jueves, 31 de diciembre de 2009

Sin indulgencia (en La menor)


Dios mío no dejes que caiga en el vacío,
encenderás una luz si me he perdido.
No dejes que el miedo adormezca mi mirada,
sin mi mente no soy nada.
Dime quién soy y dónde estoy.
No sé de dónde he venido ni hacia dónde voy.
Si me faltaran las palabras...
Silencio.


Llegó el fin del sufrimiento. Se acaba el año, todo se acaba...
Y comienza la aventura. Feliz 2010.

Silencio, Aurora Beltrán.

martes, 29 de diciembre de 2009

¿Y mi biquini de rayas?



Tomar el sol con la que está cayendo es tanto como aprovechar la boca desdentada para redondear fellatios: arriesgado. La tormenta eléctrica, que antaño sonaba muy arrítmica, escampó. La calma clama por conminar la calamidad. Y entre calabazas, calambres y calabobos -el éxtasis del calambur- brillan calcomanías: de esas malas que se van en la primera ducha.
La cesta de Navidad enviada por Nochebuena fatal Productions, S.L. llenó la alacena de Bisolvón Gran Reserva y foie caramelizado al paracetamol. Con nevera y cama vacías, habrá que dar gracias porque al menos quede pollo en el congelador.
Vendrán tiempos mejores.
Brindo hoy, a destiempo, con sed de ilusiones.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Antitusígenos y dvos.



Hoy la vida fue tos: poco productiva y demasiado irritativa en ese tobogán que es mi estado anímico. Aunque en otros tiempos lo llamé montaña rusa, por sus continuas subidas y bajadas -ambas vertiginosas y necesarias- creo que la metáfora del tobogán es ahora más apropiada. Porque sólo me deslizo en la caída y me supone un esfuerzo trepar por la escalera para lanzarme de nuevo. El Dragon Khan, siempre estropeado, ha perdido su atractivo en favor de los columpios del parque. Menos intenso. Más sosegado. Aburrido. Está bien para los niños, pero los adultos no logran descargar: no hay catecolaminas que provoquen el chillido ni endorfinas que desemboquen en dulce bienestar. No hay nada más que el recuerdo lejano y borroso de cuando el tobogán nos parecía fantástico. Hasta emocionante.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Bukowski in love



Gregorius le acarició el pelo, y la Maga agachó la cabeza [...] Ya está, tenía que ser. Anda loco por esa mujer, y se lo dice así, con los diez dedos. Cómo se repiten los juegos. Calzamos en moldes más que usados, aprendemos como idiotas cada papel más que sabido. Pero si soy yo mismo acarciándole el pelo, y ella me está contando sagas rioplatenses, y le tenemos lástima, entonces hay que llevarla a casa, un poco bebidos todos, acostarla despacio acariciándola, soltándole la ropa, despacito, despacito cada botón, cada cierre relámpago, y ella no quiere, se endereza, se tapa la cara, llora, nos abraza como para proponernos algo sublime, ayuda a bajarse el slip, suelta un zapato con un puntapié que nos parece una protesta y nos excita a los últimos arrebatos, ah, es innoble, innoble.
Rayuela, Julio Cortázar.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Siete disparos en el corazón


Desde la galería que se torna en burladero digo adiós a la ensoñación. Me corto la coleta.
El oasis en medio del desierto sólo fue espejismo de cortesía: nunca hubo agua que saciara mi sed ni sombra bajo la cual resguardarse. Me traicionó el corazón haciéndome creer que llegaría si seguía caminando: aun sintiéndome en cada paso más huérfana de fuerzas. Ahora, extenuada, asumo el desenlace triste del que yace desnudo en la arena expuesto a la voracidad de los buitres. No hay escapatoria. Lo intenté, hoy me rindo. No daré un sólo paso más.
Esta travesía a ciegas, este vano correr tras lo imposible, deja la cantimplora medio llena -atesorando el miedo líquido que se escapa por mis ojos- y la brújula desorientada. Y aquí, a kilómetros de distancia de la fe que movió mis pies y me llevó al abismo, no encuentro consuelo ni motivación para seguir intentándolo.
En este renuncio, en todos mis renuncios, me rompo por dentro.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Bill Murray de mis entretelas


Aún no llegó el día de la marmota; sí el de la dicotomía. Ese en que se reseca y extirpa diciembre del calendario. El mismo en que resbala el hielo de las aceras a pesar de la capa de sal y en que la tos es productiva pero no lo suficiente.
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Si tuviera que elegir un día en mi vida, que se repitiera hasta el hartazgo, no dudaría. Un viernes cualquiera, tres o quizás cuatro inviernos atrás. Flotando contigo entre las aguas, nadando mar adentro. Ahora no estás. Y yo caigo en la desesperación del gato que sólo intuye que caerá de pie. Todo salió de otra manera.
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En los últimos tiempos ando perdida en la espiral del absurdo. No se despierta el despertador a las 06:00 con "I got you Babe" y no encuentra mi sueño la tisana que lo induzca con dulzura protectora. La lucha es continua, pero no conozco mi objetivo y me cuesta poner el alma besando una bandera de hilos invisibles. No hay en la cocina abuelitas canadienses que me ofrezcan tostadas para desayunar: tampoco colgó nunca el "open" en la puerta de mi estómago a esas horas de la madrugada.
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Out of order. Mando telegrama: ...---...
...

martes, 15 de diciembre de 2009

Rompiéndose otro corazón




Jamás te recuerdo porque nunca te olvido.
Ahora tengo las arterias llenas de etcéteras
y un corazón espartano
y unas manos que creen en los milagros.
En el rumbo de mis sueños
me pierdo en tus ojos
y me encuentro en tu sonrisa:
fin de mi camino.


P.D. Descubriéndonos; a Nacho Vegas y a mí misma. ¿Más cerca?
Al límite de un temblor de conspiración divina.

...

lunes, 14 de diciembre de 2009

Roca encantada 70%



Sólo con los calcetines puestos...
Dormiré por dos (soñando con la raíz cúbica de 328.509 + 1).
Encantada con la buena nueva.
Y hasta aquí puedo leer.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Choclit & Churros

.

