lunes, 28 de septiembre de 2009

El mundo se acabará en 12 horas



Y yo estoy en el sitio equivocado. Desde el aeropuerto de Viena resulta difícil digerir la mala nueva. ¿Será más fácil desde cualquier otro lugar en el mundo? Con la batería justa para una llamada rápida, porque ni siquiera tengo a mano el cargador. No sé qué hacer. Nunca pensé que me vería en una situación parecida. Hasta que te toca; siempre me impresionó esta frase. Una llamada. ¿A quién? No dudo, a mis padres. Para despedirnos antes de viajar con compañías aéreas distintas a un mismo destino. Vuelos diferentes que conducen a un lugar común. Siempre los mismos lugares comunes. Observo a las personas, logrando integrar sus anómalos comportamientos con la finalidad de entender qué está pasando. Por alguna extraña razón nadie habla. Todos piensan. Algunos ya han empezado a llorar, quién sabe por qué o por quiénes. Malditos lugares comunes. Yo ni siquiera sé qué coño estoy pensando. Repaso mi vida desde que tengo uso de razón. No es una sucesión de acontecimientos vitales como cabría esperar, sino una mezcolanza de risas, abrazos, besos, lágrimas, momentos… Sentimientos evocados. Y no pienso en ninguno de vosotros porque pienso en todos. Quizá en conjunto seáis mi compañero ideal. La inteligencia, la bondad, la comicidad, la ternura, la pasión, la entrega total, la madurez… Demasiadas virtudes para un hombre real. Te mando un mensaje: por lo que nos hemos querido. Me entristece pensar en pasado. Una parte especial de mi vida. Nunca más estaremos juntos. No quiero estar triste así que mi mente corre hasta encontrarte; nos quedamos con las ganas, pero cuántas ganas… Perdimos un órdago a grande con cuatro reyes, mala suerte no ser mano. Maldito sudor de manos. De ti no necesito despedirme. Sé que las dos nos hemos pensado y con eso es suficiente, qué amistad más maravillosa. Los demás, más lejos. Empiezo a pensar en quienes pensarán en mi. Habrá tantos a los que yo ni siquiera les haya dedicado un instante en este apresurado recuerdo… Es increíble que la comunicación humana se haya empobrecido tanto en la era de las comunicaciones.
Por fin se cumple la utopía comunista. Todos iguales, hombres y mujeres, pobres y ricos, sabios, ignorantes… Todos abocados a la muerte en algo menos de once horas. Once horas. ¿Qué sentido tiene hablar de once horas cuando éstas son las últimas once? Invento una nueva medida del tiempo: quedan dos ratos. El primero lo utilizaré para cubrir una serie de necesidades básicas: no quiero morir con el estómago vacío y el colon lleno. Me pongo a cantar: cómo me ha gustado siempre cantar, sólo para mí. Cuántos ratos he pasado sola. Escribo este texto, no he dejado de disfrutar escribiendo. Salgo del aeropuerto. No quiero morir dentro de un ataúd. Prefiero sentir el contacto de la tierra en mi espalda y del aire en mi cuerpo. Así tumbada me asalta el pánico. No es miedo, es desesperación e impotencia, es angustia y asfixia, es sentirse morir. El pánico es vencido por una carcajada que nace de él pero lo espanta. ¿Qué sentido tiene morir ahora cuando voy a morir realmente en un rato? Qué certeza más absurda. Pienso y me reprendo por las cosas que he hecho mal. Por los errores cometidos, algunos reincidentes. No quiero morir sintiéndome culpable. No quiero sentir miedo.
Quedan dos minutos. Me empiezo a quitar la ropa. Siento que necesito irme del mundo tal y como llegué a él. Es un instinto animal. Siento que quiero gozar por última vez y acaricio mi cuerpo. Ya no existe la moral, ya no existe la vergüenza. Sólo existo yo. Sola. Tan sola como siempre.
Son los diez últimos segundos. Me envuelve tu paz y tu generosidad. Eres la luz, siempre lo fuiste. Tú me esperas allí. Qué ganas de volver a verte.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Entre Brad Pitt y tú, me quedo contigo



Un enjambre de estrellas
para que no te pierdas.
Talismanes contra toda clase de males.

