lunes, 30 de abril de 2012

De fideos y benzodiacepinas



Excusarán este mentalismo histérico,
entre náusea a la fuga y queja de morfina,
considerando que, ventanas adentro,
llueve sobre mi plato de sopa
y en cada cucharada
el futuro esponja sus patitas de congoja.


Reescribiendo a Cortázar,
En tres minutos.


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Decía Gómez de la Serna que roncar es tomar ruidosamente sopa de sueños. Cabría puntualizar que más que tomarla es sorberla, aprovechando la intimidad del dormir para dar al traste con las buenas maneras en la mesa y en la cama. Resoplar en sueños para no quemarse la puntita de la lengua al metérsela en la boca. La cuchara, obviamente.
 
 
Porque las sopas (y los sueños) ya no son lo que eran: donde hubo fideos hay hoy ansiolíticos de cocción ultrarrápida. Benzodiacepinas que engordan el caldo y permiten irse a la piltra engañando al estómago y al cerebro. Sucedáneos insustanciales de la templanza. El ocaso inmerecido de las sopas de letras coincide con el repunte de la sopa boba, cocida en el fuego exangüe de las pensiones de nuestros mayores y de la sopa fría, aclimatada por fuerza a la ausencia de posibles con que pagar la factura del gas. Y en el top ten del sopapeo se baten el cobre las sopas instantáneas: las de servir y listo. Sin que medien el esfuerzo, el trabajo ni la paciencia.
 
 
Entre cucharas y palos, me decanto por la sopa de picadillo para reconstituir el ánimo y entonar el cuerpecito. Arroz, huevo cocido y jamón para chuparse los dedos, mojar pan y olvidarse del lorazepam. Si ha de caerse la baba, salivando, que sea con fundamento.
 
 

miércoles, 25 de abril de 2012

Mrs. Jones por Mrs. Botwin




Desde ese día aquella melodía se aferra a mi alma,
arrancarla resulta imposible,
pues resuena con la perfección de un recuerdo terrible.


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Qué hay en dos amigos cuando, después de todo,
parecen perdidos y prefieren a otros.
Quedan lerdas manos ignorando lo dado...






***



Será que aún se me hace bola encontrar las palabras adecuadas para contestar a quien me pregunta por ti. Que no sé bien qué decir ni cómo decirlo. Que no tengo más respuestas que las que me he ido dando en silencio a lo largo de siete meses de suposiciones y ausencias. Será que, a pesar de saber que ni siquiera un milagro nos devolvería al punto de partida, no quiero resignarme a mirarte a los ojos y no encontrarte.


Que Bunbury sin ti me produce náuseas.
Que Vegas sin ti me escuece.
Que cada año un hotel del Puerto de Santa María se empeña en abrirme las heridas con su felicitación navideña y cada día un walkie-talkie de juguete me espera en la taquilla para comunicarme con nadie. En ninguna parte.
Que una noche en el desierto no supimos escoger qué vínculo nos unía. 


Será también que me cuesta poco tragarme este jodido orgullo para desearte lo mejor: hoy y siempre. Que no puedo escapar a la tristeza. Que cada gota golpeando contra los cacharros de metal me hace pensar unas veces en sangre y otras veces en ti. Lo que en realidad, lo sabes bien, viene a ser lo mismo. Lo que por crueldad ahora viene a dar igual.


Acepto este 25 de abril sin ti a mi lado porque no me queda otra. Sobreviviendo.


viernes, 20 de abril de 2012

Revoleras de viernes noche




Una tarde, Luis Mariano Moreno Barracuda, un rufián de la sala B que decía ser el Zorro, Chu En-lai y la Enciclopedia Espasa, sin que nada justificara estas atribuciones y menos el acaparamiento, trató de afanarme la merienda. Tuvimos unas palabras y por culpa de un trozo de pan duro sin nada dentro, el otro me arreó una buena tunda.


