lunes, 28 de mayo de 2012

De fritangas y verbenas




"Calcúlese un Cristo ya macilento para dos personas. Se le extraen las alcayatas y se le separa de la cruz, que dejaremos aparte. Los estigmas pueden mecharse con tocino. Se desencostra con agua tibia y se seca cuidadosamente. En una fuente de horno y sobre un lecho de cebollas colocaremos al Cristo al que untaremos con abundante mantequilla. Una vez salpimentado pueden añadírsele especias y finas hierbas al gusto. Se deja en horno moderado durante tres días, al cabo de los cuales sale completamente solo."



Cocinar a un Cristo,
 Javier Krahe


&


[...] En medio de esta crisis económica, que limita por arriba con la desesperación y por abajo con un horizonte cerrado, dejen los patriotas de opereta que los ciudadanos piten lo que les venga en gana, como una forma de exorcismo de su neurosis nacional o nacionalista o como sueño de creerse libres mientras suena la charanga. Aquí hay mucho patriota con golilla, jubón raído y la barba por dentro, que después de dar lecciones de moral esquilma un banco, mete mano en el erario público y te echa en el pescuezo un regüeldo de sagradas esencias, que son mitad ajo arriero y mitad Varón Dandi. [...]


La gatera
Manuel Vicent


&


Sin ánimo de incurrir en la blasfemia -que te guía de puntillas al banquillo de los acusados- ni en la impertinencia -que se lleva poco con la penitencia que unos y otros nos exigen-, retozo entre las plumas sueltas de las valientes gallináceas que aún picotean el grano de la ironía y dejo que la grasilla que sueltan me lubrique los entresijos de la risa.

Que no estamos para fiestas, dirán algunos.  Y yo asiento y tomo asiento en la verbena para dejarme perfumar con el olor de la fritanga. Acostumbrada a ver venas y a pinchar en hueso, este oasis en el desierto se me antoja lisérgico solaz.
 

domingo, 27 de mayo de 2012

El enredo de la Pepsi y el cubito




Antes que secuestrar en pleno vuelo a la plantilla del F.C. Barcelona -cosa harto sencilla a la par que aburrida ahora que no está Guardiola- mi plan pasaba por acercarme a la Feria del Libro de Madrid 2012 y llevarme metido en el bolso a Eduardo Mendoza ayudada de un hipnótico silbido de despiste y una mirada confusa por distraída. Ya lo plancharía al llegar a casa.

Ensayé durante cinco semanas conmigo misma cómo entrar con desahogo en un receptáculo de 50 por 26 cm. Añadí a todas mis extremidades veinte centímetros de regalo (un 11,97% de mi longitud total) y me caractericé con un poblado bigote cano para no dejar flecos ni pelos sueltos asomando por la cremallera. Llegados a este punto, en teoría, el plan era perfecto. En la práctica faltaba saber si con la maniobra del repliegue no vendría de regalo una luxación de cadera o la disección de las arterias vertebrales del ilustre escritor. Compré en la farmacia un bote de mercromina, un poco de algodón y un rollo de esparadrapo para estar preparada para cualquier eventualidad nefasta. También adquirí un metrobús de tarifa actualizada (el transporte público se me antojó rápido y discreto aunque carísimo) y un facsimil de "Cien motivos de peso para no declarar a Hacienda el premio Planeta". Estaba lista para la acción: día D (sábaDo), hora H (ocHo). 


Cuando llegué al Retiro, la cosa se puso fea. Hordas de lectores de risa fácil y gesto apologético hacían larga cola en busca de la dedicatoria manuscrita del literato. Yo había olvidado que no se puede ir con sandalias a raptar a nadie y había descuidado el tema de la firma: llevaba mi ebook y un rotulador indeleble, pero pedirle que me hiciera un garabato en la pantalla me otorgaba un cariz de locura digno de manicomio. Tratando de solventar el escollo, compré una lata de Pepsicola y un cubito de caldo de pollo en un kiosko del parque. Aquí se agotó mi presupuesto y se lió la marimorena, porque lo mezclé todo in vitro siguiendo las voces que me hablaban desde el estanque (reconocí sin dificultad a Quesito, al Pollo Morgan, a Ángela Merkel y a mi idolatrado detective peluquero). La explosión, que logró elevarme por encima de la capa de contaminación y respirar aire puro, hizo que cayera de bruces en la caseta de Visor Poesía. Allí, casualidades de la vida,  firmaba un Fernández Mallo ajeno a todo lo acontecido.




