miércoles, 14 de septiembre de 2011

Bye Bye (Mrs. Botwin Pie)



Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua:

un olor a tierra recién llovida, y un olor a calor,
a flores, a raíces desenterradas, y a hojas mojadas
(y he oído el mugido de un ganado lejano...)

¿O es el olor del amor?


Ernesto Cardenal



&


Hasta allá llegarán mis pies.

Para sumergirme un día en el océano Pacífico -que se ahuyente lo bélico de mis fantasmas -y al siguiente en el mar Caribe -que se temple mi sangre entre caricias y un to be que es la cuestión-.

Para rendirle homenaje al príncipe de las letras, Rubén Darío, y besar el león que le guarda la cama.  Aspirante y suspirante a poetisa esta princesa.

Para dormir con los Indios Rama y encontrar el auténtico escondite.

Para ver, sentir y seguir latiendo a dos aguas:  entre las mías y las de Nicaragua.


P.D. Cuídense en mi ausencia.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Jarabe intratecal




El mundo de los supositorios, oscuro y acallado a pesar de su calado, se presta a la honda reflexión. Su efecto, que siempre supone alivio, se logra al fundirse con el calor del cuerpo. Toda una declaración de intenciones teniendo en cuenta que -en espera de entrar en escena- han de conservarse refrigerados. No gozan de un séquito de defensores que aboguen por su dignidad. A nadie le importa un carajo que, sí o sí, acaben siempre en el mismo sitio. Destino aciago. Advertencia: no es la punta lo que ha de entrar primero si se elige el camino habitual.  


El mundo de los jarabes da para tres libros de recetas. Los que saben a golosina de jugo de gumibaya merecerían un poema. Los que se preparan en marmitas, también. Se dosifican con elegancia en discretas cucharadas y se perfuman de lo lindo. Del Barón Dandy de la metoclopramida al Roger Gallet del ibuprofeno en dosis pediátricas. Si existiera el de insulina, con su aroma a tarta recién horneada en el alféizar de la abuelita, sería una droga de abuso. Unos privilegiados.


Entre lo uno y lo otro, está la vía intratecal: el chute directo al cerebro.
A veces qué remedio. Otras qué relamerse.



jueves, 8 de septiembre de 2011

Poesía espasmolítica





 Herbívoro:
que se alimenta de plantas.

Omnívoro: 
que se alimenta de omnis.



 Las bes,
de los besos y los bailes.

Las uves,
de un vehemente viceversa.
 



 Yerba, espasmos y poesía
  Mrs. NB



 

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Grumos en la niebla




Come y calla,
le dice la madre al niño.

Come y calla,
el cliente a la ramera.

Come y calla,
le dijo Eva a Adán.

Así, comiendo y callando, se rumia en silencio, en los hospitales, en las cocinas, en los psiquiátricos, en las casas que abanderan la decencia, en las camas donde nunca debiste dormir, frente a los frutos prohibidos que nunca debiste coger.


Come y calla, Ana E. Pena


&



Una cantidad ingente de gérmenes vivos de Salmonella typhi me recorre los adentros preparándome para la huída: vacaciones y vacunaciones a destiempo.

Un futuro ciertamente incierto me aventura a probar a aprobar de una vez por todas la fatídica asignatura: prácticas de una antropóloga cada vez menos inocente.

Un rosario de cicatrices en las manos presume de intentarlo todo antes de darme por vencida.

Un pitillo ajustado a las caderas y la indecencia de mantener el tipo sin esfuerzo alguno. Otro más -ceñido entre los labios- para darle a mi horizonte sus grumos en la niebla.  


Comedida y canalla, Mrs. Nancy Botwin