Alguno que yo me sé mojaría seis kilos de churros en un barreñito de tequila si supiera que tal posibilidad existe. Devoraría el "plato combinado" en siete minutos cuarenta segundos, con tiempo para chuparse los dedos, secárselos en el abrigo de algún viandante despistado y relamerse de gusto sin reparar en lo obsceno del gesto (si éste se realiza un domingo a las 13 horas frente a una de las casas que le han okupado a Dios). Una forma deliciosa de olvidar el atropello cuádruple sufrido por un Fiat Punto de tres puertas y una sola conductora.
Tan pichi aparentemente, al borde del shock "ardiente" (la archiconocida clasificación del shock: hipovolémico, distributivo, cardiogénico, obstructivo y ardiente); ese de pronóstico infausto en el que la grasa chorreante y el alcohol de agave nockean los receptores que salvaguardan la correcta oclusión de los esfínteres de unas y otras partes.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Galletas rancias


Algo huele a podrido en Dinamarca... Tal vez esas asquerosas galletas de mantequilla, empalagosas y pesadísimas que hacen las delicias de golosos viciosos. El experto internacional de la foto lo confirma y añade que en la lista deben incluirse -sin lugar a dudas- esas seudogalletas negras de cartón-piedra con algo blanco muy sospechoso en su interior. Primero quitar la tapa para después pasar la lengua y acabar mojándolo todo. ¿No es evidente? "Las galletas preferidas de los niños" reza el eslogan publicitario; "y de los mayores", añado con una sonrisa que invite a ampliar el target del producto. Poco más que añadir.
P.D. Que no nos corten las alas los cuerdos de atar. La locura nunca tuvo maestro.
P.D. 2 ¿Triky, Sabina y Bunbury en el mismo post? La vida no se cansa de sorprendernos.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Penélope Glamour



PENÉLOPE:
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Esperaba tejiendo, tratando de espantar el malaje de lo cada vez más seguro, anudando hilos entre su corazón y la esperanza del que desespera un poco más a cada instante.
Mientras tejía había momentos en que la mente quedaba vacía, dejando al alma sin conciencia, y -como anestesiada- dejaba de sentir. Otros, apretando el punto más de lo debido, luchaba por aplacar la furia. La que le nacía del estómago y le obligaba a reconocer la futilidad de su misión.
Hacía tiempo ya que sólo esperaba, lo sabía: pero no podía hacer otra cosa. Así lo dictaba su corazón.
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GLAMOUR:
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Encanto sensual que fascina. Diccionario de la R.A.E.
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P.D. Entre lo uno y lo otro: ahí andamos compañeras. Decidida a no perder la calma en esta carrera de locos.
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lunes, 7 de diciembre de 2009

Sopa de melancolía


Si la sopa quema y no se puede esperar sólo hay dos opciones: comérsela sabiendo que la lengua resultará achicharrada a pesar de los soplidos o no comérsela.
Lo primero parece de tontos, lo segundo también. Es entonces el deseo el que conduce al desastre, inexorablemente: la tentación del olor, del sabor, arrastra el paladar en gesto suicida hasta el incendio.

martes, 1 de diciembre de 2009

Contrapulsando


Comenzó diciembre. No sé qué, ni cómo, ni cuándo, ni dónde.
Contrapulso teclas que alivien mi tensión y le concedan un respiro a esta sístole infinita.


jueves, 26 de noviembre de 2009

Clases de corte y confección

...

En el Puente de Carlos aprendí
a rimar cicatriz con epidemia,
perdiendo los modales:
si hay que pisar cristales,
que sean de Bohemia, corazón.

Otra vez a volvernos del revés
otra vez a olvidarte en cada esquina,
bailando entre las ruinas
por desamor al arte
de regarte las plantas de los pies.


Dos dedos en la llaga
y un santo en el desván.

Cristales de Bohemia (Vinagre y rosas), Joaquín Sabina.
Uno de esos vestidos cosidos a medida para mi corazón. Puntada a puntada, sin dedal.
Plancharé mi velo de tul; tal vez mañana a mi ventana llame otro príncipe azul.

P.D. Gracias por invitarme a ese café. Te encanta sonrojarme.





sábado, 21 de noviembre de 2009

Siempre esto del asunto



Al mirar a mi alrededor las paredes se estrechan más.
Todos consiguen lo que desean, y yo quería una misión,
y por mis pecados me dieron una.
Apocalypse Now, Francis Ford Coppola.


La canción que estoy cantando empieza en otras canciones y acaba en un hospital. Siempre acaba en un hospital, en la próxima guardia, en la siguiente parada cardiaca que tratemos de reanimar. En el sándwich de Nocilla Experience que compartamos para merendar o en la caricia del "cura curita, sana sanita" que te acerque a mis labios aunque sea "mañanita".
No sé si esto te resulta evocador. Nunca supe templar la guitarra que embrida mi potro: ahí arroja Sabina su guante y yo lo recojo porque sólo puedo convenir en lo apropiado del reto. Esta misión que me ha tocado en suerte de fácil no tiene nada. Si supieras leer entre líneas aún sabrías mucho más de lo que ya sabes: que a mi sístole le cuesta esta diástole sin dueño, que no puedo esconder ante los ojos del mundo que estás en mi corazón.
La semana dejó en el paragüero telas húmedas. No llovió, pero se formaron charcos y sólo pude calzarme las botas de agua para aterrizar de un salto en el centro de cada uno de ellos. Libre.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Jugando a los cacharritos


RECETA DEL PASTEL :

Ingredientes:
- 5 ampollas de adrenalina IV.
- 1.200 mg de amiodarona IV (300 + 900 mg).
- 150 ml de bicarbonato sódico 1M.
- 2 choques de 200 J.
- 80 mg de noradrenalina.
- 250 mg de dobutamina.
- 5 mg de remifentanilo.
- 10 mg de vecuronio IV.
- 20 U.I. insulina actrapid.
- 3 ampollas de Glucosa al 50%.


Preparación:
1. Mezclar todos los ingredientes en un mismo recipiente.
2. Hornear durante tres horas y media a 180ºC.
3. Esperar 17 horas para desmoldar.

Nota:
- Lo más probable es que al sacarlo del molde el pastel explote. Si esto ocurriera, intentar bloquear la onda expansiva con una sonrisa.

sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Coma Barbietúrico?



No me enrollo.
Creo que es necesario aligerar el tono del blog por propia salud mental. Hoy atendí a un hombre de 27 años con una hemorragia cerebral letal (para los no profanos; hematoma intraparenquimatoso masivo abierto a ventrículos con desplazamiento de línea media secundario a rotura de aneurisma en arteria cerebral media). Muriéndose irremediablemente. En días así yo no sé quitarme el uniforme; no salgo por la puerta del hospital desconectándome. El viaje de regreso pensativa en el coche, conmovida por el dolor de los familiares. No tenemos analgésicos que lo curen (como tampoco vacunas para inmunizar el corazón). Ya en casa me cuesta hacerme la cena. Entonces busco a mi cocinero virtual para rogarle de rodillas que me prepare cualquier cosa. Fantaseo un rato largo, en parte porque me chifla lo imaginado, en parte por pura pereza, hasta que salto del sofá y cocino algo rápido.

Hoy el unplugged (desenchufado es más correcto pero menos estético) comienza viendo un reportaje televisivo. El dato oficial es... redoble de tambores... que en España se realizan cuatrocientas mil intervenciones de cirugía estética al año. Un momento. La cabeza echa humo calculando. Aquí resumo:

a) No hay cuatrocientos mil nuevos operados cada año. La razón es que algunas personas se enganchan al tema de los arreglitos (tres o cuatro de dificultad media cuestan menos que un coche nuevo del montón) y repiten. Suponiendo que una de cada cuatro se enganche, quedarían trescientos mil nuevos "mejorados" al año. Madrid entero se habrá operado (6.251.876 personas, censo 2008) en menos de veinte años si el ritmo se mantiene. Si aumenta aún antes.

b) Todas las personas que se someten a cirugía estética lo hacen para aumentar su autoestima, eliminando complejos e inseguridades en relación a su aspecto físico. El tema es denso como para darle ahora bola.

