martes, 27 de octubre de 2009

Por aguantar grito en silencio




Vuelan estas palabras impulsadas por el aire bajo mis alas rotas. No te preocupes, ya casi están recompuestas. Necesitaron cirugía y seis meses de ingreso hospitalario. Lenta la rehabilitación para volver a ser en singular. Rehaciendo rutinas olvidadas y cosiendo los jirones del desengaño. Espera lenta esta que sólo de mi depende para lograr nuestro mundo feliz. Muchas gracias por colaborar; ha sido todo un placer. En la semana fantástica de la ciclotimia caben todas las emociones. Empezando por la ternura de una nueva vida de dos kilos trescientos gramos; pasando por la desesperación de saberte cerca pero no lo suficiente; siguiendo por la tristeza de anhelar lo que no llega y es en mi alma. Todo ello moviéndose en el dulce vaivén de últimas líneas y primeras lágrimas, en ecos de voces lejanas que no comprenden cuánta compañía nos regalan. Entre carcajadas no impostadas, esas que remueven el caos para ordenar la pesadumbre. La poesía del copiar y pegar cediendo paso al cenar juntos y desayunar próximos invitando a la confusión en forma de rumor. Será que esto nuestro se esparce en el viento y nos vuelve deliciosamente locos.

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