sábado, 26 de mayo de 2012

Escurrideras sabáticas




Masa del Sol, M0 = 2 x 10*33 g
Radio del Sol, R0 = 6,96 x 10*10 cm
Distancia Tierra-Sol = 1 unidad astronómica = 1,5 x 10*13 cm
Velocidad de la luz, c = 3 x 10*10 cm/s


1 año luz = 9,3 x 10*17 cm

La distancia que recorre el cerebro de un ser humano
en el momento en que un clic, apenas audible,
 le indica que ha pisado una mina antipersona.

La distancia que recorre un feto
entre 2 bombeos consecutivos del corazón de la madre.


Constantes físicas de interés,
A. Fernández Mallo, Nocilla Dream



&

 
 
  A dos días vista de presentar ante el gobierno de la nación un informe magnánimo y ajustado de rescate de mi economía (tan sumergida como la Iberia de Celaya y algo menos poética) por unos cuantos miles de millones de piedrólares -para tapar agujeros-, calmo los nervios escurriéndome las sinapsis. Le pongo al cubo dos taponcitos colmados de tequila añejo y a la bayeta ínfulas de monstruo: el resto, mover el bazo y agitar el brazo, es pura rutina.

 
  Como rutinario es el salmo responsorial que añado cada noche al "Jesusito de mi vida, eres pobre como yo". Que no se me desmadren los leucocitos en el impás, que no quieran las plaquetas aglutinarse en motín y la líen parda en lo íntimo de mis arterias, ahora que andan los fibrinolíticos por un pico. Que esos pequeños globitos llamados alveolos que me intercambian los aires dejen de soñar con helio y se conformen con oxígeno ambiente: gratuito y apañado. Y así, sin sobresaltos ni caprichos terrenales, pasen estos días de penumbra -más que de borrasca- previos al refulgir cegador estival (y pirata).


 Se admiten donativos solidarios en el número de cuenta que se detalla (4 8 15 16 23 42) y  aportaciones en especie que alimenten el cuerpo y el espíritu. Lo mismo leche uperisada que palabras en conserva. Por descontado, años luz en formato sueño, sin fecha de caducidad ni distancias insalvables.



sábado, 19 de mayo de 2012

En balsa (amados)




Winnie the Pooh era un gran tipo
sabía como traicionar a un amigo
y asaltar la banca al mismo tiempo y a la vez.


Versión libre de Bobby Perú,
Mr. Bunbury por Mrs. Botwin


&



Con la mascarilla en la mano y el cuerpo del revés, doy por finalizada una semana con visos de batalla naval en la que hice aguas.  Asistir al doblete bautismo-extrema unción con un vaso de plástico desechable y la mirada perdida en el infinito no estaba en los planes.  
H1 N1: tocada y hundida. Todo en uno.


Me repongo con una sobredosis de rica miel para reflotar mi humilde balsa de troncos mientras se van a pique, enrededor mío, auténticos transatlánticos. Que la corriente marque el rumbo, me digo con más fe que certeza.


lunes, 14 de mayo de 2012

Abierta hasta el reverdecer





"Usted no sabe el esfuerzo que ha tenido que realizar este hombre durante los últimos años. Se podrían mover montañas con la fuerza que ha empleado en sofocar ese recuerdo. Creo que no me equivoco. A veces me dejaba asombrado. Ha intentado llevar a cabo la tarea más difícil que una persona puede hacer en la vida. ¿Sabe lo que ha hecho? Ha intentado hacerse indiferente a los sentimientos mediante la razón, que es como intentar convencer con palabras y argumentos a un paquete de dinamita de que no explote."



La mujer justa,
Sándor Márai


&




La niña que se abría de piernas sin esfuerzo, flexible y natural, haciendo de ello un juego. La adolescente que empezaba a bucear en aguas abiertas a pulmón libre. La joven que emprendía sus conquistas cuerpo a cuerpo, sintiéndolas batallas. Todas las que fuiste, distintas de quien eres ahora; cuando separas las rodillas con conocimiento y estremecimiento de causa; cuando riegas las plantas y, abierta al mundo, reverdeces.


