jueves, 7 de junio de 2012

De Corpus y Krispies





Mi niña se fue a la mar,
a contar olas y chinas...


F. García Lorca


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Empiezo a hacer asociaciones mentales enfermizas y poco esclarecedoras, síntoma claro de que necesito con urgencia desconectar. Mezclo el almíbar al punto de hilo fuerte de la receta de los Marshmallows con la filancia extrema del moco cervical en días fértiles. Confundo cifras mientras convierto hectopascales en milkibares. Dejo sin hacer los deberes y me descubro inapetente en la merienda. Y sé que, en resumen, este buscar soluciones entre los krispies no es más que una excusa. Porque el corpus del delito será siempre que dos vértices no conformen un triángulo. Porque, me guste o no, he de comulgar conmigo misma.


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Has vivido,
como un golpe en la frente,
el instante, el jadeo, la caída, la fuga.

Has sabido,
con cada poro de la piel sabido,
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazòn...

había que tirarlos
había que llorarlos

había que inventarlos otra vez.


Para leer en forma interrogativa,
Julio Cortazar.





6 comentarios:

  1. Bueno, a todos se nos va la pinza de cuando en cuando... Muy de vez en cuando, mejor dicho. Lo importante es no causar daños irreparables, así que cuidadín con los hectopascales esos... que los carga el diablo.
    Besos.

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    1. Gracias por la confianza Elvis, pero a mi la pinza se me va con frecuencia (más ultimamente, que llevo suelta la melena).
      De todas formas, mío es el diagnóstico y mío también el tratamiento: me automedico con pólenes de los que quitan el hipo y no dan alergia.

      Besos.

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  2. Aunque soy más de Ketchups Christ que de Corpus Krispies, lo más parecido a comulgar conmigo mismo que hago es comerme las uñas de los pies, y el cervical es el único moco del que ando más bien escaso, le deseo mucha suerte con sus problemas de trigonometría y que sepa escoger siempre la encrucijada correcta.

    (Y que sea la última vez que me hace buscar que los másmalos o como se diga son los malvaviscos de toda la vida)

    Besos almibarados y empalagosos.

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  3. Qué raro hablan y comulgan ustedes, los del norte de la galaxia: ¿malvaviscos? Nubes de toda la vida. También le digo; yo no le obligué a buscarlo. ¿Onicofagia podal? Qué guarrería...

    La trigonometría me sale rana, querido Pazzos. Será que no duermo, que los ángulos me despistan, que los viajes -de siempre- me ponen de los nervios. O será el guaraná que le han metido a los Krispies disfrazado de cruz y ficción.

    Y aún querrá que después de lo que me ha dicho de las uñas, acepte con primor sus besos... Hecho. No soy escrupulosa.

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  4. Estimada mrs:

    Los momentos de deriva, lejos de ser confusos, son una verdadera tormenta de ideas que no debería desaprovechar. Descarte los disparates y aproveche las novedades, la comunión le sabrá más rica.

    Vendrán otras primaveras.

    Besos inventados.

    Kurtz

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    1. Se prodiga usted poco, pero siempre con intensidad. Y yo recibo sus palabras como bálsamo en la piel marcada por napalm.

      Besos reinventados, Mr. Kurtz.

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