LIBRO
como el sol cuando amanece yo soy
LIBRO.
Entre Cartones
Raquel Bullón
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ENUMERACIÓN. (Del lat. enumeratĭo, -ōnis). 3. f. Cómputo o cuenta numeral de cosas. 4. f. Ejemplo desesperado de cuatro o cinco cosas que no quiero que se mueran nunca.- la sabiduría urgente del paludismo, espejo de la pasión y de la enmienda: después de la fiebre, la humildad del muslo.- el elenco de cosquillas que, por inducción, robé a los hechos: de rodillas imploré más memoria episódica.- las conversaciones imaginarias y los aleteos eróticos: el frufrú de los cuerpos, color que se escurre.- el haiku paralítico que escribe el sol con la lluvia.- la rosa de la onomatopeya.
Berta Gª Faet
(tilo)
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Aletrizar es dejar que las letras se posen donde gusten. Se aceptan superficies suaves o abruptas según se porte el día: cuadernos delicados, cuadernos del montón, recortes de periódico, márgenes de libros, pantallas de ordenador, dispositivos móviles de teclado imposible, resguardos de extractos bancarios o duplicados de facturas. Hojas en sucio de cualquier tamaño, color y textura y hojas en limpio que exigen -requisito comprensible- buena letra.
Pista es cualquier huella, indicio o rastro que permite ir más allá de lo evidente y encontrar lo buscado a quien logre descifrarla. Se aceptan como señuelos válidos los juegos de palabras, las referencias a obras literarias, cinematográficas o musicales, las formas pronominales y sus digresiones concordantes, los dislates basados en hechos reales y cada uno de los versos que apelando a lo imaginado particular logren acariciar el endocardio. También las imágenes, de preferencia en blanco y negro que contengan un ápice de sereno asombro y un mucho de estética armonía.
Yo piloto sin carné y, en general, aletrizo como puedo.
Nunca pido permiso a la torre de control. Considero tan mío como de todos cada centímetro del espacio aéreo. Nada sé de coordenadas de posición, altitudes ni deceleraciones. A veces maniobro con viento de cola; quemo los frenos y trato de pararme. Otras con viento cruzado; doy por bueno el bamboleo de mis alas en busca del soñado equilibrio. Casi nunca, como es obvio, en condiciones idóneas. Y así tengo mi propia visión del mundo. Rara, tal vez: seguro. A medio camino entre el éxtasis por lo maravilloso del paisaje, la necesidad de saber qué Fi02 suministrarán las mascarillas de oxígeno en caso de emergencia y la convicción de que para vencer el miedo hay que conservar la fe en lo que guste disponer el cielo.