martes, 29 de diciembre de 2009

¿Y mi biquini de rayas?



Tomar el sol con la que está cayendo es tanto como aprovechar la boca desdentada para redondear fellatios: arriesgado. La tormenta eléctrica, que antaño sonaba muy arrítmica, escampó. La calma clama por conminar la calamidad. Y entre calabazas, calambres y calabobos -el éxtasis del calambur- brillan calcomanías: de esas malas que se van en la primera ducha.
La cesta de Navidad enviada por Nochebuena fatal Productions, S.L. llenó la alacena de Bisolvón Gran Reserva y foie caramelizado al paracetamol. Con nevera y cama vacías, habrá que dar gracias porque al menos quede pollo en el congelador.
Vendrán tiempos mejores.
Brindo hoy, a destiempo, con sed de ilusiones.

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