De esto quería hablar hoy en realidad. Aprovecho el insomnio provocado por la nocturnidad de la enfermería para darle gracias a la Virgen de la Caridad. Llegar conduciendo al hospital la noche del domingo fue una heroicidad que no tengo intención de repetir. Cómo estaría la cosa que a punto estuve de besar el suelo del hall, del vestuario y hasta de la UCI. Una experiencia inolvidable por muchas razones. De esas que se cuentan una y otra vez, sin agotarse.
Dicen que año de nieves es año de bienes. Madrecita, lo que me espera.
Voy a intentar dormir.
Voy a intentar dormir.
Ya te avisé que seria un año maravilloso y por una vez el tiempo quiero darme la razon...
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