Añado sólo dos cositas propias: que nunca me operaré estos senos de clavel jugándomela en un quirófano porque la voluptuosidad gane de mano la partida y que tengo la desagradable sensación de que hemos perdido el norte.

Reoriento la brújula y me insinúo ante el hombre de la fotografía: Mr. Peter Sellers como Dios lo trajo al mundo. Por celestiales con esa guitarrita flamenca. Ea!

viernes, 13 de noviembre de 2009

De cajón de madera de tabla




Lo habías entendido mal otra vez...


Me sorprendo en dirección a la cama -con parada obligatoria en el túnel de lavado de dientes- descojonándome de risa. Me he marcado un bailecito rápido al son de una nueva canción: la que resume el tormento del día en forma de estudio de un curso intensivo al cuadrado. Con ritmo de salsa los coloides, cristaloides y el alfabeto hasta la E danzaban en carcajada. Me pregunto si es normal esto mío. En cualquier caso es bastante saludable poder reírse con uno mismo (más que de uno mismo, dicho sea de paso). Al instante caigo en la cuenta de que también me lloro a mí misma asumiendo un victimismo que me repugna y vuelve loca a partes iguales. Deseando salir del círculo vicioso de la autocompasión y el autocastigo.

Cada vez soy más payasa; me importa menos la posibilidad de hacer el ridículo, porque todos lo hacemos de una u otra manera, en uno u otro momento de nuestras vidas. Asumiendo un presente de conformismo y resignación por miedo; paralizados por perder lo que sabemos -también y tan bien- que no nos vale, que no nos llena, que no tiene el sentido que necesitamos para disfrutar de estar aquí. Pero con nuestros momentos buenos y breves para no saltar: al borde del precipicio y acojonados.

Resulta cuando menos curioso que la vida le eche un cable a uno para lanzarse: un tímido golpe de viento que, de repente, nos empuja de forma imperceptible. Una vez en el aire ya no hay marcha atrás. Sólo puedes intentar disfrutar del paisaje mientras esperas estrellarte al más puro estilo Coyote. You can understand me... Tan larga parece la caída, poco menos que eterna, que uno aprende hasta a ladear la cabeza para no vomitarse encima. Hiperemesis vertiginosa: malestar gastrointestinal que provoca el vértigo de sentir que el mundo se ha parado. O sigue girando pero con uno fuera. Tanto monta monta tanto.

El momento del impacto contra el suelo (porque al fondo nunca hay un río profundo o un bosque tupido) es horrible pero cortito. Y después ya no te enteras de nada hasta que despiertas. Entonces recuerdas por qué saltaste, de qué huiste: en mi caso de renunciar a ser madre. Y también qué decidió la caída: ese tímido viento imperceptible. Atontada, bajo los efectos de un dulce cóctel sedoanalgésico, sonrío y se me cae la baba... Gracias por el empujoncito mi querido doctor.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

Entre el relevé y el demi plie



La princesa que cabalga entre la cirrosis y la sobredosis acude al almacén dando bandazos para jugar a los dados: descubre miradas atentas que se empujan y sonríe pensando en que la sinceridad es enemiga del ganador. Esa tibia reflexión no hace sino dilatar el pasado y el porvenir. Busca un pistolero de sangre caliente que se la juegue como un valiente y pierda la cabeza haciendo el trabajo debajo de su falda. Pero no sabe quién es él. Entre el humilde demi-plie y el desafiante relevé se la juega. Salen dos seises. La cosa está hecha, encendida la mecha.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Acortándome la falda...



MENSAJE PRIVADO:

- Un paciente con hipotermia inducida tras parada cardiaca por fibrilación ventricular recuperada, miorrelajado con cisatracurio en perfusión continua, necesita un BIS por el riesgo de presentar convulsiones (posible lesión cerebral anóxica).

- Seré buena y te diré que esta noche hay cena, aunque sé de sobra que no vendrás.

Un beso.

Un adiós sentido



Murió Claude Lévi-Strauss.

jueves, 29 de octubre de 2009

Surcando los blancos mares




Mi corazón tendría la forma de un zapato
si cada aldea tuviera una sirena.
Pero la noche es interminable cuando se apoya en los enfermos
y hay barcos que buscan ser mirados para poder hundirse tranquilos.


Este fuego casto para mi deseo,
esta confusión por anhelo de equilibrio,
este inocente dolor de pólvora en mis ojos,
aliviará la angustia de otro corazón
devorado por las nebulosas.



Federico García Lorca, Poeta en Nueva York. Luna y panorama de los insectos.


PD. Remaremos juntos en continuo movimiento. Resistiendo los embates del mar sobre este barco. Tu corazón está en mi corazón, como la vida y la muerte bordadas en mi boca. Blancas las sábanas, blancos los sudarios. Blanca ahora mi alma, esperándote.

martes, 27 de octubre de 2009

Por aguantar grito en silencio




Vuelan estas palabras impulsadas por el aire bajo mis alas rotas. No te preocupes, ya casi están recompuestas. Necesitaron cirugía y seis meses de ingreso hospitalario. Lenta la rehabilitación para volver a ser en singular. Rehaciendo rutinas olvidadas y cosiendo los jirones del desengaño. Espera lenta esta que sólo de mi depende para lograr nuestro mundo feliz. Muchas gracias por colaborar; ha sido todo un placer. En la semana fantástica de la ciclotimia caben todas las emociones. Empezando por la ternura de una nueva vida de dos kilos trescientos gramos; pasando por la desesperación de saberte cerca pero no lo suficiente; siguiendo por la tristeza de anhelar lo que no llega y es en mi alma. Todo ello moviéndose en el dulce vaivén de últimas líneas y primeras lágrimas, en ecos de voces lejanas que no comprenden cuánta compañía nos regalan. Entre carcajadas no impostadas, esas que remueven el caos para ordenar la pesadumbre. La poesía del copiar y pegar cediendo paso al cenar juntos y desayunar próximos invitando a la confusión en forma de rumor. Será que esto nuestro se esparce en el viento y nos vuelve deliciosamente locos.

jueves, 22 de octubre de 2009

La carta en el camino... el sobre verde.