Desplegamos los mapas de todos los sueños.
Nos volvemos a encontrar en un punto entre
San Cosme y San Damián.

Los lobos hacen jauría
que es poesía de voracidad

Y es tan frágil mi voz...


Enrique Bunbury, Flamingos.

P.D. Lo escrito en el cuaderno que ahora descansa en el lugar que le corresponde, en una noche repleta de estrellas fugaces con una certeza en la intuición.

P.D. 2 A mi querido Dr. LNF



miércoles, 23 de septiembre de 2009

Post shock anafiláctico



No está el aire propicio para estampar mejillas.
Se borraron las flechas que indicaban la ruta
más copiosa de pájaros para los que agonizan.
Se arrastran por los suelos nubes sin corazón
y a la garganta trepa la impostura del mundo.
Gerardo Diego


Por si el pollo estuviera en el horno mando mensajes cifrados.


1. Bolivia tiene frontera con cinco países: Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú. El sulfato de magnesio es el fármaco de elección en la Torsade y el tiempo dedicado a la espera no es otro que el necesario.


2. Si el caballero acepta el baile al que fue invitado: además de gilipollas tienes un hijo mentiroso. Lo primero lo sabíamos, lo segundo ha sido una ingrata sorpresa. No merece el padre que tiene.


3. La señorita Julia debe saber que nunca dudé de su lealtad a la archiduquesa.


Dicho lo cual, saco el pollo no vaya a ser que se achicharre.

martes, 22 de septiembre de 2009

No hay esquinas en el mar



Ronda en lo inmediato un paraguas que lejos de proteger de la lluvia se dedica a recogerla cuidadosamente para después verter su frío contenido de una sola vez en la cabeza.
Hay además un día de sol radiante y unos ojos contemplándolo sin protección; ignorantes de que ese sol que calienta también quema. Las úlceras corneales van a dejar secuelas de por vida.

Un firme propósito para la próxima tormenta: saber de antemano que terminaré empapada. Y otro más para los días soleados: no perder de vista las gafas de sol.

Así están las cosas.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Madrid-Kasukabe



Hoy es el fin de la inocencia.
Yoshito Usui, in memoriam.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Tequila intramiocárdico, please


Subversión: acción y efecto de subvertir o subvertirse.
Subvertir: trastornar, revolver, destruir. Se conjuga como sentir.
Diccionario de la R.A.E.

Escribí durante veinte años y un día me di cuenta de que era siempre el mismo libro.
Simone de Beauvoir.

Busca un libro que diga cómo, luego otro que se titula si; sigue un tercero llamado nada. Es la forma del círculo sin fin. Y es que no hay nada mejor que imaginar, la física es un placer. Y es que no hay nada mejor que componer sin guitarra ni papel.
Antonio Vega.

¿Y qué quieres? Has sobrevivido.
Lo dijo como si se tratara de una sentencia. También como una acusación. Entonces comprendí que quien sobrevive a algo no tiene derecho a levantar ninguna acusación. Quien sobrevive ha ganado su propio juicio, no tiene ningún derecho ni ninguna razón para levantar acusación alguna.
Sándor Márai, La mujer justa.

Mi amor siempre estará cuidándote. Y le dejaste volar y tus ojos lloraron hasta doler pero sólo tú sabías que así tenía que ser...
Bebe, Pa' fuera telarañas.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Escurrideras cartesianas


Dibujan mis pies un calendario inapropiado.

Entre convulsas espirales de humo la vida comienza a dar vueltas de campana hacia marzo y se detiene con el carnaval callejero de septiembre. Fríos a destiempo que permiten la entrada en casa de ropajes imposibles; que maridan la sandalia y el abrigo, el cuello vuelto y el aftersun.

Una nueva misión es aceptada por el único agente secreto miope de la humanidad. Aterrorizado por el posible devenir de sus lentillas. En lo borroso, la lejanía le otorga el encanto a su mirada, entrecerrada o entreabierta, según el optimismo con que se enfrente la siguiente jornada de espionaje. Y escruta, en su atento pasear, rostros que se desprenden de la sonrisa fácil para esconderse en la ambición de la nada. Calladas las palabras, obligando a descifrarlas en un silencioso lenguaje no verbal.

