viernes, 8 de enero de 2010

Vicryl 15/0


Uso una aguja fina para dar estos puntos de sutura casi invisibles. Y la anestesia necesaria para que duelan lo menos posible. Aunque sólo ponerla ya escueza un poquito.

La decisión final era previsible. La primera vez que vi la película, cuando me preguntaron que habría hecho yo, no lo dudé. Arrancando las palabras de algún lugar del cuerpo distinto al cerebro, contesté: me hubiera ido con él. Después pasé esa huída por el filtro de la razón: abandonar a tus propios hijos, destrozarle la vida a un buen hombre. Puff. De inmediato volví al instinto: moriría en vida si no me fuera con él. Creo que no podría traicionarme a mí misma para no traicionar a otros. Y sin embargo, entiendo y respeto a quienes deciden quedarse en casa. Siempre pensé que era una cuestión de valentía. Ahora no lo tengo tan claro. Tal vez sólo se trate de cómo sentimos cada uno, qué nos pellizca más el no-cerebro (corazón y entrañas, fifty-fifty). Somos diferentes, sin más. También pensé qué era más generoso, quedarse o irse, y vino a mi cabeza ese "la generosidad bien entendida empieza con uno mismo". Chocando frontalmente con el sacrificio que implica toda renuncia, con la culpa que conlleva el abandono. Complicado.

Desde 1995 he visto más veces la película. Siempre me he preguntado si alguna vez el director pensó cambiar el final del guión. Quince años después lo doy por bueno -la historia de amor es intachable- y sigo respondiendo lo mismo. Saldría corriendo de la furgoneta. Empapada bajo la lluvia, sintiéndome libre. Cada uno es como es. Y yo necesito dar muchas vueltas para terminar diciendo que hubiera sido precioso. Aunque no sea ni vaya a ser nunca. Que quise cerrar el año sin asuntos pendientes pero no tuve tiempo para asimilar la noticia y ser del todo sincera. Que me guardé una espina empezando enero: la de no habernos podido decir todo esto mirándonos a los ojos. Tú, por tu parte. Yo, por la mía.

Se está pasando el efecto de la anestesia...


Los Puentes de Madison, Clint Eastwood.

2 comentarios:

  1. Dicen que es mejor arrepentirse de lo echo que arrepentirse de no haberlo echo pero no siempre es tan fácil tomar decisiones y ante todo no hay que ser cobarde pero cada uno es enteramente un mundo y tan diferentes de los demas....en fin que ante todo no debemos sentir que nos traicionamos a nosotros mismos porque al final somos lo úniko que nos queda y lo mejor es no tener la sensacion de que se nos ha quedado algo por decir o por acabar...mas vale decirlo todo y cerrar los temas pendientes para empezar de nuevo historias que aunque parezka dificil,seran mas increibles y nos llenaran tanto que nos haran olvidar el pasado y nos haran tener esa sonrisa continua de auténtica felicidad y sabes que:que te llegara esa sonrisa aunque no lo creas y todos los de tu alrededor moriremos de envidia y de felicidad al verte.
    Empieza a sonreir!!!!!

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  2. Mi dulce Serendipity: gracias.
    Besos nevados y sonrientes.

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