Todos los frutos de la vida
crecerán en mis manos
acostumbradas antes a la pólvora.
Te espero en todas partes donde esté la vida,
donde la primavera está naciendo,
amor mío, te espero.
Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
Tal vez tu sueño se separó del mío
y por el mar oscuro me buscaba
como antes cuando aún no existías,
cuando sin divisarte navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban lo que ahora.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Pablo Neruda
P.D. Con las licencias postpoéticas acostumbradas.

martes, 20 de octubre de 2009

Se desangra un pez entre las olas



Luka despierta incapaz de establecer puentes que comuniquen lo que perciben sus ojos con lo que pasa por su cabeza. La orden de subir el brazo derecho no se sigue de ningún movimiento. Lo mismo ocurre con el otro brazo y, a continuación, con las piernas. Ni siquiera es capaz de girar el cuello. No siente dolor pero le aterra la falta de conexión manifiesta entre la mente y los músculos. Yace inmóvil en la cama, obligado a tratar de encontrar una explicación para lo que le está ocurriendo. Lo intenta una vez más pero no hay cambios. La sensación de vértigo le atrapa. Descarta primero lo patológico: no hay traumatismo ni neuropatía tan rápida que justifiquen la parálisis. No hay cefalea ni diplopia. Sin embargo, esto no le había pasado nunca. Se pregunta si estará soñando aún. No, no, estoy despierto se dice a sí mismo. Percibe algo que le resulta extraordinario: el tiempo es más lento. Ese último minuto en su vida le ha resultado muy largo. De repente se da cuenta de que mueve los dedos de su pie izquierdo y una sensación de alivio de luto le araña el corazón. Esto va bien, se dice. Suficiente para tratar de esbozar una sonrisa que probablemente no tenga reflejo en la mímica facial. La movilidad se extiende cautelosamente y alcanza las distintas partes de su cuerpo. Las órdenes se cumplen: suben y bajan los brazos, abren y cierran las manos, se ladea la cabeza. La revisión sistémica finaliza sin fallos. Todo está OK. Habrá que intentar levantarse e ir hasta el baño. Camina despacio, no vaya a sobrevenir un síncope fulminante. Se apoya en el lavabo y levanta la cara hacia el espejo. Explora sus pares craneales: no hay nada anormal. Más tranquilo se sienta en el sofá y saca del cajón de la mesa papel y lápiz. Necesita entender qué ha sucedido. Siempre necesita entender.
Animado por la vuelta de la normalidad se prepara un café. Mientras revuelve leche, café y azúcar, recuerda su sueño y lanza una hipótesis: estaba en la playa, sentado a pocos metros de la orilla, nadie alrededor. Van viniendo imágenes: llegó en su coche. Hacía frío pero era un día soleado. Se desnudó y empezó a correr. Dió unas cuantas volteretas, dibujó en la arena una cuadrícula y buscó una piedra. Saltó jugando -como lo hacía de pequeño- y se percató de la pérdida de habilidad y equilibrio. Rió por ello. Entró corriendo al agua, estaba helada. Aguantó unos segundos y salió temblando. Dejó que el sol y el viento rozaran su piel sin lograr secarla. Se vistió de nuevo poniéndose el abrigo que por suerte tenía en el maletero. Y entonces se sentó en la arena, disfrutando el paisaje, sintiéndose parte de él. Sin conciencia de sí mismo, sin barreras entre sus sentidos y su alma, sin que nada de todo aquello generase ningún pensamiento. Notó las lágrimas resbalando por su cara, su sabor salado en los labios. Se descubrió susurrando donde nos llevó la imaginación... Encendió un cigarro y se resignó a aceptar su destino. Lo recuerda con claridad.
Ahora cree entender.



domingo, 18 de octubre de 2009

Camelancias otoñales



El paseo de esta mañana de domingo discurre entre el calor necesario para que el agua se evapore (los cien grados de rigor para hervir con la adición de un calor latente expresado en julios y conminado a no modificar la temperatura: un calor escondido, tan real como el sensorial, que no se refleja en el termómetro) y el sofoco del recuerdo agazapado en dos acusaciones sumarísimas contra mi persona. La primera, que despertó el odio latente, aludía a mi parecido bochornoso con Tom Sawyer. La segunda, aún reciente, igualaba mi maquillaje sutil con la pintura de una puerta cualquiera.


Pintaba la mona Chita un cuadro, y tras observarlo a cierta distancia, trataba de decidir -en un ya mítico "¿lo toco o no lo toco?"- si dejarlo estar, conformándose con lo creado, o perfeccionarlo asumiendo el riesgo de estropearlo. Esa misma duda es la que me sobreviene. Y decido arriesgarme acabando la faena con un último natural a este manso de Espiguilla, rajado en tablas desde el inicio del tercio y con un peligro sordo que no trasciende al tendido.


Te equivocaste de personaje: siempre fui Pipi Langstrum, viviendo en un mundo de creación propia en el que realidad y fantasía se entremezclan y confunden para conformar un paraíso a mi medida. Un universo en el que todo cabe en la intimidad: caballos pintados a lunares, titís parlanchines, recetas de bizcochos horneados sin molde. Disfraces imposibles con sombreros de prestidigitador, botas acharoladas para pisar charcos y purpurinas verdes que reflejen la luz de mi mirada. No cedí a la tentación de las coletas: tal vez eso te confundió.

viernes, 16 de octubre de 2009

La fuga de Alcatraz


Resbala mi pluma entre el corazón y las piernas entreabiertas como una cowgirl de medianoche, seductora en su cursiva. Se escapan las palabras acalladas por la voz, sin ancla que las fije más allá de la propia locura. Vienen hasta mi vagabundas, ansiosas, vacías de realidad, repletas de deseo. Todas las que caen rendidas ante los muros de la diplomacia, la educación, la conveniencia y el respeto. Las que no pueden escapar vibrando por el aire por temor a ser escuchadas por los oídos inadecuados.
Suelen detenerse antes de fijarse para siempre en el papel por temor a ser descubiertas ante mis propios ojos. Como si no las conociera desde hace tiempo, sabiendo como sé que giran en el mismo sentido absurdo en que lo hacen mi fe y su tibieza. Como si no conociera las extrañas piruetas a que se prestan para desoir las preguntas de siempre, para disfrazar en la demora eterna las respuestas. Me entretienen recordando tiempos pasados en los que premiaba su franqueza dejándolas viajar a países lejanos, permitiendo que coquetearan ante la mirada íntima de quien las desnudaba. Volvían trastornadas, traslocadas, perdidas en la traducción de quien se dejaba acariciar por ellas.
En su ciclotimia alternan sonrisas maliciosas con lágrimas de incomprensión. Es lo propio de esta convivencia en las profundidades del alma.

martes, 13 de octubre de 2009

Sublimando...




Me encantas.

No puedo ocultármelo, ocultártelo ni ocultárselo al mundo.
Disfruto sintiéndote cerca, mirándote, escuchando tu voz. Me vuelven loca tus pecas. Me estremece tu mirada clavada en la mía, tu sonrisa cómplice y discreta. Tu timidez.

Por si te queda alguna duda, aquí te dejo mi electro.

Benditas guardias malas en tan buena compañía.



sábado, 10 de octubre de 2009

Muriendo de siesta


Una vez pasado el sentimiento de sorpresa, se sentía cansado. Uno se pasa toda la vida preparándose para algo. Primero se enfada. A continuación quiere venganza. Después espera.
El tiempo lo conserva todo, pero todo se vuelve descolorido, como en las fotografías antiguas, fijadas en placas metálicas. La luz y el paso del tiempo desgastan los detalles precisos que caracterizan los rostros fotografiados. Hay que mirar la imagen desde distintos ángulos y buscar la luz apropiada para reconocer el rostro de la persona cuyos rasgos han quedado fijados en el espejo ciego de la placa. De la misma manera se desvanecen en el tiempo todos los recuerdos humanos. Luego, en algún momento inesperado, nos llega un rayo de luz...


