lunes, 12 de noviembre de 2012

Reincidente manifiesta




 Instituto de Cardiología
Página web de la Comunidad de Madrid


 “Destaca por ser un centro de importante apoyo en la disminución de lista de espera en estas exploraciones  en el conjunto de la sanidad madrileña, con atención rápida y personalizada, y por disponer de un personal sanitario con un alto grado de experiencia en el diagnóstico y tratamiento del paciente cardiológico”. 


Instituto de Cardiología  (SERMAS). Código de centro: 772.
Presupuestos 2013: sección "Asignaciones". Pasa del 771 al 773.
¿Y el 772? 
No existe. Cero euros.



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No tenía intención de reincidir, pero no quiero evitarlo.

Veo a mis compañeros de cada día dispuestos a dejarse la piel por conservar su puesto de trabajo y me emociono. Bajo a tomar con ellos un café a las tres de la madrugada: están sentados sobre mantas en el Salón de Actos del hospital con un frío considerable (hay que ahorrar en calefacción o al menos "no hacerles agradable la rebeldía").  Los celadores se van a la calle a 31 de diciembre, sí o sí. Los enfermeros con contrato eventual saben que lo tienen crudo para renovar: serán desplazados por la gente fija -desplazada a su vez- de hospitales que se privatizan. Hoy hablaban de qué se necesita para ser enfermera en Oslo además de no ser friolera...


Y a mí de momento no me tocan. Pero miro la bola de cristal y lo veo meridianamente oscuro. Vaticino un futuro de incapacidad para hacer frente a mi labor profesional - cuidar a personas en estado crítico-con garantías mínimas.  Ya hay días en que llego por los pelos (sin sentarme ni para el pis). A partir de ahora, con la que se avecina, me quedaré calva. Y es que sé la angustia que eso me va a suponer: por dejar de hacer cosas se muere la gente. Por hacerlas demasiado rápido de continuo, antes o después, también. Hay errores que no son rectificables. Los pacientes prolongarán su estancia en UCI por complicaciones derivadas de una asistencia deficiente y los nuevos pacientes no podrán ingresar por falta de camas o lo harán demasiado tarde (cuando la vida pende de un hilo cada minuto es oro).  Y eso, antes que para contarlo, es para vivirlo. 


 Para que no me acusen de contribuir a la hecatombe acumulando cajas de fármacos "sin tocar" en el cajoncito de la cómoda, cambio psicofármacos por hachís para tratar de conciliar el sueño. Y me cuesta, no crean, aunque en cada calada vislumbre sin esfuerzo razones para la esperanza.




Me voy con mi sombra al bar de la esquina.
Un bourbon con hielo y una aspirina.
El penúltimo trago, en la batalla. 

Arriba los corazones, A. Flores


6 comentarios:

  1. El próximo post pienso dedicárselo a toda la comunidad médica de Madrid a la que espero no tener que conocer nunca en acto de servicio. Bueno, mejor a la comunidad médica mundial que tampoco es cuestión de ponerle fronteras a eso de la penuria. Espero que no se ofendan. Y sobretodo, que no tomen represalias.

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    1. Digo yo, querido, que cuando TODOS los hospitales públicos de Madrid estamos a una por algo será.
      Le agradezco el gesto de apoyo de antemano, esperando que le dé al asunto su particular toque de humor: nos vendrá bien a todos.

      Besos, también sin represalias.

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  2. My darling,

    Me sumo a su grito, primero como usuaria de la Sanidad Púbica, segundo como trabajadora que será puesta de patitas en la calle para finalizar el año por todo lo alto. Mi hospital también es uno de los elegidos y yo una de las más afortunadas.

    El panorama es cada vez más desolador y, ya sabemos todos, que sin sol nos morimos.

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    1. Darling, nos van quitando la vida sin un ápice de poesía que llevarse a la boca...

      Usted pida cuanto necesite que lo mío, no hace falta recordárselo, es también suyo. Lamentablemente el sol no está a mi alcance. Pero si hay que morir, mejor en el intento.

      Voy a buscarle unos versos de quitar el hipo princesa, que el susto no nos lo quita nadie.


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  3. Querida,

    Asisto como mero convidado de piedra a esta aberrante vorágine privatizadora en que se enfangan nuestros excelsos mandamases, sin perder la esperanza (con minúsculas, evitando así la mayúscula arcada) de ver cómo todo esto les revienta en la cara.

    No se preocupe usted por una hipotética calvicie, un envejecimiento prematuro o la abstinencia de psicotrópicos, que el que suscribe no externalizará los tratamientos que sean menester para dibujarle una sonrisa de oreja a oreja.

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    1. Así da gusto.
      A ellos dan ganas de decirles "rebota, rebota y en tu culo explota".
      A usted, siempre dispuesto a cuidarme, sólo puedo darle las gracias por hacerme la vida más feliz y mucho más fácil.

      Besos (de oreja a oreja).

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