El absurdo de los calcetines, Mrs. Nancy Botwin





domingo, 13 de mayo de 2012

Esdrújulas (contra la pared)





La brújula que dormita en mis aurículas,
 mecida entre las células al ritmo de las válvulas
 -cual tarántula crápula que acaricia la mandíbula,
 cual libélula incrédula sobrevolando las clavículas-

 se encela en lo más íntimo


del balanceo de la úvula,
 funámbula,
del palpitar de las glándulas,
 esdrújulas,
del ir y venir, arrebatado,
 en la cópula que desolla las escápulas.


Magnífica febrícula
que se adviene en canícula noctámbula,
 mayúscula, con ínfulas de fábula,
en forma de lengua lenguaraz y vívida,
venérea y vernácula.





sábado, 12 de mayo de 2012

Hollín en las pestañas





Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo,
 ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
 piden ley para aquello que sienten excesivo.

 
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.

Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

 
 
La poesía es un arma cargada de futuro,
Gabriel Celaya



&



A diario y a nocturno, siento que bailo claqué sobre un campo de minas. Meneando el zueco, he aprendido a esquivar balas letales tratando de no perder la sonrisa. Pólvora en las coronarias, sí, y hollín en las pestañas. Catorce años a pie de cama dan para mucho: curten la piel, el alma y las varices.


Hoy, 12 de mayo, se celebra el Día Internacional de la Enfermería y la abajo firmante aprovecha la ocasión para quitarse la cofia -reverencia incluida- por el buen hacer de tantos compañeros de profesión. Por su vocación, su dedicación y su sentimiento. Por todas las anécdotas compartidas entre carcajadas (la de la sonda vesical enroscada en la boina será siempre mi favorita) y por todas las cicatrices resbalando entre lágrimas, cosidas en la memoria (P.M., va por ti).


Tequila para todos: que la vida son dos días, con sus noches.





jueves, 10 de mayo de 2012

Pólvora en las coronarias





No me preguntes por qué los colores rojiblancos
 van con mi forma de ser.
Ni merengues ni marrones,
 a mí me ponen las rayas canallas de los colchones.

 
Infartando en la ribera del Manzanares
los corazones...
 


 
Motivos de un sentimiento,
Joaquín Sabina


&


Entono el mea culpa por incontinencia de esfuerzo (de contención, se entiende). Sé que hace sólo unos días pedía en sueños que se vaciaran los estadios y que se desbancara la banca. Pues dicho y hecho. De momento ha funcionado a nivel local, léase en Madrid, pero igual me aumentan los poderes y la cosa se extiende. Se permite entonar una risa malévola de fondo.


Y es que el Rey de los Mares, del uno al otro confín, se apunta en esta noche ardiente a la moda de la bufanda veraniega tejida en rojos y blancos. Atrevida combinación en una ciudad donde el rojo, en sus distintas tonalidades, no está bien visto en casi ningún sitio. Por su parte, Caja Madrid mantiene su animoso color verde trigo pero hace aguas. Mayores. Pestilentes. Tiene bemoles que el primer banco que se va a nacionalizar en la historia de los tiempos sea, precisamente, en el que yo ingreso mi nómina y al que le debo un pastizal por el techo que me cubre. Un sinsentido en toda regla esta tranquilidad mía.


Así las cosas, sacudiéndome la pólvora de las coronarias con desparpajo inusitado, me pongo los tacones de serpiente y monto la consulta, que nunca está de más un sobresueldo bajo el colchón. Sobre él, de momento, no lo veo. ¿Qué querrían que pasara? Ofrezco soluciones ACME a todos sus problemas, té caliente y, de regalo, un pasaje (no masaje) hacia la eternidad. No se puede pedir más. De lujo.



viernes, 4 de mayo de 2012

Pompas de dragón (VII)



Sobrinitos de uñas
[Diario de un dragón poco convencional]




Quiso la esquiva fortuna que para matar las horas en la consulta del podólogo cayera entre mis garras el diario de las tres letras y dos grapas. Había acudido por una uña encarnada que estaba dándome la lata y hacía presagiar para mí un futuro negro violáceo al pie del verano; o cambiaban mucho las cosas (a mejor) en mi primer dedito de la pata trasera izquierda o tendría que renunciar a estrenar las preciosas sandalias de cáñamo que me había comprado una noche de insomnio y calentura etílica por matar el rato.

