jueves, 14 de febrero de 2013

San Chapulín (colorado)




Más ágil que una tortuga,
más fuerte que un ratón,
más noble que una lechuga,
su escudo es un corazón.

Es...  
San Chapulín Colorado

 

Me gustan los superhéroes venidos a menos con superpoderes de andar por casa y unas armas de 'reconstrucción masiva' que quitan el sentío. Un martillito rojigualda por aquí, unas pastillitas Chiquitolinas por allá, unas antenitas de vinil capaces de detectar cualquier idioma del universo (incluyendo el guaraní) y vibrar cuando se acerca el enemigo... 

Me chifla que alguien acuda a la llamada de socorro presto y veloz, capa incluida, presentándose cortesmente y añadiendo esa frase que otorga confianza desde el minuto cero: "No contaban con mi astucia".

Me enamora  San Chapulín,

 - Por ser colorado: tan rojo, tan DF, tan zascandil.
 
 - Por ser torpe de solemnidad y no disimularlo sino con la risa: "Lo hice intencionalmente, todos mis movimientos están fríamente calculados".

 - Por erigirse en el último guerrero sin antifaz del mejor castellano: "Pleonasmo es lo que acabas de hacer: la repetición inútil de varias palabras que significan lo mismo. Eso de 'el cadáver muerto de un difunto que ya falleció'. Es como si dijeras... ¿Tú cómo te llamas? (¿Yo? Ramón). Bueno,  pues es como si dijeras: Ramón analfabeto, bruto, bestia. Para qué decir tantas cosas si diciendo Ramón lo decías todo... Ahora, ya aclarado lo que significa pleonasmo, ¿me puedes decir cuál es la preocupación que te preocupa?"

 - Y por llevar como escudo un corazón: "Calma, calma; que no pande el cúnico."



Me tomo la libertad de reorganizar el santoral: primero cesando al arquero de las flechas del amor por no declarar el cobro de sobres en dinero B de una entidad con ánimo de lucro y una sección de perfumería que agota la pituitaria del más pintado y, después, sumándome al nepotismo -hoy y siempre so cool & trendy-  para poner a dedo a este santo varón ocupando la casilla del 14 de febrero.


Se acabaron los regalos pastelosos. Los corazones que empalagan, las rosas por doquier y las velitas de pachuli creando una atmósfera cuasi tóxica en veladas íntimas. Llega el tiempo de los superhéroes del amor. Dispuestos a hacer reír antes que a dárselas de románticos. Siempre preparados para sintonizar la realidad con sus antenas y captar las ondas de superheroínas en apuros. Con el corazón descubierto y a punto para el rescate.


 

4 comentarios:

  1. ¡Claro que sí! La mejor reforma del santoral habitual, que huele a naftalina, serían unas oposiciones a santo que premien los logros y no las renuncias.
    Que los errores sumen puntos, porque son intentos.

    Mejor promocionar a San Chapulín y degradar al otro, al del arco y las alas que, definitivamente, se ha dormido en los laureles.

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    Respuestas
    1. Es que San Valentín ha vendido sus mejores flechas al diablo, querido. Al imperialismo yanqui, que diría uno que usted y yo sabemos.

      San Chapulín se ha ganado su posición porque es mucho más entrañable que "el otro" y además tiene un par de poderosas antenas. Y eso, que podría resultar anecdótico, encierra la clave de este asunto: que lo importante no es extasiarse con el disparo inicial, sino mantener viva la conexión y la buena sintonía.

      Me declaro fan. Recuérdelo para el próximo 14F.
      Besos con la capa arremangada.

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