La sensación de mareo no se va. Se entremezcla con el miedo, el retorno de la contractura asesina, la soledad. El maquillaje cabaterero no logra disimular los agujeros. Pero podríamos pecar hasta el infinito y seguiríamos mereciendo la absolución. No hay nada nuevo: para acceder al martillo rompecristales es necesario romper el cristal. Metro de Madrid informa.

Vivo o muerto. En kilómetros a la redonda hay quien corre con cazadora de aviador y quien sólo mueve las piernas sobre su propio eje tratando de perder similitudes evidentes con el avestruz. En todos los lugares, hasta en los menos apropiados, sigue colgado el cartel que ofrece la recompensa. Incluyendo el lugar más deseado por el publicista, allí donde todos lo pueden leer: el excusado. El lenguaje: preciso, conciso, envolvente.

Las cocinas de los palacios me roban el alma; majestuosas, perfectamente dotadas. Dan pie a imaginar su ajetreo frenético en la preparación de un banquete. Cabe acometer la nueva locura: visitar tantas cocinas palatinas como permitan los posibles. Recuperando la memoria del cielo del paladar.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Duermevela: no soplar (II)



El sueño de la rutina, pero a tu lado:

Salto de la cama a las 10 a.m. Antes que nada, me doy los buenos días y enciendo la cafetera. Una cápsula verde, de fortíssia esperanza, mezclada con leche se torna imprescincible para encender el ordenador. Estás trabajando, yo descanso en este viernes de sol. Ordeno la casa, hago la compra, preparo la comida. Suena el último directo de Héroes del Silencio porque hoy tengo el día rockero: me siento cómoda con los vaqueros ajustados, la camiseta negra, los botines de cuento. El pelo recogido, sin maquillaje, los labios hidratados. Entra un sms, 13:35 h: "No voy a comer. Mañana espesa. Con ganas de ti. Bs" Respondo, 13:47 h: "OK. Te ofrezco tarde líquida, para compensar. ¿Te apetece? Bs" Y de nuevo la respuesta, 14:22 h: "Estoy deseándote..."

Después de comer me quedo dormida veinte minutos, con las voces de fondo del Dr. Carter y la Dra. Lockhart. Sin perder el calor generado bajo la manta abro "Palmeras salvajes". La llave entrando en la cerradura acalla el susurro poético del maestro Cohen. Llegas sonriendo, cansado. Me cuentas lo más destacado entre besos y caricias. Y comienza el espectáculo: dos horas de ejercicio antes de que salgas a correr. Un buen vino para que cocinemos algo delicioso y una noche entera por delante para seguir disfrutándonos. Ahora, que al fin concluyó la espera.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Acaso hay que escribir el asunto?


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo,
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y mi espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda.

P.D. Virgencita de los Milagros, échame un capote.

martes, 15 de septiembre de 2009

Porta gayola intelectual



Tomé el teléfono y segundos más tarde una voz aterciopelada contestó.
-"Entiendo que usted puede arreglarme una hora de buena charla"
-"Claro, amor. ¿Qué tienes en mente?"
-"Me gustaría discutir Melville" .
-"¿Moby Dick o novelas más cortas?"
-"¿Cuál es la diferencia?"
-"El precio. Eso es todo. El simbolismo cuesta extra. Cincuenta por Moby Dick, le gustaría una discusión comparada... Melville Hawthrone, podríamos arreglarlo por unos cien. ¿Quiere una rubia o una castaña?"
-"La espero en el Plaza. Sorpréndame" dije y colgué.

A los pocos minutos de llegar a la habitación del hotel, una pelirroja de cuerpo dudoso golpeó la puerta.
-"Me sorprende que nadie te haya parado vestida así, el conserje usualmente detecta con facilidad a las intelectuales."
-"Con un billete de cinco no distingue nada".
-"Bueno, ¿comenzamos?", dije, y la llevé hacia el sillón. Ella encendió un cigarrillo y dijo:
-"Creo que podríamos comenzar encarando Billy Budd como la justificación de Melville a la creencia en Dios, nést-ce pas?"
-"Interesante", dije." Aunque no en el más puro estilo Miltoneano". Era una finta, me interesaba ver si valía para el oficio.
-"No, El paraíso perdido carece de subestructura en pesimismo".
Valía. -"Cierto, cierto. ¡Dios!, tiene razón." Murmuré. -"Creo que Melville reafirma las virtudes de la inocencia de una forma naif y a la vez sofisticada. ¿Está de acuerdo?"