En el buzón de tiempo
cantan pájaros baladas de quizás,
pronósticos de lluvia.
Se corresponde la correspondencia
con el censo de miedos y corajes.
En el buzón de tiempo
las palabras se fraccionan en sílabas y llantos,
otras se juntan como peces
que huyeron de su orilla y algunas más
se reconocen en las navajas del silencio.
Tengo los pies desnudos para entrar en el siglo
el corazón desnudo y la suerte sin alas.
Vamos a no estrenarlo con quimeras exangües
sino con el dolor de la alegría.


Muriendo de siesta con dos buenos amigos. Sándor Márai y Mario Benedetti respectivamente.
Porque antes que nosotros lo dijeron otros mejor.

jueves, 8 de octubre de 2009

Pentesilea's puching ball



Ahora ya no puedes sostener la mirada de la Reina de las Amazonas.
.
Ahora invento ardides para contener mi ira en tu presencia; sujeto mi lengua con hilos de seda cosidos al alma; espero paciente el cicatrizar de la última herida en la espalda.
.
Ahora descubro a un impostor disfrazado de Aquiles.
.
Ahora me preparo en silencio para la gran batalla.
.
Planeo darte muerte sin honores.
.
Mi corazón de guerrera busca con valentía su camino. Y en ese camino, aun sintiéndome presa del rencor y de la decepción, no cabe luchar contra ti. Porque tú no eres un auténtico guerrero.
.



martes, 6 de octubre de 2009

Tiramisú de limón


La tarde consumió su luego fatuo
sin carne, sin pecado, sin quizás.
Por el renglón del corazón
cada mañana descarrila un tren.
.
Disecando el oficio de soñar y el vicio de olvidar
han pasado los días como hojas de libros sin leer.
La pasión es una ruina.
.
Me cansé del trajín de los caínes y los abeles,
con lo que eso duele, mire usted.
.
Por no hablar del sentimiento, tiempo y compás,
el feeling es un lamento de Barrabás.
Almohada enamorada, del desalmado,
casi todo es casi nada, casi pecado.
Casi todo es casi nada.
.
¿Por quién doblan las campanas?
San Fermín en vena,
la de Triana contra la Macarena.
.
Joaquín Sabina.
P.D. Juntando versos desde el humo y resumiendo.

lunes, 5 de octubre de 2009

Perdiendo trenes bajo la lluvia


Pasa la vida; como un tren de cercanías lejanas; como un tren de mercancías de largo recorrido. A veces hay que cerrar los ojos y dejar que el pelo se agite con el viento, que no es si no el mismo aire de siempre removiendo los sentidos. Otras veces hay que taparse los oídos para que no se rompan los tímpanos con el pitido ensordecedor que avisa de algo: no efectuará parada. En cualquiera de los casos siempre llega un nuevo tren.
Sentada en el andén, en buena compañía, no puedo si no esperar la llegada del tren que al fin me lleve a mi destino. Cuando despierto entiendo que hace ya mucho tiempo que subí al tren. Disfruto entonces del paisaje y echo otro sueñecito. Sin miedo alguno a pasarme de estación.

sábado, 3 de octubre de 2009

El encantador de serpientes.



Entre el rescate y el remate no queda espacio para la realidad. No hay quien se salga de la norma de la vulgaridad y pueda levantar un paisaje de preciosos momentos. Será que hay cicatrices de no comprender o que no llegó la hora de encontrar. Apunta el cañón directo a la sien derecha y tiembla la mano poco diestra en su arrebato. Elimina en un instante la esperanza. Y así, comienza de nuevo el viaje hasta el infinito y más allá...


En el bosque, acecha la duda entre víboras que cambian de agujero y lechuzas ojipláticas. El viento susurra "are you tired of me my darling? Answer only with your eyes". Y, aún más lejos, al final de la curva que dibujan los robles, se abre paso el espejismo de un templo mágico. Contaban que fue profanado hasta el hartazgo. Sólo eran habladurías. Porque para poder entrar en él habría primero que encontrar el camino correcto dentro del laberinto que lo protegía y no desfallecer en el intento. A continuación, desear con toda el alma querer avanzar por su senda, sin prisa y sin pausa. Y más tarde, detenido el aspirante ante su puerta, encontrar la combinación secreta que permitiera adentrarse. Cuenta además la leyenda que, una vez en el interior, habría que vencer la furia de serpientes venenosas, resolver sortilegios endemoniados y estar dispuesto a perder la vida para vislumbrar el sagrado tesoro. Corazón e inteligencia creciendo juntos al unísono, en altura y profundidad, en el correr de los días del buscador de noble causa. Nunca nadie logró siquiera acariciarlo. Quienes afirmen lo contrario, MIENTEN.

jueves, 1 de octubre de 2009

Antropóloga al 96%



Mi antropología sufre un coma de pronóstico reservado con la polineuropatía propia del paciente crítico. Me cansé de luchar contra las ideas preconcebidas, las subjetividades y los habitus destructivos de profesoras con acento francés y dispuestas a todo menos a echar una mano.

No obstante, cito al antropólogo estructuralista Claude Levi-Strauss porque me reconozco en su opinión: "cansa el primitivismo de la television". Aunando saberes y abocándolos a la risa, dejo como muestra un botón:

- Yo he viajado, he visto otras culturas y eso te cambia.
- ¿Has estado en India?
- No, en Disneyland París. Cuando entras en casa del ratón Mickey algo por dentro te hace "click".


Pues eso. Que algún día habrá que volver a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología -si nos dejan- para, con el último aliento, hacerse con ese miserable y letal 4%. Buscando el "click" mental más que un nuevo título que adorne las paredes.

