Es triste, pero jamás comprenderé las aspirinas efervescentes, los alcaselser y las vitaminas C. Jamás comprenderé nada efervescente porque una medicina efervescente no se puede tomar mientras efervesce puesto que parte de la pastilla se te pega al paladar y qué cosquillas, por lo demás totalmente desprovistas de propiedades terapéuticas. Si en cambio se la toma una vez ha efervescido ya no se ve para qué sirve que sea efervescente. He leído mucho los prospectos que acompañan a esos productos, sin encontrar una explicación satisfactoria; sin duda la hay, pero para enfermos más inteligentes.
En un vaso de agua fría o preferentemente tibia, Julio Cortázar
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Tiempo para delinquir: porque sisar se parece a susurrar, robarte a probarte, hurtar a disfrutar. Distraer podría valer, también deja los nervios a flor de piel. Sin pedir permiso, con previo aviso. Convenientemente anotada en el cuaderno de viaje la advertencia y su petición amable. En el mismo cuaderno, un "quiero jugarme el tipo por ti y contigo" se come una página. Otra más para dar cuenta de la locura: escrito en cursiva el nuevo concepto acuñado en un estado de puertas y ventanas abiertas a las sonrisas, a los maullidos y a las poses felinas. Brillantotismo: dícese del brilli-brilli inexplicable que reluce en las manos después de pelar mandarinas. Abriéndose paso la obsesión: ¿cómo andará Jordania de cobertura? Mares de tinta en papeles desiertos. Efervescencia y cosquillas entre muchos nosotros. En este otro cuaderno, hoy, transcribo. Es de recibo. Si quiere denunciarme tendrá antes que besarme. También se lo digo, querido.
Don't stop dancing, Mrs. Nancy Botwin
Querida Mrs. Botwin
ResponderEliminarMe reservo el derecho a denunciarla. Pero lo primero es lo primero.
Revise el spam, no sea que entre anuncios de viagra y anabolizantes se le haya colado un antídoto contra la efervescencia.
Perdidamente suyo,
Uskglass
Querido Rey Cuervo,
ResponderEliminarPor mi parte, me reservo el derecho de denunciarle si no me denuncia (¿por encubrimiento de delito?).
A menos de 48 horas para el Big-Bang, es casi un alivio saber que esta noche tendré al alcance de la mano un armario repleto de medicación. No es que esté nerviosa, qué va, pero por si acaso...
61.320 besos, S.A.C.