Tu risa me hace libre, me pone alas.
Ríete tanto que en el alma al oírte, bata el espacio.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios relampaguea.
Es tu risa en los ojos la luz del mundo.
Nanas de la cebolla,
Miguel Hernández
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Cierro los ojos y veo la erosión de mi saliva en tu salitre. Pienso entonces en geotectónica básica y vienen como un mantra a mi cabeza las fallas de subducción. Activado el contacto de esta aeronave humana. De fallas a fallos. De fallos a ¿follas? Stop.
Sabes a cristal de sal marina; a roca curtida en las profundidades con el ir y venir de las mareas; a lo natural intacto; a vida. Creo que debes saberlo. Stop.
Dices la mar, como un auténtico marinero. Hablas poco. Tienes grasa en las manos. Sudas. Sabes lo dura que es la vida. Que la tienes. Que la quiero. Stop.
A lomos del viento, alitas más o menos.