jueves, 24 de noviembre de 2011

Agatha & Crispies




La cocinera no olvidó -siquiera por un momento- sus dotes detectivescas. Aquella noche batió ligeramente los huevos, les añadió una pizca de sal "de la casa" y comenzó a recabar información para cuajar a fuego lento sus sospechas.

Le sobraban maneras para darle la vuelta a la tortilla y arañar pistas del fondo de la sartén. Utilizó entonces su máquina secreta, camuflada sobre la encimera con apariencia de Thermomix, para enviar un mensaje críptico.

Sirvió la cena entusiasmada, sabiendo que no habría un cadáver a los postres, y se congratuló al ver en el telediario a su querido H.P.  Microinjertos capilares de un Hilario Pino reinventado que retorcerían los bigotes engomados del mismísimo Hercule Poirot.

Caso resuelto, pues, se dijo. Y se fue a la cama pensando en el menú de la próxima semana.


Agatha & Crispies, Mrs. Nancy Botwin


6 comentarios:

  1. Querida Mrs Nancy,

    Ahora que he vuelto a los crispies de mi infancia como un intento de volver a algún regazo, o a algún puerto o a vete tú a saber qué, usted me lee el pensamiento y su Agatha me hace sonreír.

    Gracias, darling.

    Le regalo la primavera. Salga a disfrutarla.

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  2. Querida,

    Una adorable anciana que le sacaba los colores a los chicos de The Yard, como quien dora tortitas poco hechas, antes de que la intuición diese paso a la ciencia y su método Kellogg's para la datación por radiocarbono en copos de maíz, esos que perduran por décadas escondidos en los recovecos de despensas y alacenas.

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  3. Mrs,

    Telesimpatía, lo llaman.
    Véngase a "mirindar". Será una fiesta.

    Besos azucarados al punto.

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  4. Mr. Rey Cuervo,

    Sus crispies, bañados en almíbar de centeno y harinas de otro "costal", inducen la locura al tiempo que alimentan los sueños.

    Deseando estoy que pase mañana (lo que tenga que pasar). No necesita usted más pistas.

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  5. ¿molesto?
    Hace mucho que no cato los guisos de esta señora, tan golosos y nada indigestos.

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  6. Mr. Pazzos,

    En absoluto. Nadie le reprenderá por probar a hurtadillas estos guisos; tampoco por comer con las manos ni por mojar pan en la salsa. Ergo, siéntase como en su casa.

    Bienvenido.

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