El enredo de la bolsa y la vida, Eduardo Mendoza



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Una noche, María Luisa Castaño Silvestre, una carnicera con puesto en propiedad número 53 del Mercado de Maravillas y veinte años fileteando a las espaldas, soñó que unas manos calientes y fuertes hacían de su carne -mitad tierna ternera y el resto jugosa cerda ibérica- una albóndiga perfecta. Entre frituras y escurrimientos, se dejaba cubrir por la salsa de su cocinero. A la mañana siguiente, después de cortarse un dedo y necesitar dos docenas de puntos de sutura, fue directa al puesto del pollero. Subiéndose la falda le dijo: "Dame alas". Él, que siempre fue de muslo y contramuslo, no pensó en poesía. 


Cuarto y mitad  &  Mitad de cuarto, Mrs. Nancy Botwin 



martes, 17 de abril de 2012

Conspiratriz




Lo que puedo decir carece de interés
y lo que tiene interés no lo puedo decir.

S.F.C.



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Son los gruñidos lejanos. 
Y el revuelo de pezuñas.
Y el miedo que trasluce el vaho en los hocicos.
Se churrusca el pelo de la panza: crepita el aire.


Son las adulteraciones; los adultos.
Y el FBI indexando este blog por peligroso.
Y el despeño diarreico del mundo.
Se descalabra cada abracadabra: cáspita.


Más huevos y menos trompas.
A Dios le pido.


Conspiratriz, Mrs. NB



...

lunes, 16 de abril de 2012

Manojillo de bodoques




"Pódeste casar coa túa prima,
 pero sáenche os fillos tróspidos."


A partir de ahí, cojan este vocablo y háganlo suyo. Pasó la fecha del yogur, está tróspido. Tienes el estómago tróspido. En el chino venden muñecos tróspidos, etc.



Lo tróspido: el conceto.

Hematocrítico
(2006)



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tórpido, da.
(Del lat. torpĭdus).

1. adj. Biol. Que reacciona con dificultad o torpeza.

[Diccionario de la lengua española]
 



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En ocasiones se dice de las enfermedades que siguen una evolución tórpida: no responden al tratamiento de la forma esperada, se estancan o se complican más de lo que cabría esperar. Así también ocurre en las relaciones de pareja cuando, de entrada, uno y uno suman tres. Dos partes implicadas por derecho propio y una tercera en discordia que, sin lugar a dudas, sobra. Que una cosa es dejarse aconsejar en asuntos de amoríos y otra bien distinta renunciar a la libre soberanía en tales cuitas.


So pena de perder a la deriva quince días de permiso matrimonial que me vendrían de perlas para tomarme unas vacaciones a destiempo, nunca encontré razones de peso para decir sí quiero con público a mis espaldas. Tampoco para hacer el paseíllo prendida del brazo de mi adorado padre envuelta en organdí blanco ni para lanzar al vuelo níveas flores engarzadas en manojillo de bodoques. Menos aún para dejarme cortar la liga y hacer de la blonda objeto de cuestación entre los invitados al evento. Por lo demás, prefiero establecer alianzas que lucirlas. 


Me rebelo pues, por principios, ante tanto cuento tróspido: reniego de las perdices, con sus tórpidas digestiones y me inclino  reverencialmente ante un buen jamoncito de bellota; cambio la miel de la luna por el almíbar de Charco Verde y el vestido de princesa por los vaqueros desgastados. Sin firmas ni testigos que avalen futuribles; puestos a querer, sin duda alguna, mejor hacerlo en efectivo y al contado. 


Manojillo de bodoques, Mrs. Nancy Botwin


martes, 10 de abril de 2012

Estampado de lindezas




I seem to recognize your face.
Haunting, familiar, yet I can't seem to place it.
I swear I recognize your breath.
Memories like fingerprints are slowly raising.



Hearts and thoughts they fade,
 fade away...





Small Town,
Pearl Jam



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Junto al nicho de Marilyn Monroe -en el cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles-, yace la cabra de Paris Hilton. Ese es el dato que primero me arrancó la carcajada y después hizo que me sobreviniera un ligerísimo arrepentimiento; verdad verdadera. Porque a mí Mrs. Monroe me cae entre mal y peor de siempre, no lo niego, pero no sé si merecía la compañía de semejante vecina para los restos. La moraleja, en cualquier caso, es difícil de extraer: hay que ser rubia oxigenada para entenderlo. Dado que las cabras no me motivan en absoluto, ni siquiera como animal de compañía, prefiero centrarme en los grandes felinos. Aún sin saber cuánta ketamina en vena necesita un leoncito para dejarse acariciar el rabo sin amputar la mano que osa a ello, hago mis progresos.


