Sabes mejor que yo que hasta los huesos
solo calan los besos que no has dado,
los labios del pecado.
Y sin embargo,
Joaquín Sabina
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Hay días en que todo me vale. El cuero negro o el encaje; el pelo recogido o suelto; la mirada o la mente sucia; el pavo relleno o al natural; el túnel de lavado o el probador de señoras. Hágase valer la conjunción o como no excluyente.
Hay días en que el paraíso es ubicuo y sus fotografías impúdicas. La panorámica de una barra de bar de carretera americano; el primerísimo plano de un cigarro en los labios de un hotel de Bilbao; el plano detalle de cualesquiera de las farolas de la calle Larios. Disparos mentales a quemarropa, a incendialabios.
Hay días de acción; esos días no se escribe.
Hay días de moviola; esos días se escribe para retroceder en bucle hasta la acción, intercalar ficción si es menester y poner banda sonora. Todo lo necesario para que el conjunto sea memorable y evocador.
Hay días de conmociones en que se me corre el rímel y me pregunto de qué cojones va todo esto; días en que la vida -más bien la muerte- me supera. Y días de emociones en los que el rímel se queda en su sitio, el verbo correr se conjuga en reflexivo y solo repito como un mantra: "A follar, a follar, que se estrellan los planetas".
Mrs. NB, Season 6- episode 8