lunes, 28 de septiembre de 2009

El mundo se acabará en 12 horas



Y yo estoy en el sitio equivocado. Desde el aeropuerto de Viena resulta difícil digerir la mala nueva. ¿Será más fácil desde cualquier otro lugar en el mundo? Con la batería justa para una llamada rápida, porque ni siquiera tengo a mano el cargador. No sé qué hacer. Nunca pensé que me vería en una situación parecida. Hasta que te toca; siempre me impresionó esta frase. Una llamada. ¿A quién? No dudo, a mis padres. Para despedirnos antes de viajar con compañías aéreas distintas a un mismo destino. Vuelos diferentes que conducen a un lugar común. Siempre los mismos lugares comunes. Observo a las personas, logrando integrar sus anómalos comportamientos con la finalidad de entender qué está pasando. Por alguna extraña razón nadie habla. Todos piensan. Algunos ya han empezado a llorar, quién sabe por qué o por quiénes. Malditos lugares comunes. Yo ni siquiera sé qué coño estoy pensando. Repaso mi vida desde que tengo uso de razón. No es una sucesión de acontecimientos vitales como cabría esperar, sino una mezcolanza de risas, abrazos, besos, lágrimas, momentos… Sentimientos evocados. Y no pienso en ninguno de vosotros porque pienso en todos. Quizá en conjunto seáis mi compañero ideal. La inteligencia, la bondad, la comicidad, la ternura, la pasión, la entrega total, la madurez… Demasiadas virtudes para un hombre real. Te mando un mensaje: por lo que nos hemos querido. Me entristece pensar en pasado. Una parte especial de mi vida. Nunca más estaremos juntos. No quiero estar triste así que mi mente corre hasta encontrarte; nos quedamos con las ganas, pero cuántas ganas… Perdimos un órdago a grande con cuatro reyes, mala suerte no ser mano. Maldito sudor de manos. De ti no necesito despedirme. Sé que las dos nos hemos pensado y con eso es suficiente, qué amistad más maravillosa. Los demás, más lejos. Empiezo a pensar en quienes pensarán en mi. Habrá tantos a los que yo ni siquiera les haya dedicado un instante en este apresurado recuerdo… Es increíble que la comunicación humana se haya empobrecido tanto en la era de las comunicaciones.
Por fin se cumple la utopía comunista. Todos iguales, hombres y mujeres, pobres y ricos, sabios, ignorantes… Todos abocados a la muerte en algo menos de once horas. Once horas. ¿Qué sentido tiene hablar de once horas cuando éstas son las últimas once? Invento una nueva medida del tiempo: quedan dos ratos. El primero lo utilizaré para cubrir una serie de necesidades básicas: no quiero morir con el estómago vacío y el colon lleno. Me pongo a cantar: cómo me ha gustado siempre cantar, sólo para mí. Cuántos ratos he pasado sola. Escribo este texto, no he dejado de disfrutar escribiendo. Salgo del aeropuerto. No quiero morir dentro de un ataúd. Prefiero sentir el contacto de la tierra en mi espalda y del aire en mi cuerpo. Así tumbada me asalta el pánico. No es miedo, es desesperación e impotencia, es angustia y asfixia, es sentirse morir. El pánico es vencido por una carcajada que nace de él pero lo espanta. ¿Qué sentido tiene morir ahora cuando voy a morir realmente en un rato? Qué certeza más absurda. Pienso y me reprendo por las cosas que he hecho mal. Por los errores cometidos, algunos reincidentes. No quiero morir sintiéndome culpable. No quiero sentir miedo.
Quedan dos minutos. Me empiezo a quitar la ropa. Siento que necesito irme del mundo tal y como llegué a él. Es un instinto animal. Siento que quiero gozar por última vez y acaricio mi cuerpo. Ya no existe la moral, ya no existe la vergüenza. Sólo existo yo. Sola. Tan sola como siempre.
Son los diez últimos segundos. Me envuelve tu paz y tu generosidad. Eres la luz, siempre lo fuiste. Tú me esperas allí. Qué ganas de volver a verte.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Entre Brad Pitt y tú, me quedo contigo



Un enjambre de estrellas
para que no te pierdas.
Talismanes contra toda clase de males.

Desplegamos los mapas de todos los sueños.
Nos volvemos a encontrar en un punto entre
San Cosme y San Damián.

Los lobos hacen jauría
que es poesía de voracidad

Y es tan frágil mi voz...


Enrique Bunbury, Flamingos.

P.D. Lo escrito en el cuaderno que ahora descansa en el lugar que le corresponde, en una noche repleta de estrellas fugaces con una certeza en la intuición.

P.D. 2 A mi querido Dr. LNF



miércoles, 23 de septiembre de 2009

Post shock anafiláctico



No está el aire propicio para estampar mejillas.
Se borraron las flechas que indicaban la ruta
más copiosa de pájaros para los que agonizan.
Se arrastran por los suelos nubes sin corazón
y a la garganta trepa la impostura del mundo.
Gerardo Diego


Por si el pollo estuviera en el horno mando mensajes cifrados.


1. Bolivia tiene frontera con cinco países: Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú. El sulfato de magnesio es el fármaco de elección en la Torsade y el tiempo dedicado a la espera no es otro que el necesario.


2. Si el caballero acepta el baile al que fue invitado: además de gilipollas tienes un hijo mentiroso. Lo primero lo sabíamos, lo segundo ha sido una ingrata sorpresa. No merece el padre que tiene.


3. La señorita Julia debe saber que nunca dudé de su lealtad a la archiduquesa.


Dicho lo cual, saco el pollo no vaya a ser que se achicharre.

martes, 22 de septiembre de 2009

No hay esquinas en el mar



Ronda en lo inmediato un paraguas que lejos de proteger de la lluvia se dedica a recogerla cuidadosamente para después verter su frío contenido de una sola vez en la cabeza.
Hay además un día de sol radiante y unos ojos contemplándolo sin protección; ignorantes de que ese sol que calienta también quema. Las úlceras corneales van a dejar secuelas de por vida.

Un firme propósito para la próxima tormenta: saber de antemano que terminaré empapada. Y otro más para los días soleados: no perder de vista las gafas de sol.

Así están las cosas.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Madrid-Kasukabe



Hoy es el fin de la inocencia.
Yoshito Usui, in memoriam.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Tequila intramiocárdico, please


Subversión: acción y efecto de subvertir o subvertirse.
Subvertir: trastornar, revolver, destruir. Se conjuga como sentir.
Diccionario de la R.A.E.

Escribí durante veinte años y un día me di cuenta de que era siempre el mismo libro.
Simone de Beauvoir.

Busca un libro que diga cómo, luego otro que se titula si; sigue un tercero llamado nada. Es la forma del círculo sin fin. Y es que no hay nada mejor que imaginar, la física es un placer. Y es que no hay nada mejor que componer sin guitarra ni papel.
Antonio Vega.

¿Y qué quieres? Has sobrevivido.
Lo dijo como si se tratara de una sentencia. También como una acusación. Entonces comprendí que quien sobrevive a algo no tiene derecho a levantar ninguna acusación. Quien sobrevive ha ganado su propio juicio, no tiene ningún derecho ni ninguna razón para levantar acusación alguna.
Sándor Márai, La mujer justa.

Mi amor siempre estará cuidándote. Y le dejaste volar y tus ojos lloraron hasta doler pero sólo tú sabías que así tenía que ser...
Bebe, Pa' fuera telarañas.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Escurrideras cartesianas


Dibujan mis pies un calendario inapropiado.

Entre convulsas espirales de humo la vida comienza a dar vueltas de campana hacia marzo y se detiene con el carnaval callejero de septiembre. Fríos a destiempo que permiten la entrada en casa de ropajes imposibles; que maridan la sandalia y el abrigo, el cuello vuelto y el aftersun.

