. Meterlo en la nevera y, cuando esté frío, beberlo con calma durante la vida entera.
4. Como conviene esperar, se puede tomar un aperitivo de "mientras tanto", sacar la cabeza por la ventanilla y disfrutar del paisaje, encontrar amigos, enamorarse, tener hijos o no y hacerse viejo.
Recetas de lluvia y azúcar, E. Manzano & M. Gutiérrez
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Cogió uno de esos papelitos que marcan turno en las pescaderías y evitan discusiones bizantinas sobre quién llegó primero y quién da la vez. Miró el número que le había tocado en suerte, sonrió y esperó paciente. Tenía una batería de preguntas preparadas para la ocasión y ninguna necesidad de que fueran respondidas con presteza ni verosimilitud.
Quería saber, desde hacía tiempo, si las personas glamurosas podían sufrir cólicos nefríticos por cristales de Swarovski. Por qué después de comer alcachofas hasta el agua sabía dulce. Qué llevaba a las mujeres jamaicanas a ponerse peluca y uñas postizas para bajar a la playa. Si en realidad New York tenía más historia que Orcasitas. Y si existía una descalificación más sublime y elegante que ese "eres un hombre con algunas buenas cualidades pero me equivoqué al tenerte en tan alta consideración".
Por supuesto que esas cuestiones no le quitaban el sueño, pero le divertía pensar en ellas ahora que ya sabía cómo acababa la jaculatoria del "bendito es el fruto de tu vientre" y que con lágrimas en los ojos contemplaba el cartel de bienvenida. Está usted aquí, rezaba el punto rojo sobre el plano. Purgatorio: espere a ser llamado. Se permite fumar.
Interrogantes de melcocha en espiral, Mrs. Nancy Botwin
Estimada Mrs:
ResponderEliminarLo malo de las recetas es los trucos que realmente ponen sal al asunto, rara vez asoman de la manga de los "cocineros". Trucos, que sólo las indigestiones y el olor a quemado del horno, te enseñan el punto exacto de cocción.
¡Brindo por los cocineros que no se guardan los mejores trucos!
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¡Brindo por las más altas aspiraciones!. (De ilusión también se vive querida. Y se ama)
Lleno de interrogantes...
Kurtz
Querido Kurtz,
ResponderEliminarDe nada sirve guardarse los ases-trucos en la manga pastelera. Mejor compartirlos y saborear deliciosas recetas o intentos bien intencionados de ellas que nos endulcen la vida.
Usted póngase el delantal y acompáñeme. De la lluvia se ocupa el cielo. De responder a nuestros interrogantes quién sabe.
Besos y napalm al punto.