jueves, 31 de diciembre de 2009

Sin indulgencia (en La menor)


Dios mío no dejes que caiga en el vacío,
encenderás una luz si me he perdido.
No dejes que el miedo adormezca mi mirada,
sin mi mente no soy nada.
Dime quién soy y dónde estoy.
No sé de dónde he venido ni hacia dónde voy.
Si me faltaran las palabras...
Silencio.


Llegó el fin del sufrimiento. Se acaba el año, todo se acaba...
Y comienza la aventura. Feliz 2010.

Silencio, Aurora Beltrán.

martes, 29 de diciembre de 2009

¿Y mi biquini de rayas?



Tomar el sol con la que está cayendo es tanto como aprovechar la boca desdentada para redondear fellatios: arriesgado. La tormenta eléctrica, que antaño sonaba muy arrítmica, escampó. La calma clama por conminar la calamidad. Y entre calabazas, calambres y calabobos -el éxtasis del calambur- brillan calcomanías: de esas malas que se van en la primera ducha.
La cesta de Navidad enviada por Nochebuena fatal Productions, S.L. llenó la alacena de Bisolvón Gran Reserva y foie caramelizado al paracetamol. Con nevera y cama vacías, habrá que dar gracias porque al menos quede pollo en el congelador.
Vendrán tiempos mejores.
Brindo hoy, a destiempo, con sed de ilusiones.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Antitusígenos y dvos.



Hoy la vida fue tos: poco productiva y demasiado irritativa en ese tobogán que es mi estado anímico. Aunque en otros tiempos lo llamé montaña rusa, por sus continuas subidas y bajadas -ambas vertiginosas y necesarias- creo que la metáfora del tobogán es ahora más apropiada. Porque sólo me deslizo en la caída y me supone un esfuerzo trepar por la escalera para lanzarme de nuevo. El Dragon Khan, siempre estropeado, ha perdido su atractivo en favor de los columpios del parque. Menos intenso. Más sosegado. Aburrido. Está bien para los niños, pero los adultos no logran descargar: no hay catecolaminas que provoquen el chillido ni endorfinas que desemboquen en dulce bienestar. No hay nada más que el recuerdo lejano y borroso de cuando el tobogán nos parecía fantástico. Hasta emocionante.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Bukowski in love



Gregorius le acarició el pelo, y la Maga agachó la cabeza [...] Ya está, tenía que ser. Anda loco por esa mujer, y se lo dice así, con los diez dedos. Cómo se repiten los juegos. Calzamos en moldes más que usados, aprendemos como idiotas cada papel más que sabido. Pero si soy yo mismo acarciándole el pelo, y ella me está contando sagas rioplatenses, y le tenemos lástima, entonces hay que llevarla a casa, un poco bebidos todos, acostarla despacio acariciándola, soltándole la ropa, despacito, despacito cada botón, cada cierre relámpago, y ella no quiere, se endereza, se tapa la cara, llora, nos abraza como para proponernos algo sublime, ayuda a bajarse el slip, suelta un zapato con un puntapié que nos parece una protesta y nos excita a los últimos arrebatos, ah, es innoble, innoble.
Rayuela, Julio Cortázar.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Siete disparos en el corazón


Desde la galería que se torna en burladero digo adiós a la ensoñación. Me corto la coleta.
El oasis en medio del desierto sólo fue espejismo de cortesía: nunca hubo agua que saciara mi sed ni sombra bajo la cual resguardarse. Me traicionó el corazón haciéndome creer que llegaría si seguía caminando: aun sintiéndome en cada paso más huérfana de fuerzas. Ahora, extenuada, asumo el desenlace triste del que yace desnudo en la arena expuesto a la voracidad de los buitres. No hay escapatoria. Lo intenté, hoy me rindo. No daré un sólo paso más.
Esta travesía a ciegas, este vano correr tras lo imposible, deja la cantimplora medio llena -atesorando el miedo líquido que se escapa por mis ojos- y la brújula desorientada. Y aquí, a kilómetros de distancia de la fe que movió mis pies y me llevó al abismo, no encuentro consuelo ni motivación para seguir intentándolo.
En este renuncio, en todos mis renuncios, me rompo por dentro.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Bill Murray de mis entretelas