Una nueva misión es aceptada por el único agente secreto miope de la humanidad. Aterrorizado por el posible devenir de sus lentillas. En lo borroso, la lejanía le otorga el encanto a su mirada, entrecerrada o entreabierta, según el optimismo con que se enfrente la siguiente jornada de espionaje. Y escruta, en su atento pasear, rostros que se desprenden de la sonrisa fácil para esconderse en la ambición de la nada. Calladas las palabras, obligando a descifrarlas en un silencioso lenguaje no verbal.

La sensación de mareo no se va. Se entremezcla con el miedo, el retorno de la contractura asesina, la soledad. El maquillaje cabaterero no logra disimular los agujeros. Pero podríamos pecar hasta el infinito y seguiríamos mereciendo la absolución. No hay nada nuevo: para acceder al martillo rompecristales es necesario romper el cristal. Metro de Madrid informa.

Vivo o muerto. En kilómetros a la redonda hay quien corre con cazadora de aviador y quien sólo mueve las piernas sobre su propio eje tratando de perder similitudes evidentes con el avestruz. En todos los lugares, hasta en los menos apropiados, sigue colgado el cartel que ofrece la recompensa. Incluyendo el lugar más deseado por el publicista, allí donde todos lo pueden leer: el excusado. El lenguaje: preciso, conciso, envolvente.

Las cocinas de los palacios me roban el alma; majestuosas, perfectamente dotadas. Dan pie a imaginar su ajetreo frenético en la preparación de un banquete. Cabe acometer la nueva locura: visitar tantas cocinas palatinas como permitan los posibles. Recuperando la memoria del cielo del paladar.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Duermevela: no soplar (II)



El sueño de la rutina, pero a tu lado:

Salto de la cama a las 10 a.m. Antes que nada, me doy los buenos días y enciendo la cafetera. Una cápsula verde, de fortíssia esperanza, mezclada con leche se torna imprescincible para encender el ordenador. Estás trabajando, yo descanso en este viernes de sol. Ordeno la casa, hago la compra, preparo la comida. Suena el último directo de Héroes del Silencio porque hoy tengo el día rockero: me siento cómoda con los vaqueros ajustados, la camiseta negra, los botines de cuento. El pelo recogido, sin maquillaje, los labios hidratados. Entra un sms, 13:35 h: "No voy a comer. Mañana espesa. Con ganas de ti. Bs" Respondo, 13:47 h: "OK. Te ofrezco tarde líquida, para compensar. ¿Te apetece? Bs" Y de nuevo la respuesta, 14:22 h: "Estoy deseándote..."

Después de comer me quedo dormida veinte minutos, con las voces de fondo del Dr. Carter y la Dra. Lockhart. Sin perder el calor generado bajo la manta abro "Palmeras salvajes". La llave entrando en la cerradura acalla el susurro poético del maestro Cohen. Llegas sonriendo, cansado. Me cuentas lo más destacado entre besos y caricias. Y comienza el espectáculo: dos horas de ejercicio antes de que salgas a correr. Un buen vino para que cocinemos algo delicioso y una noche entera por delante para seguir disfrutándonos. Ahora, que al fin concluyó la espera.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Acaso hay que escribir el asunto?


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo,
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y mi espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda.

P.D. Virgencita de los Milagros, échame un capote.

martes, 15 de septiembre de 2009

Porta gayola intelectual



Tomé el teléfono y segundos más tarde una voz aterciopelada contestó.
-"Entiendo que usted puede arreglarme una hora de buena charla"
-"Claro, amor. ¿Qué tienes en mente?"
-"Me gustaría discutir Melville" .
-"¿Moby Dick o novelas más cortas?"
-"¿Cuál es la diferencia?"
-"El precio. Eso es todo. El simbolismo cuesta extra. Cincuenta por Moby Dick, le gustaría una discusión comparada... Melville Hawthrone, podríamos arreglarlo por unos cien. ¿Quiere una rubia o una castaña?"
-"La espero en el Plaza. Sorpréndame" dije y colgué.

A los pocos minutos de llegar a la habitación del hotel, una pelirroja de cuerpo dudoso golpeó la puerta.
-"Me sorprende que nadie te haya parado vestida así, el conserje usualmente detecta con facilidad a las intelectuales."
-"Con un billete de cinco no distingue nada".
-"Bueno, ¿comenzamos?", dije, y la llevé hacia el sillón. Ella encendió un cigarrillo y dijo:
-"Creo que podríamos comenzar encarando Billy Budd como la justificación de Melville a la creencia en Dios, nést-ce pas?"
-"Interesante", dije." Aunque no en el más puro estilo Miltoneano". Era una finta, me interesaba ver si valía para el oficio.
-"No, El paraíso perdido carece de subestructura en pesimismo".
Valía. -"Cierto, cierto. ¡Dios!, tiene razón." Murmuré. -"Creo que Melville reafirma las virtudes de la inocencia de una forma naif y a la vez sofisticada. ¿Está de acuerdo?"

Yo dejé que ella siguiera. Apenas tenia diecinueve años, pero ya había adquirido esa ductilidad encallecida de una pseudo-intelectual. Tiraba ideas, pero todo era mecánico. Cada vez que yo emitía una introspección ella simulaba una respuesta: -"Oh, sí Káiser, sí amor, eso sí que es profundo". Una platónica comprensión de la Cristiandad. ¿Cómo es que no lo había pensado antes? Gemía plena de satisfacción. Conversamos por una hora y luego dijo que debía irse, no sin antes enunciar que aún tenia mucho para ofrecerme. Esto lanzó mi curiosidad. -"¿Qué es lo que quieres decir?"

-"Supón que quisieras tener ...una fiestecita. Una del estilo Noam Chomsky explicada por dos mujeres. Eso te costaría mucho. También por cien una mujer puede prestarte los discos de Bartok , cenar y luego te permitiría mirarla mientras tiene un ataque de ansiedad. Por trescientos te puedo ofrecer una judía castaña que pretende buscarte en el Museo de arte Moderno, te deja leer su master, y hasta mantendría una agria y audible discusión sobre la concepción de Freud sobre la mujer, y luego simularía el tipo de suicidio de tu preferencia. Una velada perfecta, para algunos hombres".

Woody Allen, La puta de Mensa.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Teoría de los lunares blancos sobre fondo negro (I)



BOTIQUÍN PARA AFRONTARLA:

- Antieméticos (riesgo elevado de náuseas).
- Brújula-talismán para no quedarse clavado en un laberinto de espejos.
- Tinta desvirgadora de páginas blancas.
- Vendas estériles de gasa para enjugar lágrimas.
- Vituallas lubricantes: vino, mota, humos.
- Fonendoscopio para confirmar el silencio del latir.
- Un comienzo en La/ Si menor, que inspire a la tristeza.

Y a renglón seguido,

Considerando - por extensión - que el volumen graso ni se crea ni se destruye sino sólo se teletransporta.

Definición de Fondo Negro o dador, N: el adelgazamiento (Nb) de una persona o ente vivo cualquiera lleva aparejado un engorde equivalente (Bb) en otro organismo receptor.

