Habrá que hacerse a la idea... y tirar por el desagüe el tequila que teníamos reservado para las dudas. Aplicarse en el autocuidado y guardar la compostura.
Quedan besos más fuertes, platónicos. Quedan placeres en línea. Nos queda el presente, que ya es suficiente, y nos queda la suerte que -si se balancea un poco- nos puede tocar. Camelancias que inventar y frambuesas que tiñan de rojo mi boca.
También termómetros que den fe de hipotermias inducidas y vendas que ayuden a cicatrizar las heridas. Reproches atrapados en las telas de arañas amotinadas. Una lágrima azul que eclosionó en libélula y un ritmo de escape ventricular que mantenga la luz en el fondo de mi corazón.
Empiezo el año vestida de purísima y oro, dispuesta a perder los alamares. Eso sí: en caso de percance, que no me lleven al Hospital.
PD. Porque prefiero cantar Rock & Roll donde conviene estar callada, sin nada que ocultar.
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