Vio chacales que vagaban por calles llenas de escombros en una ciudad en ruinas. Vio llamaradas y elevaciones, y un aeroplano celestial que bajaba del cielo. Vio cosas que era imposible que hubieran pasado, pero parecían tan reales y se asustó tanto que tuvo que volverse hacia su mujer, que yacía junto a él, y succionar sus pechos de luz asombrosa.
Los buscadores de placer, Tishani Doshi
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Tengo un mi menor plural que se declara alérgico a la silicona. Que despunta con los primeros fríos y se deja entrever en el vaivén del desencuentro de los ojales y botones de mi camisa. Que no da el do de pecho y se entretiene en el re y en el la del que se relame poniéndome a tono. Sostén del deseo propio y ajeno. Alimento que acuna el futuro. Clave de sol de un corazón que dejó atrás las tinieblas.
Ochenta y cinco B, Mrs. Nancy
Ochenta y cinco bes que encierran todo el universo en el que vivo. Superficie de seda sobre carne trémula, donde reposan sollícitos mis labios, al encuentro de una sacudida con epicentro sito en el corazón.
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