martes, 4 de agosto de 2009

Suzanne & Leonard




Hi Suzanne,

Te escribo desde donde ya nadie sabe si salgo o entro; al fin hoy. Hipnotizado por la visión casi real de tu jersey de ochos, destejiendo la labor de siete años de silencio. El momento en que decidí desterrarlo, lejos de ti al fin, en su particular San Quintín. Te llevé conmigo al Hotel Domine. Necesitaba verte gozar entre caladas y galopes tanto como respirarte, llorar, confesarme. Hi sweety. Con la certeza de que estabas embarazada mientras esperabas despegar, entre sudores febriles y lágrimas calientes. Sorry my love.

La vida desde entonces: el acantilado rugiendo a las olas, no todo está perdido. No invento, no callo. No miento cuando escribo. I need you. Para que ciento cincuenta días en Darmstadt no sigan sumando.

2 comentarios:

  1. Querida, al leer esto, no puedo por menos que quitarme el sombrero, y de paso el corazón.

    No digo más.

    Me voy a pasear por el río. Luego la esperaré en casa. No me tarde.

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  2. Querida Mrs. O'Hara,

    Ésta fue la primera entrada que escribí dejándome el alma. Usted lee perfectamente entre mis líneas, lo noto.

    Lamento el retraso, tuve que asistir a una de esas bodas que no da ninguna pereza. De esas en las que se escapan las lágrimas porque sabes que es de verdad y durará...

    ¿Me invita a cenar? Ni me cambio, llegaré disfrazada de princesa a su palacio.

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