jueves, 29 de octubre de 2009

Surcando los blancos mares




Mi corazón tendría la forma de un zapato
si cada aldea tuviera una sirena.
Pero la noche es interminable cuando se apoya en los enfermos
y hay barcos que buscan ser mirados para poder hundirse tranquilos.


Este fuego casto para mi deseo,
esta confusión por anhelo de equilibrio,
este inocente dolor de pólvora en mis ojos,
aliviará la angustia de otro corazón
devorado por las nebulosas.



Federico García Lorca, Poeta en Nueva York. Luna y panorama de los insectos.


PD. Remaremos juntos en continuo movimiento. Resistiendo los embates del mar sobre este barco. Tu corazón está en mi corazón, como la vida y la muerte bordadas en mi boca. Blancas las sábanas, blancos los sudarios. Blanca ahora mi alma, esperándote.

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