Porque conocer a  Manana, una leopardo hembra de la reserva natural Londolozi (Sudáfrica), logró emocionarme. Desde su primera mirada, recién nacida, hasta su muerte. Apasionante vida la suya: sus primeros años como cachorro, su paso a la edad adulta -tremendo poderío- y su envejecer. Una reina que se dejó querer por JV (National Geographic) y permitió ser grabada: si es espectacular verla cazando impalas en sus mejores años, lo es más si cabe verla  apresando un pequeño lagarto -ya anciana- para sobrevivir. Sobreponiéndose a la merma física implacable; sin potencia, sin posible sigilo, sin velocidad. Sin dientes siquiera para despedazar la carne. Sin agudeza visual. Sobreponiéndose también a la humillación de no poder defender su territorio, abandonándolo sin fuerzas para pelearlo y al dolor de haber perdido a casi todos los cachorros de sus cuatro camadas. Sola. Pocos días antes de morir, Manana permitió que JV se sentara junto a ella, a un metro de distancia.  Se dejó acompañar por él, buscó la mejor posición para contactar con sus ojos y así se tumbó a dormitar. Sin miedo y entregada.


Dirán que estoy como una cabra, pero se me cayeron las lágrimas.


domingo, 8 de abril de 2012

Adminículos & montículos




It seems so long ago, none of us were strong;
Nancy wore green stockings and she slept with everyone.

She never said she'd wait for us.

 
It seems so long ago, Nancy
Leonard Cohen
 
 
 
&
 
 
Poción mágica para sobrevivir;
Primero se coge un rubio y se rompe, después se quema la china. A continuación se mezcla todo concienzudamente. Se lía entre los dedos (como las palabras) y se pega con saliva (como los silencios). Entonces se arrima al fuego: el humo de combustión ha de ser inhalado.


Sin varitas mágicas ni escobas voladoras. Con una sombrerera a medida y la prominencia de mi eminencia tenar izquierda me busco la vida. Hasta el embrujo.



viernes, 6 de abril de 2012

Mrs. Improper




Me he salvado de morir en la cruz
por una dama que fuma marihuana
escribe cantos y cuentos,
y es mucho más amable que la última,
mucho mucho más amable,
y su sexo es tan bueno o mejor.


Fuera de los brazos de un amor...
Charles Bukowski



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Del ego te absolvo al ego te absorbo hay una línea famélica. Casi transparente. Y una vez que el ego te ha absorbido con una maniobra de succión  que destroza las pleuras -con lo que eso duele- ya no hay vuelta atrás. Ni por espiración ni por expiación. Se queda el pecado adherido al gaznate con loctite y no se suelta ni a tiros. Como no estoy en disposición de disparar al precio que están las balas ni me veo sobrada de puntería, me reconcomo. La autofagocitosis es barata además de limpia y efectiva, pero tiene un serio inconveniente: los ardores. Ardores que matan. Nada es perfecto.




martes, 3 de abril de 2012

De contactos y aislamientos




Escribo para quienes enferman saludablemente por amor
y ríen como atletas
y buscan novia, dinamita o simio en cada puerto
y bailan tango con la luna zen
y gozan la belleza del caimán entrando en la piscina.

Escribo, follo, escribo.


San Óscar Borona


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Me aislo del mundanal procesionar por las calles patrias -con sus saetas desgarradas y sus lágrimas fervorosas- y establezco contacto con realidades paralelas. Me muevo entre la torrija almibarada de fabricación casera y el desempeño de mis labores en fiestas de guardar. Penitente, por peteneras, hago frente a una cocina con ínfulas de bebedero de patos y a una planilla despiadada que vincula mañanas de turno y días santos.  

Que sé poco de cuaresma, me digo por lo bajini.
Y algo más de resucitar poniendo toda la carne en el asador. 


De contactos y aislamientos, Mrs. Nancy Botwin