Suspiros de alfalfa, Mrs. Nancy Botwin
domingo, 24 de abril de 2011
Suspiros de alfalfa
Suspiros de alfalfa, Mrs. Nancy Botwin
domingo, 17 de abril de 2011
Turbulencias dominicales
viernes, 8 de abril de 2011
Paracaídas ausentes
¿Quién cuenta las nubes sabiamente y quién inclina los odres del cielo, cuando el polvo se funde en una masa y los terrones se pegan entre sí? ¿Cazas tú la presa para la leona y aplacas el hambre de sus cachorros, cuando se agazapan en sus guaridas y están al acecho en la espesura?
¿Has caminado por el fondo del océano?
Job, capítulo 38
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Esa noche me puse en sus manos: temblando sobre el suelo frío, desnuda ante mi miedo, perdida en su dictado. Traspasé mi propio límite, las fronteras intangibles de mi propia voluntad y mi conciencia, y me entregué a él. Sin palabras y en silencio.
El equilibrio es más que el estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente. Es la caída frustada y el ascenso ignorado. O ninguna de ellas. O ambas. O la duda inmisericorde devorándonos un anochecer cualquiera.
El pH de mis lágrimas, Mrs. Nancy Botwin
miércoles, 6 de abril de 2011
Réquiem por un lobo feroz
[...] Ya no es posible amar solo en febrero, ni al tuntún de la luna y las mareas. Si se apagan las velas, que se apaguen, si se mueren las rosas, que se mueran; si se pierde un guante, bien perdido está. Nada se parece a ti, y por tanto me parece conveniente no compararte con nada. Más que harto estaba ya de la traición gélida de los espejos. De la trampa y el cartón de los misterios y la coquetería boba de las leyendas, los laberintos, los crucigramas.