De costumbre, puesto que siempre me dejaba las gafas de leer en la cueva, me entretenía hasta que me hacían pasar atrapando arañas y/o mosquitos de las esquinas de la sala de espera. Los engullía lanzando la lengua en espiral y, una vez en la boca, les dejaba menear las patitas (ocho o seis, según el bicho) para que me hicieran cosquillas. Mayúscula estupidez, pensarán algunos, y razón no les falta. Pero a mí me valía para calmar los nervios. La cosa es que ese día, tras la reciente visita de la inspectora de sanidad, se podía respirar asepsia en el ambiente. Contrariado y a falta de pan, me resigné a las tortas. Abrí el periódico.

Después de cuatro noticias sin importancia entre las cinco primeras páginas me sorprendí gritando: ¡Gárgolas y arbotantes, qué fuerte! Iba a tener sobrinos. Putativos, pero sobrinos. Asmara, la hermana de mi chica, se había venido de Praga hacía unos tres años (siempre fue una dragoncita locuela) y se había liado con un isleño que respondía al nombre de Gundur al que había conocido en Barcelona. Una ciudad tan cosmopolita y cool (perfecta si uno es ectotermo) era un lugar idóneo para dar rienda suelta a los instintos más animales.  Eso fue lo último que pensé antes del síncope. El esfuerzo de leer la información entre aquellas diminutas manchas -juro que no eran letras-, me dejó de recuerdo una brecha donde me nacen las escamas y una sensación de asfixia inenarrable. Cuando volví en mí, la secretaria ya había llamado a emergencias. Mientras el doctor de la UVI móvil me cosía sin anestesia, me hacía hinchar los carrillos, me obligaba a mover las manos untando tostadas invisibles y me instaba a repetir la secuencia "casa-perro-tomate-niño", la enfermera -mucho más pragmática- me sacaba del gaznate la bola de papel y sonreía acercándome el oxígeno. Qué fácil, dirán algunos. Pues sí y no: lo que viene siendo 'depende'.


Le pedí que leyera la noticia en voz alta: "La hembra del dragón de Komodo del Zoo de Barcelona pone 23 huevos, 16 viables." La cópula de los dos dragones el mes pasado se convirtió en un acontecimiento mediático, ya que fue filmado y las imágenes fueron ampliamente difundidas a través de los medios de comunicación y las redes sociales... Se me saltaron las lágrimas; no es fácil aceptar que todos vean copular a tu cuñada y aún menos que puedan comentar qué les parece. Pero pensé, qué carajo, lo importante es que voy a tener dieciséis sobrinos. Dieciséis huevitos sorpresa. Dieciséis sobrinos Kinder.


Me olvidé de las sandalias con ese otro palpitar.
Y caminé imaginando sus uñitas sobre mi panza...




jueves, 3 de mayo de 2012

Casting de pulgas





Sueñan las pulgas con comprarse un perro...

y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.



Los nadies,
Eduardo Galeano
 
 
&
 
 

Sueña esta nadie con estadios de fútbol vacíos, con audímetros de televisores en números rojos, con imprentas de periódicos de pago paradas. Con el libre pensamiento y un circo de pulgas expertas saltando sobre la tiranía de la opinión general. También con pararrayos defectuosos en edificios oficiales cuando atrone la peor de las tormentas. Con granizos agujereando la agenda de los recortes y un diluvio sobre los presupuestos generales del Estado que anegue, entre otras, la partida del Ministerio de defensa. Con paraguas de mandamases destilando lluvia ácida al contacto con el agua. Con la autodestrucción de los ineptos. Con desbancar a la banca. Con un país de Azañas y Machados.

Que nunca hubo tanto gusto por gentes de vulgar ralea.
Que los sueños, más allá de Calderón, sueños son.