Yo dejé que ella siguiera. Apenas tenia diecinueve años, pero ya había adquirido esa ductilidad encallecida de una pseudo-intelectual. Tiraba ideas, pero todo era mecánico. Cada vez que yo emitía una introspección ella simulaba una respuesta: -"Oh, sí Káiser, sí amor, eso sí que es profundo". Una platónica comprensión de la Cristiandad. ¿Cómo es que no lo había pensado antes? Gemía plena de satisfacción. Conversamos por una hora y luego dijo que debía irse, no sin antes enunciar que aún tenia mucho para ofrecerme. Esto lanzó mi curiosidad. -"¿Qué es lo que quieres decir?"

-"Supón que quisieras tener ...una fiestecita. Una del estilo Noam Chomsky explicada por dos mujeres. Eso te costaría mucho. También por cien una mujer puede prestarte los discos de Bartok , cenar y luego te permitiría mirarla mientras tiene un ataque de ansiedad. Por trescientos te puedo ofrecer una judía castaña que pretende buscarte en el Museo de arte Moderno, te deja leer su master, y hasta mantendría una agria y audible discusión sobre la concepción de Freud sobre la mujer, y luego simularía el tipo de suicidio de tu preferencia. Una velada perfecta, para algunos hombres".

Woody Allen, La puta de Mensa.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Teoría de los lunares blancos sobre fondo negro (I)



BOTIQUÍN PARA AFRONTARLA:

- Antieméticos (riesgo elevado de náuseas).
- Brújula-talismán para no quedarse clavado en un laberinto de espejos.
- Tinta desvirgadora de páginas blancas.
- Vendas estériles de gasa para enjugar lágrimas.
- Vituallas lubricantes: vino, mota, humos.
- Fonendoscopio para confirmar el silencio del latir.
- Un comienzo en La/ Si menor, que inspire a la tristeza.

Y a renglón seguido,

Considerando - por extensión - que el volumen graso ni se crea ni se destruye sino sólo se teletransporta.

Definición de Fondo Negro o dador, N: el adelgazamiento (Nb) de una persona o ente vivo cualquiera lleva aparejado un engorde equivalente (Bb) en otro organismo receptor.

Definición de Lunar Blanco o receptor, B: el material graso global oscilante(MGGO) resultante de la suma de pérdidas de individuos N es automáticamente adjudicado a sujetos con índices de material graso global aumentado (MGGA). No queda espacio en el conjunto para que individuos con material graso global disminuido (MGGD) puedan recibirlo.

MGGO = x(N- Nb)/ MGGA
MGGD < (de lo esperado) Corolario: la teoría aplica de igual manera al recuento neuronal de quienes identifican delgadez con patología y se toman la libertad de expresarlo confundiendo desfachatez con sinceridad.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Teoría de las Bolas Abiertas (I)




Partiendo del hecho de que cada persona está constituida, además de por su propio cuerpo, por el espacio esférico inmediato que le rodea, esfera en donde se dan toda clase de flujos empáticos, simpáticos y antipáticos, podemos definir a la especie humana como un conjunto de bolas abiertas que a veces se intersecan y otras se repelen.

Y a renglón seguido,

Definición de Bola Cerrada; una bola B del espacio Rn es cerrada si su complementaria (Rn - B) es abierta. Ambas son consideradas conjuntos disjuntos en ese espacio Rn, aunque puede llegar a definirse un espacio difuso tal que en él ambas bolas se intersequen.

Definición de Bola Abierta; sea "a" un punto de un espacio Rn y sea r un número positivo dado. El conjunto de todos los puntos de ese espacio Rn tales que la distancia entre un x y a es menor que r
[x - a] <>
se denomina n-bola abierta de radio r y centro a.
Designamos este conjunto por B(a;r), que es aplicable a todo sistema, espacio o persona receptiva a toda búsqueda basada en un aparente azar.

Un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas.
Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.

Nocilla Experience, Agustín Fernández Mallo.
P.D. Con pequeñas licencias poéticas postpoéticas.