Mi nombramiento como emisaria del futuro -de vuelta al lúgubre pesebre- me tenía tan descolocada que quise invertir los términos: empecé con el peta, después tomé el té y por último lié el petate. Por adelantado, no lo recomiendo. Se pierde la noción del tiempo y la orientación de las estrellas.
Tuve que elegir, listita de marras mediante, qué presente llevaría a mis espaldas en tan larga travesía. También tuve que pedir diez días de permiso sin sueldo y hacerme a la idea de que me perdería una buena cena de salmón al eneldo. Considerando que el mundo no está para lucir oros, inciensos ni mirras, opté por llenar la saca de pastelitos y dejarme de milongas. Pensé: ¿qué niño se lanza a por un pedrusco antes que a por un Tigretón? Lo tenía claro, triunfaría. Sólo faltaba el pasaporte.
Con lo que no contaba, bien lo sabe Dios, era con el boicot de los Phoskitos. Huyendo del mal rollo, y tras mucho buscar, di con el regalo perfecto: metí en el cabás azúcar glass y, camino del nirvana, canela en rama. Que el niño nos salga poeta, pedí, con sabor a Pessoa y a pastel: de Belém y lisboeta.
Con lo que no contaba, bien lo sabe Dios, era con el boicot de los Phoskitos. Huyendo del mal rollo, y tras mucho buscar, di con el regalo perfecto: metí en el cabás azúcar glass y, camino del nirvana, canela en rama. Que el niño nos salga poeta, pedí, con sabor a Pessoa y a pastel: de Belém y lisboeta.
El que usted haya llegado hasta la punta de la nariz para llenar el zurrón de pastéis sin siquiera pararse a mitad de camino para recoger unas perrunillas, es algo a remediar.
ResponderEliminarBesos anisados, querida.
Su menú es absolutamente irresistible, querida. Usted también.
ResponderEliminarBesos, darling.
Rey Cuervo,
ResponderEliminarQuerido, nos emperramos en el "ibérico de bellota" y volvimos sin perrunillas. Pendientes quedan para la próxima 'parada nacional'.
Besos con denominación de origen.
Mrs. rkl,
Darling, me sale canturrear aquello de "hacia Belém va una burra..." con eme de relamerse. La mesa está servida y la poesía recién horneada. Pase sin llamar.
Besos rimados y ahumados.
¡Qué rico desayunar en esa catacumba del placer que es la pastelería de Belem!
ResponderEliminarMr. Pazzos, usted sí que sabe.
ResponderEliminarEs escribir sobre ellos o verlos en foto y empezar a salivar...