Jamás te recuerdo porque nunca te olvido.
Ahora tengo las arterias llenas de etcéteras
y un corazón espartano
y unas manos que creen en los milagros.
En el rumbo de mis sueños
me pierdo en tus ojos
y me encuentro en tu sonrisa:
fin de mi camino.
P.D. Descubriéndonos; a Nacho Vegas y a mí misma. ¿Más cerca?
Al límite de un temblor de conspiración divina.
...
¿A qué esperas Luis?
ResponderEliminarSi supieras lo que yo sé...
Te quiero Nancy.