Definición de Lunar Blanco o receptor, B: el material graso global oscilante(MGGO) resultante de la suma de pérdidas de individuos N es automáticamente adjudicado a sujetos con índices de material graso global aumentado (MGGA). No queda espacio en el conjunto para que individuos con material graso global disminuido (MGGD) puedan recibirlo.

MGGO = x(N- Nb)/ MGGA
MGGD < (de lo esperado) Corolario: la teoría aplica de igual manera al recuento neuronal de quienes identifican delgadez con patología y se toman la libertad de expresarlo confundiendo desfachatez con sinceridad.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Teoría de las Bolas Abiertas (I)




Partiendo del hecho de que cada persona está constituida, además de por su propio cuerpo, por el espacio esférico inmediato que le rodea, esfera en donde se dan toda clase de flujos empáticos, simpáticos y antipáticos, podemos definir a la especie humana como un conjunto de bolas abiertas que a veces se intersecan y otras se repelen.

Y a renglón seguido,

Definición de Bola Cerrada; una bola B del espacio Rn es cerrada si su complementaria (Rn - B) es abierta. Ambas son consideradas conjuntos disjuntos en ese espacio Rn, aunque puede llegar a definirse un espacio difuso tal que en él ambas bolas se intersequen.

Definición de Bola Abierta; sea "a" un punto de un espacio Rn y sea r un número positivo dado. El conjunto de todos los puntos de ese espacio Rn tales que la distancia entre un x y a es menor que r
[x - a] <>
se denomina n-bola abierta de radio r y centro a.
Designamos este conjunto por B(a;r), que es aplicable a todo sistema, espacio o persona receptiva a toda búsqueda basada en un aparente azar.

Un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas.
Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.

Nocilla Experience, Agustín Fernández Mallo.
P.D. Con pequeñas licencias poéticas postpoéticas.

viernes, 28 de agosto de 2009

Ligera de equipaje



Nos vemos a la vuelta,
hasta pronto.

Te morías por volver, con la frente marchita -cantaba Gardel-,
y entre citas de Borges Evita bailaba con Freud.
No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió.

jueves, 27 de agosto de 2009

Evita bailando con Freud



Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar.
Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción.
Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse, de sol y grana volar,
bajo el cielo azul temblar súbitamente y quebrarse.

Antonio Machado


Este blog comenzó siendo mi particular aventura de ensoñación. Me apropié de algún verso especialmente evocador para darle nombre. Robé la fórmula magistral que inicia cada despegue y me abroché el cinturón ilusionada con el viaje. Decidí no llevar equipaje, no mentir. Fui aprendiendo de a poquitos y con esfuerzo, como todo lo que supongo importa al final en esta vida. Siempre por el gusto de escribir para ordenarme por dentro, por el placer de encadenar palabras para tratar con ellas de transmitir y entender lo más íntimo y personal. Buscando un soporte externo para lo intransferible. Y escribo, con más o menos acierto según el día y mi estado anímico, desde que tengo uso de razón. Desde que, a una edad temprana, descubrí que se podía estar en este mundo de muchas maneras, siendo la que me había tocado en suerte -ante mis ojos- sumamente complicada.

Trato de sobrevivir, a esta vida que tengo y que es la mía, con toda la ironía que me permite el sentido del humor. Y aunque me gusta bailar a menudo siento que no termino de encajar en la coreografía. Antes, cuando era más joven, salía huyendo para encerrarme a llorar en el camerino. Ahora, en la oscuridad de ese refugio tantas veces visitado, creo escuchar llantos similares al mío. Hombres y mujeres que se levantan con mis mismas penas, lejos de lo efímero e insustancial de estos tiempos modernos. Es momento de que la fiesta empiece en el sótano, sin importar lo que venga sucediendo en el escenario principal. Porque es el lugar adecuado para olvidarse del pánico escénico y dejar salir del alma, por una vez al menos, todo lo que no debe sino ser compartido.

A todos los invitados a este baile de valiente y temible lucha interior, a todos los que siguen intentando cabalgar al tigre, a todos los que sufren mi mismo dolor: bien hallados y bienvenidos.


Tomaremos juntos el café prometido. Y bailaremos...

martes, 25 de agosto de 2009

Dangerous Nancy Botwin




Ok, it´s time to write it.

Pregunto buscando una nueva frontera a la que dirigirme. La bola mágica responde apresándome en su contradicción. Del éxito rotundo a las dudas razonables, hasta llegar al fracaso decepcionante. Todo ello mediado por una espera que no parece acabar nunca. Desde hace un tiempo todo parece ser bueno o malo, bueno o malo, sin espacio para los grises. No soporto esta dicotomía desesperanzadora. Todo cambia, nada permanece salvo esta jodida espera. Espero a alguien que decida tragarse mis penas y sacuda mi cama como un animal. Que no sea muy malo. Que no sea muy bueno. Sólo alguien que cuide de mí. Pero no sé quién es ese alguien. Quiero creer que eres tú. Ninguna prueba de ello, no tengo datos objetivos más allá de unas palabras descontextualizadas en algún viejo escrito y una ilusión óptica que me lleva a ver tu sonrisa atribulada por mi presencia. Nada serio.

Lo cierto es que no soy capaz de introducir el nuevo código en la botella de nitroglicerina para mandar un mensaje bomba que te haga saber que no respondo de mis actos. No soy capaz de cruzar dos palabras seguidas contigo sin que se disparen frecuencias, deseos y unas ganas horribles de más. Mariposas kamikazes bailando con Freud en mi estómago. Chocando las unas con las otras, perdidas en su vuelo caótico. No me sienta bien salir de guardia y comprobar que las libranzas no se ajustan a las presencias. Tampoco remover el fango para encontrarte entre los recuerdos. Mucho menos montarme en la montaña rusa para que al fin, afónica y despeinada, termine vomitando. Lo dejo ahora, de nuevo en standby: no puedo caminar por el mareo del vértigo.

Nothing is exactly as it seems...
Nor is it otherwise.

lunes, 24 de agosto de 2009

La alegría de un busca sonando a las 6 a.m.



Entre cuevas de Luis Candelas y rejas que no cierran para cantar por celestiales. Con la vida y la muerte bordada en la boca. Luciendo los tatuajes del pasado traicionero de una tímida filibustera al abordaje. Esperando que al compás de unas palmas de tango, aunque tarde en llegar esa tarde muchas tardes, pague mi rescate un curapupas. Que las gotas se junten con las gotas y el barco quede hermoso y no se hunda. Fumando con la mano derecha mientras se cuece un arroz con bogavante.

¿Señora condesa?
El señor, que se ha alegrado extraordinariamente de que le despertase, acaba de expresarme, con lágrimas en los ojos, cuánto lamenta no poder acudir ni hoy a las cinco ni mañana a las cuatro al sitio donde él y la señora condesa saben. Dice que irá cualquier otra tarde, sin fijar fecha; pero, eso sí, suplica a la señora condesa que no se impaciente por muchas tardes que tarde en llegar esa tarde...
La verdad es que el señor tiene razón cuando dice que la condesa sólo se diferencia de un carabinero en que fuma con la mano derecha.


Enrique Jardiel Poncela.