viernes, 19 de marzo de 2010

Des-a-sosiego



Desganándome.
Desgranándome.
Desangrándome.

Prometo que no es un trabalenguas.

Es sólo otro de los trucos del mago. Añadiendo una R a la primera palabra llega a la segunda. Después cambia las letras de orden y acaba por embaucarnos ayudado por la somnolencia de la exanguinación. El truco está en que no hay truco. No hay nadie bajo la chistera. Ni palomas voladoras, ni pañuelos de colores. Ni varitas ni polvos mágicos. Ni un sofisticado 'Treguna, mekoides, trecorum satis dee' ni un simple 'Abracadabra'.

Así las cosas, se le quitan a una las ganas (toditas).
Y piensa que las mandarinas no son dos medias naranjas pequeñas.
Y siente que las contracciones uterinas son jodidamente inoportunas.

Hoy fue un día a destiempo.
Y ni siquiera sé por qué.

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