Éste es el único regalo que pediré en mi carta de este año. Un libro: Entre cartones de Raquel Bullón Acebes. La escribiré en un folio blanco, con pluma e ilusión. Tanta como la de la autora, mimando cada detalle y cuidando cada palabra. No llevo comisión, es sólo que me conmueve.
Tenía guardada una plantilla de esas que incluyen los folletos de juguetes en la contraportada, pero me quedé sin ella cuando en abril decidí dejarla cumplimentada en la mesa del despacho de mi Jefe de Servicio. Firmada, of course. Me pareció que ocho meses serían suficientes para que encontrara mi "regalo": manómetros, más de uno para todos. Pensé que quizá recurrir al humor surrealista podía lograr lo que no conseguí razonando, justificando e insistiendo hasta el hartazgo. Y funcionó. Me llevé la regañina de la Jefa de Enfermeras y, tras ella, el guiño pirata del jefazo omnipotente. Llegaron a buen puerto mis ansias y solté del amarre mis risas, no necesariamente en ese orden. Hay que arriesgar, no queda otra.
Querida Raquel: algún día tendré su libro entre mis manos y será mi ansiolítico de sábado noche. Gracias por el esfuerzo, por compartir quién es usted y por abrigar mi corazón ahora que llega el invierno.
Durmiendo entre cartones, Mrs. Nancy Botwin
Mi querida Nancy,
ResponderEliminarLo de usted, sencillamente, no tiene nombre.
Cuando estén terminados le avisaré para que vaya preparando té. Tomaré uno al azar. Le tocará el más bonito. Se lo llevaré en persona. Usted lo abrirá. Beberemos y reíremos. Quizás también lloremos. Eso ya lo sabe.
Espero que no le defraude, que lo deje en su mesita de noche, que lo disfrute siempre.
Con todo mi cariño, darling.
Vaya, vaya...así que huyendo del frío...
ResponderEliminarMe gusta su vena reivindicativa. No arriesgar en la vida es una temeridad. Y ganarse alguna que otra regañina de la Jefa de Enfermeras una obligación.
Un beso, SuzanneL.
G.L.
Querida rkl,
ResponderEliminarTendrá un lugar de honor en mi mesilla de noche, se lo aseguro. Qué ganas tengo...
Un beso grande, darling.
Querido Grokus,
ResponderEliminarLa Jefa de Enfermeras, que llamaremos entre usted y yo Srta. Rotenmeyer, ha sido relegada de su cargo después de más de veinticinco años fingiendo que hacía su trabajo.
Un motivo más para la alegría y para la esperanza. Todo llega, afortunadamente.
De la vena reivindicativa mejor no le comento... Callarse, arrodillarse y tragar nunca fue mi estilo. Tampoco la diplomacia ni la hipocresía.
Las cosas claras y el chocolate, a la taza o disuelto en el aire en forma de humo, siempre espeso.
Huyendo del frío y cruzando a nado las aguas hasta su orilla... Sea bueno, no escatime en besos.
Usted y yo nos vamos a entender. Aunque no suene muy literario, ambos tenemos "el bicho" dentro.
ResponderEliminarTerminaremos encontrándonos algún día sin darnos cuenta más allá del horizonte. No lo dude.
Un beso.
G.L.
Mr. G.L.
ResponderEliminarSuena poco literario, en efecto, pero se entiende a la perfección.
Un beso, sin duda alguna.