martes, 15 de marzo de 2011

Menudencias & aquiescencias



Me confunde un insomnio de conciliación que no sabe de lunas ni de soles. Aparece y resulta molesto, fin del cuento. Aprovecho para reconciliarme conmigo misma con la firme esperanza de acabar en la cama...


Me preocupa esta falta de humanidad que me hace sentir tragedias y catástrofes de impacto mundial con la frialdad de quien ve una película. Realidades paralelas pero lejanas. Sé que de ficción no tiene nada pero no es lo que me quita el sueño. Me argumento, es lo que tiene el soliloquio, que tal vez se deba al contacto directo con desgracias menos colectivas, diario y continuo. No estoy inmunizada al dolor ajeno; tengo un límite. Acaso no se trate de eso si no, más bien, de una sobredosificación de información efímera y absorbente; lo que hoy es primera plana internacional en una semana está en la papelera. No da tiempo a pensarlo en toda su magnitud.


Añado a los motivos para el desasosiego, toda vez comprobado que el pino puente no es una postura cómoda para quedarse frita, mis despertares de marmota herida. La metáfora, que presume de somnolencia y postración, se adapta como un guante a un reloj interno -el mío- en temporada de hibernación. El tazón del desayuno se colma a horas intempestivas con unas ojeras profundas salpicadas de briznas de rimmel y color de hiel. De la miel dan cuenta los metabolitos activos de un Borges resucitado de la mano de Mr. Fernández Mallo, quien parece haber disfrutado deshaciendo y rehaciendo un hacedor que promete jugar al desmayo neuronal. Hay que tenerlos cuadrados para reescribir a un genio, para idearlo y publicarlo. Cierta envidia insana me corroe, a qué negarlo.


Finalizo mi listado -breve, las sustancias hipnóticas empiezan a hacer efecto- con la mutación del terror en placer. Acostumbro a hacerlo para ensoñarme. Donosa y gentilmente, sustituyo los gritos en duchas de cortinillas mohosas por el silencio de la lluvia sobre los árboles. Porque el agua, queridos, es vida. Que se lo digan a los marineros. Y a las sirenas.


4 comentarios:

  1. Que se lo digan a su MARzo, darling, que se lo digan.

    Besos y agua por las venas.

    ResponderEliminar
  2. bonito espacio compartimos la pasion por la justicia poetica del huracan ambulante

    ResponderEliminar
  3. Mrs. rkl,

    A mi MARzo, a su aMAR y a nuestro aMARzo.

    MAReas en la tierra, darling. Y en el cielo poesía en fuerte MARejada.

    Tsunamis entre usted y yo.
    Simplemente deliciosos.

    ResponderEliminar
  4. Hombre de la Baraja de la Derrota,

    Deambularé por su espacio de imágenes y letras, refugio de huracanes.

    Cruzando el charco, gracias.

    ResponderEliminar

Invitados al baile