domingo, 29 de agosto de 2010

Mareas en la tierra



Parecía como si sus sentidos, y a través de ellos su cuerpo, fueran instrumento tenso y propicio para que el mundo pulsara su melodía rara vez percibida. Estaba borracho de vida, y no lo sabía; estaba vivo como pocos, como sólo el poeta puede y sabe estarlo.

En otra ocasión lo has dicho: nada puedes percibir, querer ni entender si no entra en ti primero por el sexo, de ahí al corazón y luego a la mente. Y lo que va del uno al otro caso es eso: el acorde.

Ocnos, L. Cernuda

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No se vienen las noches tan callando, no se va presto el placer que en dulce melodía acompaña mis instantes. Y en sueños me veo, cual sirena varada en el desierto, acunando con mi canto las estrellas. A la guitarra, mi marinero, reflejándose en la luna.

Va por usted, Mrs. Nancy Botwin


1 comentario:

  1. Aproveche,empápese de la fascinante música que la rodeará y del silencio del cielo más estrellado que sus ojos jamás hayan visto.
    Espero verlos reflejados en la Luna...desde el puerto

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