- Hola, soy Clark Kent.
- Hola, Superman.
- Tengo la capa en la parte de atrás. ¿La llevo a cenar?
-¿Sabes tú volar?
- Cierra los ojos y ponte a soñar...
La balada de Lois & Clark
Javier Álvarez
&
Miró el trayecto dibujado en el mapa. 165 km hasta su particular kriptonita. Una hora y treinta y cuatro minutos de viaje. Vientos de componente noroeste a favor con rachas de lluvia de estrellas incapaces de ponerse en contra. Bosques frondosos en el recorrido por si fuese necesario un aterrizaje de emergencia. Condiciones óptimas para desplegar la capa.
Lois acudía al rescate de Clark.
Muerta de miedo.
Resucitada de ganas.
Cachelos y kriptonita, Mrs. Nancy Botwin
Ese Clark es afortunado. No todo el mundo es capaz de ir en busca de su Kriptonita... por mucho que sea verde.
ResponderEliminarBesos.
Cuando a Lois le vence la nostalgia, cierra los ojos y vuela.
EliminarLos sueños con kriptonita verde dejan un poso de debilidad extrema en las pestañas, pero saben deliciosos.
Besos Elvis.
No hay mejor antídoto contra los efectos perversos de la kriptonita que una ración de zamburiñas.
ResponderEliminarTe advierto de que he instalado una webcam en esa cabina, SuperBotwin. Sólo para mis ojos.
Viniendo de usted, SuperPazzos, tomo nota y devoro esas zamburiñas ayudada del albariño que haga falta.
EliminarSi ralentiza las imágenes, observará que remendé los bajos de la capa con esparadrapo, que las mallas me sientan como a Mr. Pan y a Mr. Hood y que para volar -siendo miope- me dejo las gafas puestas.
Pero todo eso, querido, ya lo sabía: conoce todos mis secretos.
La planta nuestra de cada día, dánosla hoy. Y pasar las tardes fumando en la ventana, viendo a Lois rescatar a Clark y yo a ti que te rescato cuando quieras.
ResponderEliminarY pasar las noches mirando al cielo, trazando planes para robarle una estrella "en esa hora maldita... cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar".
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