"Usted no sabe el esfuerzo que ha tenido que realizar este hombre durante los últimos años. Se podrían mover montañas con la fuerza que ha empleado en sofocar ese recuerdo. Creo que no me equivoco. A veces me dejaba asombrado. Ha intentado llevar a cabo la tarea más difícil que una persona puede hacer en la vida. ¿Sabe lo que ha hecho? Ha intentado hacerse indiferente a los sentimientos mediante la razón, que es como intentar convencer con palabras y argumentos a un paquete de dinamita de que no explote."
La mujer justa,
Sándor Márai
&
La niña que se abría de piernas sin esfuerzo, flexible y natural, haciendo de ello un juego. La adolescente que empezaba a bucear en aguas abiertas a pulmón libre. La joven que emprendía sus conquistas cuerpo a cuerpo, sintiéndolas batallas. Todas las que fuiste, distintas de quien eres ahora; cuando separas las rodillas con conocimiento y estremecimiento de causa; cuando riegas las plantas y, abierta al mundo, reverdeces.
El absurdo de los calcetines, Mrs. Nancy Botwin
Abrir las piernas siempre es motivo de disfrute, si no para uno mismo sí para los demás, pero yo no veo nada de absurdo en los calcetines... salvo que estén adornados por rombos. Eso sí que es trágico además de absurdo...
ResponderEliminarBesos.
Elvis, ¿te dice algo la foto?
EliminarVamos a precisar: abrir las piernas es CASI siempre motivo de disfrute. Lo de dejarse puestos los calcetines en según qué situaciones y por algún extraño motivo freudiano, da cierta seguridad. Eso es lo absurdo del tema: que una se sienta menos expuesta por no quitárselos.
En fin, no me haga mucho caso. En ocasiones me pierden los estribos.
Besos.
Por supuesto, que me dice algo la foto. Es más, la foto lo dice todo... Pero a mi siempre se me va el santo al muslo, lo siento, es algo que no puedo evitar, cuando se habla de según qué cosas...
EliminarCómo no va a dar seguridad dejarse los calcetines puestos..., para uno mismo que se evita la posibilidad de coger algo en los pies, y para quien está al lado que se evita olerlos...
Besos.
Oh, qué bonito
ResponderEliminarSupongo que lo dirá por Márai; sí que es bonito. Lecturas de hamaca y plátano, el paraíso del chimpancé.
EliminarTambién a mí me gusta dejarme los calcetines puestos, más que nada para ocultar mis uñas de águila.
ResponderEliminarKaskivana.
Qué poca empatía, vive Dios.
EliminarSiempre pensando en lo único...
Lambón, ladino, lechuguino.
Libidinoso.