Aún no llegó el día de la marmota; sí el de la dicotomía. Ese en que se reseca y extirpa diciembre del calendario. El mismo en que resbala el hielo de las aceras a pesar de la capa de sal y en que la tos es productiva pero no lo suficiente.
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Si tuviera que elegir un día en mi vida, que se repitiera hasta el hartazgo, no dudaría. Un viernes cualquiera, tres o quizás cuatro inviernos atrás. Flotando contigo entre las aguas, nadando mar adentro. Ahora no estás. Y yo caigo en la desesperación del gato que sólo intuye que caerá de pie. Todo salió de otra manera.
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En los últimos tiempos ando perdida en la espiral del absurdo. No se despierta el despertador a las 06:00 con "I got you Babe" y no encuentra mi sueño la tisana que lo induzca con dulzura protectora. La lucha es continua, pero no conozco mi objetivo y me cuesta poner el alma besando una bandera de hilos invisibles. No hay en la cocina abuelitas canadienses que me ofrezcan tostadas para desayunar: tampoco colgó nunca el "open" en la puerta de mi estómago a esas horas de la madrugada.
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Out of order. Mando telegrama: ...---...
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martes, 15 de diciembre de 2009

Rompiéndose otro corazón




Jamás te recuerdo porque nunca te olvido.
Ahora tengo las arterias llenas de etcéteras
y un corazón espartano
y unas manos que creen en los milagros.
En el rumbo de mis sueños
me pierdo en tus ojos
y me encuentro en tu sonrisa:
fin de mi camino.


P.D. Descubriéndonos; a Nacho Vegas y a mí misma. ¿Más cerca?
Al límite de un temblor de conspiración divina.

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lunes, 14 de diciembre de 2009

Roca encantada 70%



Sólo con los calcetines puestos...
Dormiré por dos (soñando con la raíz cúbica de 328.509 + 1).
Encantada con la buena nueva.
Y hasta aquí puedo leer.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Choclit & Churros

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Alguno que yo me sé mojaría seis kilos de churros en un barreñito de tequila si supiera que tal posibilidad existe. Devoraría el "plato combinado" en siete minutos cuarenta segundos, con tiempo para chuparse los dedos, secárselos en el abrigo de algún viandante despistado y relamerse de gusto sin reparar en lo obsceno del gesto (si éste se realiza un domingo a las 13 horas frente a una de las casas que le han okupado a Dios). Una forma deliciosa de olvidar el atropello cuádruple sufrido por un Fiat Punto de tres puertas y una sola conductora.
Tan pichi aparentemente, al borde del shock "ardiente" (la archiconocida clasificación del shock: hipovolémico, distributivo, cardiogénico, obstructivo y ardiente); ese de pronóstico infausto en el que la grasa chorreante y el alcohol de agave nockean los receptores que salvaguardan la correcta oclusión de los esfínteres de unas y otras partes.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Galletas rancias


Algo huele a podrido en Dinamarca... Tal vez esas asquerosas galletas de mantequilla, empalagosas y pesadísimas que hacen las delicias de golosos viciosos. El experto internacional de la foto lo confirma y añade que en la lista deben incluirse -sin lugar a dudas- esas seudogalletas negras de cartón-piedra con algo blanco muy sospechoso en su interior. Primero quitar la tapa para después pasar la lengua y acabar mojándolo todo. ¿No es evidente? "Las galletas preferidas de los niños" reza el eslogan publicitario; "y de los mayores", añado con una sonrisa que invite a ampliar el target del producto. Poco más que añadir.
P.D. Que no nos corten las alas los cuerdos de atar. La locura nunca tuvo maestro.
P.D. 2 ¿Triky, Sabina y Bunbury en el mismo post? La vida no se cansa de sorprendernos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Penélope Glamour



PENÉLOPE:
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Esperaba tejiendo, tratando de espantar el malaje de lo cada vez más seguro, anudando hilos entre su corazón y la esperanza del que desespera un poco más a cada instante.
Mientras tejía había momentos en que la mente quedaba vacía, dejando al alma sin conciencia, y -como anestesiada- dejaba de sentir. Otros, apretando el punto más de lo debido, luchaba por aplacar la furia. La que le nacía del estómago y le obligaba a reconocer la futilidad de su misión.
Hacía tiempo ya que sólo esperaba, lo sabía: pero no podía hacer otra cosa. Así lo dictaba su corazón.
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GLAMOUR:
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Encanto sensual que fascina. Diccionario de la R.A.E.
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P.D. Entre lo uno y lo otro: ahí andamos compañeras. Decidida a no perder la calma en esta carrera de locos.
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lunes, 7 de diciembre de 2009

Sopa de melancolía


Si la sopa quema y no se puede esperar sólo hay dos opciones: comérsela sabiendo que la lengua resultará achicharrada a pesar de los soplidos o no comérsela.
Lo primero parece de tontos, lo segundo también. Es entonces el deseo el que conduce al desastre, inexorablemente: la tentación del olor, del sabor, arrastra el paladar en gesto suicida hasta el incendio.

martes, 1 de diciembre de 2009

Contrapulsando


Comenzó diciembre. No sé qué, ni cómo, ni cuándo, ni dónde.
Contrapulso teclas que alivien mi tensión y le concedan un respiro a esta sístole infinita.