Pagaré con sangre, sudor, lágrimas y una chequera enclenque, pero que se los lleven ya. Que se borren de mi esbozo de sonrisa, que desaparezcan; como los cadáveres de los asesinatos; como los restos calcinados de los incendios; como los escombros de las demoliciones. Dando paso a algo distinto, sin historia pero con futuro.
Que tras tantos años de convivencia se muden de mis entrañas y aniden en el vertedero; como los amigos que se van sin decir adiós siquiera; como los fantasmas que martillean el corazón y repiquetean en la conciencia; como las promesas incumplidas. Y sobre todo como el dolor: tan inútil que asusta.
Así pues, que sea. Ahora que emprendí el camino y eché a andar; cuando ya no sirve volver la vista atrás y hacerse cruces. Cuando, bien lo sé, no queda otro remedio.
Ética y odontología, Mrs. Nancy Botwin
Escuchando CANCIÓN DE PALACIO #7,
ResponderEliminarNacho Vegas
Y se oyen voces que hablan de deshaucio y sé que quieren derribar mi humilde mansión.
Al parecer pretende abrir aquí una nueva boutique un tal Louis Vuitton. Puede que lo hable con él.
O puede que me atrinchere aquí y como cualquier animal ya sabré lo que hay que hacer.
O entienda que si no pierdo la fe es porque jamás llegué a tener una que perder.
Pero en todos estos años, vean que la reconstruí. Con estas sucias manos un millar de veces y sí, sí, voy viviendo así...
Nos amuela el juicio.
ResponderEliminarHay que extraer.
Una cosita le voy a decir: aunque a la mona le adornen las encías con sedas, mona se queda.
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