martes, 4 de septiembre de 2012

Abierto por reformas




Estoy aquí,
donde yo siempre estuve,
donde apenas hay sitio para mantenerse erguido.

La soledad es un farol certeramente apedreado:
sobre ella me apoyo.



En ti me quedo,
Ángel González



&



Retomo la vieja costumbre de escribir ahora que las glaciaciones estivales que dejaron maltrecho el corazón parecen alejarse hacia el oeste y el anticiclón promete tímidamente -con los labios apretados- que dejará vía libre a tiempos de serenas lluvias. Entre tanto, la actividad en las copas de los árboles no cesa: se preparan las hojas para recibir la llamada inexorable de la caducidad otoñal y andan atareadas tejiendo en sueños mantos que arropen soledades. Salen también las tintas y las savias de su escondrijo-refugio, aprovechando el caos reinante, para solidificarse en letras que templen las nervaduras y doten de sentido los limbos.  


Así vuelvo al té humeante y a la madera: porque no sé vivir sin el consuelo del azúcar avivándome el endocardio y la solidez del duramen afianzándome la incertidumbre. Casi sin quererlo, como escapa el suspiro después de las lágrimas que se desbordan o se intuye la verdad del esbozo de sonrisa que lucha por mantenernos erguidos encima de la cuerda floja.


Haciendo equilibrios tragicómicos en cada despertar.
Saltimbanqui con vértigo, podría rezar mi epitafio.



6 comentarios:

  1. Una de dos: secuéstreme o la secuestro. Elija, querida. Y huyamos de esta vida tan mal contada.

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    1. Si usted supiera, darling, cuantas noches su forma de contar la vida me hace conciliar el sueño...
      Me secuestró hace tiempo.
      No sabe cómo se lo agradezco.

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  2. La solidez del duramen es la clave. Con eso ya lo tienes todo ganado...
    Besos.

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    1. Las carcomas siempre están ávidas de duramen, Mr. Elvis. "Más madera, más madera" es un plagio en toda regla de los Hermanos Marx.
      Se hace lo que se puede.
      Como usted, como todos.

      Besos y R&R.

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  3. Por si las moscas, colocaré debajo del alambre 7 colchones de viscoelástico y un guisante...no sea que resbales, princesa.

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    1. Siete colchones y un guisante es perfecto.
      Da gusto saber que alguien vela por una. Se camina con otro talante.

      Un abrazo, tiara en mano.

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